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INICIO DE SEMESTRE
"Las
pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo,
aunque a menudo sean causa de huracanes. "
Bernard Le Bouvier de Fontanelle
*Luna POV*
Roza
mis labios con su pulgar, me toma por la cintura y su presencia inunda todo el
espacio, me besa el cuello y lentamente sube hasta encontrar mi boca…<<Alex>>
dejó escapar, abrazándolo y…
El
sonido de la cámara me despierta. Abro los ojos sobresaltada y veo a Sol reír
detrás del celular. Muevo la cabeza para despejarme un poco.
---
Uh… tú sueño debió ser muy interesante, no dejabas de hacer sonidos raros-
La bromista a punto de ser golpeada por mi puño ríe y toma su bolso para irse.
---
Dame el celular si no quieres pasar tu primer día en la enfermería-
Sol guarda el celular en su bolso sin intenciones de dármelo. Mi paciencia se
termina y voy hacia ella dispuesta a cumplir mi amenaza.
---
¡No tome nada! De verdad, despertaste antes que pudiera captar tu mejor ángulo…
mientras repetías su nombre- Vuelve a reír y cuando
voy a arrebatarle su cartera, tocan la puerta.
<<
¿Puedo pasar? >> Frank siempre irrumpiendo en los
peores momentos. << ¡Sí!>> grita Sol y aprovecha mi momento de descuido
para escabullirse hasta la puerta. Mi mellizo entra en la habitación << ¿Ocurre algo? >> pregunta
y como aún no le digo nada sobre Alex guardo silencio esperando a que mi
“amiga” me delate.
---
Luna se siente más feliz que nunca por ser el primer día-
contesta Sol y me guiña el ojo sin que Frank se dé cuenta. Le lanzo una
cuchilla con mi mirada.
---
Parece que has tenido buena noche, aún tienes restos de baba –
Frank se burla de mí y por reflejo me limpio en la comisura de los labios.
Frank
se acerca y toca mi hombro. <<
Péinate por ser el primer día medusa>>, me da unas palmadas y se
retira. Sol se resguarda tras él y yo con toda la sorna del mundo los despido << Tengan cuidado par de
cobardes>>. Me doy cuenta que mi insultos ya no son de la misma
calidad, que estoy diferente y me siento diferente.
Busco
mi celular con la esperanza de encontrar un nuevo mensaje, no recuerdo la
última vez que cerré la sesión de mensajes instantáneos, hace poco tiempo no
era muy amiga de las aplicaciones de este tipo pero en las vacaciones tuve que
usarla si quería estar en contacto con mis amigas y Alex… quizás en orden
inverso.
Voy
hasta mi portátil y reproduzco la lista de música, << I Sold My Bed, But Not My Stereo>> comienza a sonar,
busco el móvil y suspiro, ¿suspiro? … a veces me pregunto en que momento
comencé a cambiar. Tengo un instantáneo nuevo, mi corazón salta, aún no logró
controlar las reacciones misteriosas e incluso inoportunas de mi cuerpo.
-¿Despierta?
Solo
es una palabra, pero en mi cabeza significa que se despertó pensando en mí o mejor aún que no paró de soñar conmigo toda
la noche, sería lo justo, es lo que me pasa siempre.
-Sí…
buenos días
Mi
expresividad no ha mejorado demasiado, pero lo ha hecho y de qué manera, hace
solo dos meses atrás no me imaginaba como sería hablar con un chico por horas a
la mitad de la noche. Varios recuerdos se acumulan en mi mente, todos hacen que
sonría como tonta y varias conversaciones en específico causan que un latigazo
de electricidad recorra mi columna vertebral.
-Serán
buenos cuando te vea… ¿almorzamos?
Sonrío
más si eso es posible. Deseo comer con él, pero Sol organizó una especie de
almuerzo de bienvenida, puedo cancelar o simplemente no ir; sin embargo,
escuchar los comentarios de protesta toda la semana no es algo ideal.
