sábado, 16 de agosto de 2014

CAPITULO DÉCIMO CUARTO

Nota:

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En lo personal este fue uno de los capítulos que más tensión me causaron. Tengo sentimientos encontrados con los personajes.

CUANDO SONRÍES

 

“Sólo un momento necesito, sólo un momento,
para decirte con mis manos lo que siento,
y que en un instante se detenga el tiempo,
y en ese momento que pare el universo.

Sólo un momento preciso; y no lo encuentro.”

Rúben Sada

Luna no era el tipo de chica que buscaba hacer amistades, tampoco pasaba horas frente al espejo antes de salir de su habitación, no era simpática, incluso era un poco antipática con ciertas personas, de pocas palabras y testaruda… y todas estas cualidades, o la falta de ellas, solo la hacían más interesante a los ojos de su compañero de clases. Hiroki no supo en que momento sucedió, aunque suponía que desde la primera vez que la vio, lo cautivó y era de ese tipo de atracción que no tenía retorno, que era una vía de sentido único. Trabajar con ella era tan bueno como desalentador, porque a pesar de lo cerca que estaban, él no encontraba la fórmula de romper el muro de concreto con que protegía sus sentimientos.

<No es un robo si vas a devolverlo…> Hiroki se justificaba por lo que a continuación haría, quizás lo descubrieran y su promedio pagaría por ello pero no le importaba demasiado, era una oportunidad única y no la desperdiciaría con pequeños temores triviales. El caso era que estaba desesperado y lo sabía, lo aceptaba y vivía con ello. No había forma de acercársele sin ser objeto de su implacable y fría mirada, hablarle constituía toda una proeza si se tomaba en cuenta que su lenguaje de monosílabos no alargaba demasiado una conversación y ni hablar de hacerla sonreír… por supuesto lo hacía, no para él, pero sí cuando estaba con su grupo de amigas en la cafetería, no demasiado seguido, más si se observaba suficiente tiempo , como era su costumbre, podría ser testigo de la curva de sus labios y el movimiento de sus rizos; sin embargo, las últimas dos semanas todo fue distinto.

Durante los últimos días de clase nació en él una pequeña esperanza, ella tenía un mejor humor y sus platicabas se tornaban más relajadas, pero desde el primer examen final Luna se mostraba molesta y a la defensiva, sus comentarios eran mordaces lo que combinaba con la expresión de repugnancia a casi cualquier ser vivo que se le acercase. Hiroki mientras tanto distinguía un toque de tristeza y melancolía en sus ojos, trató sin resultados exitosos de indagar sobre el origen de su estado de ánimo, finalmente estuvieron de vacaciones y al no tener ninguna excusa de trabajo que los uniera buscó una oportunidad y como si el destino estuviera conspirando con él, la encontró.

<<Bien caballeros y señoritas, las notas respectivas están ya en el sistema, si tienen alguna observación pueden hacerla en este momento, sus trabajos  están ordenados por apellido… no pueden tomar ninguno que no sea el suyo, si descubro a alguien hacerlo, tomaré medidas y no desean saber cuáles serán >>  la catedrática de “Fotografía y arte visual” se colocó al fondo de la habitación, observaba de reojo a cada alumno, no esperaba reclamos ya que las notas habían sido realmente satisfactorias así que se sorprendió un poco cuando uno de ellos se acercó y le preguntó el porqué de su calificación, era a su criterio una nota excelente así que se molestó un poco y centro toda su atención en resolver el asunto, descuidando así los trabajos que aún seguían en la larga mesa que había dispuesto para acomodarlos.

<Es el momento> pensó, y con una mano temblorosa tomó el grueso álbum, mientras la catedrática se enfocaba en hablar con uno de sus compañeros, lo colocó bajo el suyo y firmo rápidamente la lista de asistencia que estaba sobre la mesa, salió del salón  y con paso rápido se dirigió a su habitación, donde podría reunir el valor suficiente para caminar hasta la habitación de Luna de donde seguramente lo echaría sin dejarlo hablar… hasta que le mostrara que él tenía en su poder algo que le pertenecía.

       v   

Pasaba los canales uno tras otro, sin darle el tiempo suficiente para observar con claridad cuál era su contenido, presionó el botón de apagado de la televisión y se sentó sobre su cama, miró el libro sobre la mesa de noche, no le apetecía leer  así que tomo su portátil y la prendió, echó un vistazo rápido a las redes sociales, ningún mensaje nuevo, nada que valiera la pena ver; buscó las actualizaciones de las series que veía pero recordó que era domingo, el día muerto… al cabo de un rato cerró la portátil y atrajo su móvil, cargó uno de esos juegos en los que siempre ganaba y se perdió en el mundo de encontrar diamantes de colores, hasta que alguien irrumpió en la habitación.

<<¡¡Medusa, ya es de día!! ¡ARRIBA HOLGAZANA!>> Frank le quitó la almohada que sostenía su cabeza, y está cayó en el colchón, después de un <<DEJAME EN PAZ>>, Luna se puso de pie cual resorte, para sorpresa de su hermano no intentó sacarle un ojo, o fracturar su nariz, solo se limitó a decir: << ¿QUÉ NO TIENES UNA VIDA DE QUE OCUPARTE?... PUES VIVELA Y DEJAME EN PAZ >>. Nada de insultos o amenazas, la situación era grave, pensó su mellizo.