-Tengo
la tarde libre, 3:30, tú sabes donde
Me
sonrojo al enviarlo, e inmediatamente me asalta la duda de si Alex sabrá donde,
hablamos varias veces de ese lugar, pero si él tiene tan mala memoria como yo…
-Bien
Fue
toda la respuesta. Me desilusiona un poco y pienso en dejarlo en visto, pero
luego mis dedos se mueven por inercia. Le envío un beso.
-
De esos me debes cientos, preciosa.
Dejo
escapar una risita y me apresuro a la ducha. Mis clases son a media mañana y
luego del almuerzo, necesito poner toda mi energía para poner un mínimo de
atención, sé que el pensamiento de que esta será nuestra primera cita oficial
me perseguirá logrando un estado de constante tensión.
v
Karlhy
y Violet se acercan sigilosamente para darle un susto a la chica que está
concentrada en su móvil, pero cuando llegan al lugar Sol se da la vuelta y las
sorprende. Se saludan animadamente y las tres comparten anécdotas sobre las vacaciones.
Fue una suerte que estén inscritas en las mismas secciones y es que aunque
estudien diferentes carreras no es sino hasta el tercer año que las materias
dejaran de ser comunes.
---
Amiga, ¿En serio te quedaste en casa de Luna por dos semanas? ¿Cómo es que
sigues viva?.- Violet acomoda su bolso en el asiento y
se coloca frente a Sol que permanece sentada.
---
Bueno si me contestaras los mensajes te hubieras enterado antes, pero
desapareciste de la faz de la Tierra.- Contesta Sol, quien le
escribió varios mensajes sin obtener respuesta alguna, excepto para año nuevo y
navidad. Karlhy en cambio había estado comunicada con ella durante el mes y
medio que estuvieron lejos de la Universidad.
---
Es verdad, a mí tampoco me contestaste… ¿Qué te tenía tan ocupada?
– Dice Karlhy, poniendo énfasis en la pregunta y haciendo un gesto gracioso con
la ceja.
---
Pero que mentes tienen, malpensadas.- Aunque les lanza una
mirada de reclamo, la risa que viene a continuación la traiciona.
Lo
cierto es que las vacaciones de Violet fueron mucho más que grandiosas. Su
abuelo se encontraba mucho mejor de salud, sus hermanos menores seguían siendo
ruidosos pero incluso el ruido le parecía bien, los había extraño mucho. Su
madre la llevó de compras y fue mucho más generosa que lo habitual, lo que le
pareció magnifico. Por supuesto, William era también responsable del estado de
felicidad que no podía ocultar. El gesto que tuvo al ir por ella hasta Italia
hizo que la pelea que habían tenido pasara a segundo plano. Y al regresar a
Canadá el muchacho se encargó de ser su guía turístico en la ciudad que ya
conocían, Toronto tenía lugares que significaban mucho para ambos.
---
Si como no, mejor cuéntanos, luego yo les cuento como sobreviví.-
Sol como siempre deseaba detalles sobre la romántica reconciliación de su amiga
con William, luego le contaría a Violet que su estadía en Grecia fue
extrañamente agradable, incluso Luna se comportó como una persona civilizada.
Mientras
escucha a Violet un mensaje suena en su móvil, es de Luna en respuesta al
anterior. <<No nos dejes plantadas,
el almuerzo es a las 12:00, después puedes ir a ver a… ¿necesitamos un
sobrenombre? >>
-
Sí
ya sé, ahí estaré, tengo que asegurarme que borraste esa foto… ya te dije que
no quiero rumores, NADA DE RUMORES, yo se los diré a las demás. Y si me veré
con él, no necesita sobrenombre.
-
Aburrida
:p… y ya te prometí que me callaré. ¿Dónde es
la cita?
-
¿Tengo
que contártelo todo?...:| por ahí
-
:o
¿Lo citaste en el bosque?... Uhh creo que ese sueño te perturbó, recuerda lo de
ir despacio.
-
:|
¿Hackeaste mi cuenta? Solo para que te calles, no somos novios aún, hasta que
me lo pida ni siquiera lo besaré.
-
Jajaja…no
vas a besarlo… SUEÑAS CON ESO TODOS LOS DÍAS, técnicamente son novios. No fue
complicado averiguar que lo citaste en el “bosque del broche” (<3 muy
tierno), no quieres que nadie los vea aún, hasta que sean NOVIOS OFICIALES.
-
¿¡Que!?
No sueño con él todos los días…y no somos novios, todavía.
---
¡Sol!.- Violet la mira con los ojos entrecerrados y Karlhy
observa al móvil de la chica, queriendo averiguar que la tiene tan ensimismada.
---
Sí.-
Sonríe inocentemente.- Continua.- le dice,
pero se da cuenta que ambas están cruzadas de brazos y que no seguirán hasta
que les dé una explicación.
---
Le estaba recordando a Luna sobre el almuerzo.- Siguen
mirándola, le pica la lengua por soltarles todo lo que sabe de Luna y Alex,
pero lo ha prometido así que respira profundo y prosigue.- Y ella quería saber cómo terminó lo del chico que no me dejaba en paz
en vacaciones.- Entonces las expresiones de sus amigas se suavizan y son
reemplazadas por sonrisas picaras.
Tiene
que contarles la anécdota sobre ese muchacho que se había mudado al vecindario
y que la perseguía, ella le dejó claro que solo podían ser amigos, pero él siguió
insistiendo, por lo que tuvo que usar el plan B; es decir, hacerle creer que ya
tenía novio. Frank le ayudó un poco con eso. Frank se había comportado de una
forma bastante extraña las dos semanas que ella estuvo en Grecia, como si
quisiera decirle alguna cosa pero no encontrara el momento. Lo último lo
omitió, no deseaba malos entendidos, seguramente había sido solo su
imaginación.
Justo
al terminar la narración, el catedrático apareció y tomaron asiento, dejando la
conversación a medias.
v
*Luna POV*
No
puedo creer que me haya tardado tanto tiempo en elegir mi ropa. Camino rápido
hacia el salón aunque aún faltan quince minutos, sé que no será sencillo
conseguir un buen asiento. Cuando entro no escucho nada con claridad, hay
tantos chicos y chicas hablando entre sí que se forma un murmullo. No distingo
lugares disponibles. << ¡Maldición!>>
protesto y en ese momento veo un brazo levantado, me acerco un poco más y
entonces logró enfocar a Hiroki desde el otro lado del salón, sonriendo le da
unas palmaditas al asiento junto a él. Me siento aliviada, está en la tercera
fila, y podré escuchar con facilidad.
Me
abro paso entre la multitud y al llegar al lugar me siento, resoplo para
apartar los cabellos que caen sobre mi frente, luego los coloco detrás de mi oreja
y me vuelvo para encontrarme con la infalible sonrisa de mi compañero.
---
Casi las olvido, pero aquí están- Hiroki pone frente a
mí un recipiente plástico, lo abro sin perder tiempo y descubro una variedad de
galletas caseras. Pensé que era una broma cuando me lo preguntó, y yo le dije que solo aceptaría galletas si
él las preparaba, era para fastidiarlo.
---
Vaya… ¿están envenenadas? – No es un chiste, si como alguna de
ellas seguramente terminare intoxicada, dudo que el chico asiático sea chef. Por
otro lado las galletas tienen un aspecto casi irresistible… talvez un bocado no
me matará.
---
No Luna, no lo están… no quiero matarte. Pruébalas. –
Al ver mi rostro Hiroki sabe que no confío demasiado en sus dones culinarios,
así que toma una y le da un mordisco, pienso que pudo ser planeado y todas las
demás están intoxicadas. O estoy siendo demasiado paranoica.
Hiroki
rueda los ojos, << Como
quieras>> me dice e intenta quitarme el recipiente de las manos. Pero
no lo dejo, son mías, aunque no las quiera comer, siguen siendo mías. Veo que
su expresión es seria y decepcionada, algo se remueve en mi interior, esto de
estar enamo…diferente, me está volviendo una debilucha. Pruebo la tonta
galleta. Su sabor explota en mi boca, no logró saber exactamente de que es,
solo sé que no voy a compartir aquel postre con nadie.
---
No están mal- le digo con mi típica cara sin
expresión, pero el vuelve a sonreír y su rostro se ilumina. No sé cómo es que
tolero a Hiroki, es como un niño, siempre feliz, siempre positivo, sin quejas,
sin reclamos. Quizás sea más como un cachorro.
Noto
que la mirada del chico se desvía a mi pecho, mi primer impulso es golpearlo,
pero luego recuerdo el collar.
---
¿Lo hiciste colgante? – Dice con una mirada extraña, me toma
desprevenida, siento un imperceptible cosquilleo en el estómago. Recuerdo
entonces que no desayune, tomó otra galleta y antes de morder le contesto con
sarcasmo.
--- Que
observador- ¿No era obvio que lo hice colgante? , mastico la galleta y
trago.- Pero te engañaron, no me encontré
un solo euro por la calle en vacaciones, no sirve el amuleto.-Hiroki me
mira entre desconcertado y algún otro sentimiento que no reconozco.
---
Ah… ¿euros?- Seguramente para el cursi de mi amigo
lo hice colgante por aquello de la confianza y no sé qué más cuentos.
---
Sé la leyenda.- Le digo, él se sorprende, no sé
porque, ¿pensará que no sé nada de historia?, es un idiota, así que prosigo.- Ya se sobre el simbolismo y todo lo que
representa, soy muy culta por si te lo preguntas, pero lo importante es que
trae suerte.
---
Oh… amuleto de la suerte, si eso es.- Dice no muy
convencido, no le pongo atención y me concentró en revisar los nuevos mensajes
en mi celular.
Veo
por el rabillo del ojo que el chico sonríe de una manera diferente. ¿Tiene algo
distinto? ¿Su corte de cabello? No sé, y tampoco quiero tomarle importancia. No
hay ningún mensaje nuevo de nadie, entonces la luz del aparato se enciende,
ansiosa presiono sobre la pantalla.
-
Los
amuletos no funcionan con las brujas.
Vuelvo
hacia Hiroki, él está perfectamente serio. Podré estar más sensible en estos
días pero este chico siempre logra molestarme. Dejo el celular sobre la mesa y
lo golpeo con fuerza en el brazo. Sin
decir nada sostengo de nuevo el móvil, otro mensaje.
-
Es
fue un: ¿gracias por las galletas?
-
Eso
fue un PIERDETE
Escucho
su risa, ¿nada puede ofender a este muchacho? Es en ese instante que siento su
brazo envolviendo mis hombros. Por un instante su tacto se siente como
hormigas. Me aparto con violencia y voy a golpearlo otra vez cuando él me dice
<<Es bueno tenerte de regreso>>
me fijo en sus ojos, parecen más verdes que nunca. << Jamás me toques de nuevo, si no quieres morir>> lo
digo despacio y fuerte, veo que lo afecta. El murmullo cesa y la clase
comienza. Pero veo la luz del móvil de nuevo.
-
El
amuleto no funciona con asesinas.
No
tengo que volver para saber que ya está sonriendo de nuevo, eso me hace sentir
mal por un momento. Pero luego pienso que así es la amistad entre nosotros. Él
siendo amable, yo siendo yo.
v
<<…
así que me quede con ese vestido, fue fantástico estar en un festival como ese.
>> Karlhy terminaba de contarles sus singulares
vacaciones, fue la última en regresar a casa y eso le dio una semana a solas
con Luka. Habían visitado la playa y algunos museos, el chico era una eminencia
en cuanto a historia se trataba y a la muchacha, viniendo de su novio, le
parecía lo más interesante del mundo. Una vez en Francia no había parado un
solo día, visitando desfiles, eventos y fiestas, su tía que tenía una casa de
modas la había contratado, por decirlo de alguna manera, como su asistente. Y
por si fuera poco Luka se apareció un día de mediados de mes, su visita duró a
penas un fin de semana y no creyó oportuno presentárselo a sus padres y a sus
hermanas cuando apenas llevaban unas cuantas semanas juntos, pero su tía lo
conoció, y aunque no se lo dijera abiertamente le dio su visto bueno.
---
Wow, que envidia.- Sol toma un sorbo de la bebida- ya quisiera yo que una diseñadora de modas
fuera mi tía.
El
almuerzo ha sido todo un éxito hasta ese momento, la conversación fluye sin
cesar. Todas cuentan lo ocurrido en esas seis semanas. Solo Luna guarda
silencio la mayor parte del tiempo, siente que el reloj esta contra ella y los
nervios están matándola.
---
Ahora sigues tú Luna, no nos has dicho casi nada, vamos amiga.-
Le insta Violet dándole un pequeño codazo para hacerla despertar de su estado
de trance.
---
Pues nada nuevo, no he hecho nada especial, en navidad y año nuevo lo usual, ir
de visita obligatoria a casa de mis tíos, soportar a mis molestos primos… ah y
claro los primeros quince días tener una boca más que alimentar en mi casa.-
Lo dice mirando a Sol, que sube una ceja y rueda los ojos.
---
Bueno, pues tus padres fueron un amor conmigo. Les agradezco mucho. Pase dos
semanas maravillosas…y no seas mentirosa que esas dos semanas fuimos a muchos
sitios en la ciudad.- Sol sonríe, esas dos semanas realmente
fueron encantadoras, aunque se sintiera un poco incomoda porque el padre de
Luna se hubiese confundido en cuanto a su relación con Frank.
---
No te engañes Sol, mi padre solo te trato así de bien porque piensa que eres la
novia de su hijo, nada más.- Ante ese comentario, Violet y
Karlhy vuelven al mismo tiempo su mirada hacia Sol, quien de inmediato se
sonroja.
---
Gracias, tú siempre sincera Luna.- Sol lanza un bufido y
luego enfrenta a sus curiosas amigas. Luna solo se encoge de hombros y sonríe
maliciosamente. Ella sabe algo que Sol no sospecha. A Frank no le disgusta la
idea de pensar en Sol como su novia, no se lo ha dicho, pero ella conoce a su
mellizo.
Lo
que temía todo ese tiempo atrás lo pudo confirmar en esas semanas, a Frank le
atraía Sol, le molestaba la idea de que Frank pudiera estar enamorado y no
compartir nada de eso con ella, bueno, lo de Alex era diferente, se decía…
aunque sabía que era mentira, y que tarde o temprano debería contarle a su
hermano lo que pasaba. Hasta el momento el sentimiento era unilateral, Sol solo
veía a su mellizo como un amigo, como el mejor de los amigos y esperaba que nunca
lo viera como algo más. Sol era demasiado diferente a su hermano, era buena
persona pero sabía que si su hermano se involucraba con ella terminaría herido.
Al pensar en ello una pequeña voz en su interior le preguntaba si no terminaría
ella de la misma manera al estar con Alex… exterminaba la voz, y ocupaba su
mente en cosas agradables.
---…
y eso es todo.- Sol les había contado a sus amigas las
situaciones incómodas en que el padre de Luna le hacía comentarios en “secreto”
a su hijo para que se quedaran a solas, o salieran de casa a pasear. Luna
finalmente siempre los acompañaba, jamás los dejaba solos, a Sol aquello le
pareció un poco sospechoso, pero Luna era muy celosa así que pensó que aquella
era su forma de decirle: Frank es mío.
---
Aww… ¿y porque no? Frank es muy agradable y guapo.-
Dice Karlhy al terminar de escuchar a su amiga. Luna le lanza una mirada
furiosa, pero ella no la logra captar.
---
No, Frank es solo su amigo, ¿no Sol?.- Violet irrumpe en la
conversación. Sol no responde y es Luna quien lo hace.
---
Chicas, Sol acaba de pasar una ruptura amorosa.-
<<Cierto>> dicen las
demás y ella aprovecha para ver hacia su amiga. Sol finalmente contesta.
---
Luna y Violet tienen razón, primero no estoy en busca de ninguna relación, y
segundo aunque lo estuviera, Frank es mi mejor amigo, es raro verlo de otra
manera.- Sol sonríe, aunque siente en su pecho un malestar,
quizás porque recuerda su ruptura amorosa. Piensa que si fuese tan fácil y uno
escogiera de quien enamorarse, seguramente escogería a Frank, pero las cosas no
funcionan de esa manera.
Sol
cambia de tema y les cuenta sobre sus vacaciones en la playa, los libros que
leyó y alguna que otra historia graciosa que le ocurrió. Luna apenas pone
atención, de cualquier manera son cosas que ella ya sabe, Sol le escribía cada
día en las vacaciones, como buena
investigadora quería saber sobre Alex y si ya le había hecho la pregunta. Luna
toma su bolso en busca de su billetera para pagar, pero esta se le desliza y el
hermético con las galletas rueda por el suelo. No se abre, las galletas están a
salvo. Es Violet quien las recoge y la mira con curiosidad.
---
Luna ¿horneaste galletas para nosotras?- Todas están sorprendidas, saben que los
talentos de Luna no están orientados especialmente a la cocina. Violet aún
sostiene el recipiente.
La
chica toma las galletas y abre el cubo de plástico, les reparte una a cada una,
lamentándolo por dentro.
Piensa si decirles la verdad o llevarse el crédito por
aquel presente. Cuando escucha sonidos de aprobación y comentarios como <<Están deliciosas>>, sabe
que no le creerán si les dice que ellas las cocino.
---
Mi esclavo lo hizo por mi… ¿no están mal verdad?.-
Luna guarda el recipiente y saca la billetera, llama al mesero y pide la
cuenta.
---
¿Tu qué?- Karlhy la mira con extrañeza, Luna le sigue
pareciendo una chica muy singular.
---
¡¿Hiroki las hizo para ti?!... Pero que detalle, y esto es otra prueba para mi
teoría. ¡YO TENGO RAZÓN, LE GUSTAS!- Sol se había exaltado
con la última afirmación, y Violet no tardó en reaccionar, al poco tiempo las
tres amigas se encontraban deliberando sobre las pruebas a favor y en contra de
la teoría de Sol.
Luna
solo rodaba los ojos, aquello le parecía ridículo. No significaba nada. Pero
cuando escucho a Sol citar muchas actitudes del chico asiático, revivió por un
momento el casi abrazo de la mañana. ¿Había sentido algo? Casi se echa a reír
ante aquella pregunta. Hiroki era su amigo, cuando no su sirviente personal,
aunque creyó conveniente no volver a compartir esa clasificación en público.
Hiroki era más inofensivo que un cachorro recién nacido, nunca lo había visto
molesto, alterado o indiferente. Definitivamente no era su tipo. Y era solo un
poco más alto que ella, nunca podría ponerse tacones a gusto… aquello si le
produjo una risita, porque se sentía como que estaba considerando que el chico
sentía algo por ella. Eso era falso.
---
Uhh… amiga, Hiroki está muy bien, un poco niño, pero bien.-
Violet habla y le sonríe a Luna con picardía.
---
No me gusta Hiroki, no le gusto, fin. Piensen lo que quieran pero esa es la
verdad.- Cuando Violet mencionó lo de niño no pudo evitar
compara a Hiroki con Alex, ambos tenían la misma edad, pero Hiroki se veía al
menos un año menor y Alex un par de años mayor. Pero solo porque uno era muy
simpático y el otro bastante indiferente. No le gustaba que los dos estuvieran
en su cabeza al mismo tiempo. Sacudió los pensamientos y miro el reloj. Faltaba
poco para su cita.
v
*Luna POV*
En
esta época del año el clima es templado, el invierno está en sus últimos días y
pronto la primavera aparecerá. No sé porque me fijo en estas cosas, quizás sea
porque en estos cinco minutos que llevo parada bajo la sombra de este frondoso
árbol me han vuelto loca. Mis manos sudan, y mi corazón se sobresalta con cualquier
sonido. Alex no está retrasado, yo vine antes, temía caerme si lo veía frente a
mí, así que decidí adelantarme. Froto mis manos para hacerlas entrar en calor,
y entonces lo veo.
La
sangre huye de mis extremidades y se acumula en mi pecho. Se acerca con
decisión y me sonríe. Yo aparto la mirada para tranquilizarme y cuando vuelvo
hacia el frente, él ya está a unos centímetros. Intento decir algo coherente,
pero no recuerdo como pronunciar. Mi vista viaja de sus ojos a sus labios, no
lo puedo evitar. El fuego ya se extiende por todas partes.
---
Me debes algo…- Su voz es grave y me estremece. Se a
lo que se refiere y yo también lo deseo. Tomo una respiración e intento
sonreírle. Alex se coloca muy cerca y me observa, sin tocarme. Casi por impulso
subo mis manos hasta la altura de su pecho, pienso en halarlo de su camisa,
pero desvió la mano hacia mi pecho. <<Respira
Luna, pareces una tonta>> me repito. En ese momento siento el
colgante, y la mente se me aclara un poco.
---
No beso a nadie que no sea mi novio.- Intento que mi voz
suene fuerte y clara, pero se quiebra en la última palabra.
---
Estás de suerte Luna, tienes frente a ti
a tu novio- Alex cierra su brazo alrededor de mi cintura y mi
piel se eriza. Pero sé que debe preguntármelo, no solo asumirlo.
---
Muy gracioso.- Pronuncio con la poca convicción que me
queda, siento su respiración sobre mi rostro- Tienes que…
No
me da tiempo de terminar la frase, posa un dedo sobre mis labios y me acerca el
rostro al suyo. Después olvido siquiera como respirar.
v
La
ley de la atracción unió sus labios, primero de forma tímida, Luna sentía
temor, temor a eso que estaba sintiendo, tan nuevo, tan desconocido y que
invadía cada resquicio de su ser. Los labios de ella temblaban y todo su cuerpo
se estremecía, parecía que el corazón saldría de su pecho en cualquier momento.
Al inicio se quedó quieta, sintiendo, pero a los pocos segundos le fue
imposible controlarse, sus labios inmóviles comenzaron a deslizarse con ternura
y torpeza, no era algo ensayado, sino más bien espontaneo; parecía una forma de
comunicarse, de decir todo lo que no estaba segura de poder expresar con
palabras.
Sintió
un vértigo en su estómago y se aferró con ambos brazos al cuello de Alex, Luna
no creía en los cuentos de hadas en los que se veían fuegos artificiales con el
primer beso, pero claramente algo estaba explotando en su interior. Ambas
respiraciones se volvieron erráticas. El
aire comenzó a faltar y tuvieron que separarse quedando frente a frente, por
unos segundos sus miradas se conectaron
y ambos experimentaron una energía que recorrió su cuerpo de pies a cabeza, reanudaron
el beso, aquel paraíso personal que recién descubrían, necesitaban sentirse,
cerca uno del otro, sin tiempo o espacio, el mundo no importaba, su mundo era
el ahora.
El
beso aumento de tono, Luna sintió como Alex la atraía hacia si con más fuerza,
invadiendo cualquier espacio personal que pudiera existir. Sus labios y su
lengua rozaban con decisión el labio
inferior de ella, demostrando su ansiedad por profundizar el beso, con ansiedad
abrió un poco su boca sintiendo como la suave lengua acariciaba la suya que al
principio se encontraba inmóvil, pero que pronto encontró su estrategia en
aquella lucha que no tenía perdedores. Para Luna era inimaginable que ese beso
fuera el primero, había considerado siempre que sería suave e inexperto, aquel
contacto no tenía ninguna de las dos cualidades pero en este instante no
importaba que fuera hostil, apasionado, incluso violento, porque estaba segura las sensaciones que vagaban
por cada uno de sus sentidos eran mutuas.
Alex
la presionó contra su cuerpo, tomándola por la cintura, las mariposas
revoloteaban en su vientre, sintió hambre, un tipo de hambre oculta que
apremiaba atención, no deseaba que él se diera cuenta porque eso significaría
ser frágil y esperar algo más de intimidad, acciones que ella jamás se
permitiría; su interior le advirtió que ese quien la tenía en sus brazos podría
ser su perdición, la calló y se concentró en las descargas de placer que fluían
desde su cabeza hasta sus pies. Luna deslizo sus manos hasta el cuello de Alex,
acariciándolo con calidez. Estaban al
límite de sus posibilidades. Él tuvo la necesidad de tocar su piel, sin
pensarlo más siguió sus instintos y levantó un poco su blusa, rozando su espalda
con delicadeza, ella percibió cada vello en su piel, erizándose todos al mismo
tiempo, no pudo evitar que los sonidos escaparan de su boca, silenciados por el
beso que compartían. Las frías manos, contrastaban con la tibia piel que
acariciaban, distintos pero iguales, opuestos pero complementarios.
La
excitación en ambos era desbordante y enloquecedora. La atmosfera se llenó de besos
anhelantes, caricias intensas, suspiros ahogados, el tiempo parecía infinito y
a la vez imposiblemente corto. Se separaron una vez más, su respiración entrecortada,
jadeantes, dispuestos. Luna lo besó nuevamente, buscando una fuente de placer
que desde ese momento había tomado como suya, probó más de esa droga a la que
solo en unos instantes se había vuelto adicta, sus besos. Alex beso apenas la
comisura de sus labios y se dirigió a su blanco y esbelto cuello, ella
comprendió y con cierta timidez inclino su cabeza para disfrutar de nuevos
choques eléctricos, al principio contactos pequeños e intermitentes, bajaba y
subía por su cuello, tan lentamente que parecía una tortura, ya era inútil
socavar los jadeos que emergían de su boca, <<Luna>>
susurró haciendo que su aliento chocara con la piel de ella, llegó a los oídos
de Luna con claridad, aquello que sentía era inexplicable, las manos en su
espalda, los labios en su cuello. Una de las manos de Alex subió cuidadosamente
por el cuerpo de Luna hasta llegar a su hombro, bajando un poco la blusa,
deseaba recorrer cada parte de su cuerpo, pero sabía que aún no era el momento,
no era el lugar. Volvió un poco en sí, pero era difícil frente a la cercanía,
la chica lo volvía loco.
Luna
busco ansiosa los labios de su compañero, pero esta vez fue diferente, lento,
apenas un roce, una caricia, un sí. Luna lo sabía, ese beso bien valía por
cualquier pregunta; sin embargo, aún deseaba escucharla. << ¿Eres mi novia?>> le dijo Alex aun tratando de
controlar su pulso. Consciente de que
esa relación sería arriesgada respondió <<Sí>>.
Estaba dispuesta a creer, a entregar parte de su corazón que tan bien cuidado
estaba, jamás se había sentido tan viva como en ese instante. Un fuego
abrasador se había encendido en sus venas y Alex era el combustible que lo
mantenía ardiendo. No sabía si eso era amor, deseo, o ambos, pero estaba segura
que no quería escapar de ello.
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