---Bien, suéltalo, ¿Qué es? – Frank se apoyó en el ropero y puso su mirada de “terapeuta” que usaba en ocasiones como esta, no es que Luna le contara todo, pero al pasar por un problema, que casi siempre tenían que ver con asuntos familiares, recurrían el uno al otro… y él asumía que algo andaba mal, no porque su gemela se pasara el día entero en pijama o viendo televisión, eso era parte de su concepto de vacaciones, si no por su apatía, que no quisiera golpearlo constantemente, no era buena señal.

---No sé de qué hablas…- Luna cruzó sus brazos en una clara señal que no le diría nada, confiaba en su hermano, pero jamás había hablado con él de aquel tema… y es que no había nada de qué hablar, en la secundaria varios chicos habían llamado su atención pero no entablo conversación con ninguno, tampoco hablaba con sus amigas de ello, no le hacía gracia que un grupo de chicas hiciera comentarios de doble sentido para que ella se pusiera roja, algo que aún no lograba controlar.

---Te has negado toda la semana a salir con tus amigas, y ahora simplemente quieres que te deje en paz en lugar de lanzarme uno de tus adornos para que me largue- su tono de voz era plano  y también cruzó los brazos.

--- ¿Piensas que algo está mal conmigo solo porque no me comporto como lunática?...  y sabes que no me gusta salir- rodó sus ojos y soltó un bufido de frustración, Frank posó su mirada en ella como si quisiera leer sus pensamientos, Luna apartó la mirada pero comenzó a dudar, quizás él supiera algo y estuviera poniéndola a prueba… <¿Cómo podría enterarse? … ¡Sol!, si lo sabe tuvo que ser por ella, pequeño mounstro chismoso, como pude confiar en ella. >

--- Bueno, dado que siempre te comportas como lunática… no me culpes por preocuparme, nuestros padres me quitarían la herencia si dejara que a su “pequeña niña” le pasara algo…- Frank notó que ella estaba nerviosa, pero si insistía solo lograría que en verdad le lanzara unas tijeras para que se fuera de ahí, quizás fuera hora de bajar la guardia- solo estoy siendo tu hermano Luna, no es necesario que te alejes de todo el mundo, sea lo que sea, sal de aquí y recibe un poco de sol … pareces vampiro- lo último lo menciono con una sonrisa.

Luna le lanzó una almohada que él atrapó antes de que llegara a su objetivo, < Quizás no sepa nada, después de todo> pensaba, mientras le ofrecía una media sonrisa que parecía más  una mueca.

--- Solo no quiero salir, porque nunca quiero salir, no entres en pánico “campanita” aún “creo”…- Frank no pudo evitar reír al escuchar de nuevo los singulares apodos que su hermana le imponía- supongo que estoy cansada luego de los exámenes y por eso no te insulto tanto, pero descuida, me pondré a trabajar en ello- se había acercado para darle un golpe en el hombro.

--- Bien… puedes quedarte todo el día en la cama hoy, es más ni siquiera tienes que darte una ducha, aunque por tu olor te lo aconsejaría…- su último comentario propicio un nuevo golpe que él detuvo, rio y luego posó su mano en el hombro de Luna- pero mañana saldrás conmigo y no puedes decir que no- se alejó y salió del cuarto sin dejar que Luna respondiera, Frank nunca aceptaba un no por respuesta.

        v   

El reloj marcaba la 1:00 pm, hacia veinte minutos que su hermano abandonó la habitación, Luna pensaba tomar una ducha pero su cuerpo se resistía a levantarse de la cama, en medio de almohadas y cobertores, además ya iba por el nivel once de trece niveles en el juego de los diamantes de colores, era muy buena exploradora se felicitaba a sí misma, aunque solo fuera de forma digital.

La puerta resonó pero ella no lo escuchó sino hasta un momento después, los audífonos estaban en sus oídos, maldijo por lo bajo y pausó el juego, no se molestó en colocarse las pantuflas y descalza fue hasta la puerta, su hermano estaba siendo una verdadera molestia este día… su malhumor no le permitió darse cuenta que Frank nunca tocaba la puerta para entrar.

<< ¡Maldición! Que quieres aho…>> las palabras se atoraron en su garganta, no era su hermano quien tocaba su puerta, abrió sus ojos con sorpresa y luego movió un poco la cabeza sin entender la situación, él estaba ahí, no debería estarlo, jamás le había dicho el número de su habitación, ¿estaba molesta? No lo sentía así, pero no le hacía feliz, ¿o sí?…le tomo unos cuantos segundos darse cuenta de la ropa que llevaba puesta, su pijama rosado y la camiseta con pequeñas ovejas durmiendo, descalza, con el cabello en estado natural…quizás lo más sabio hubiera sido tomar esa ducha. Cerró la puerta de golpe, dejando un <<Hola>>, de su interlocutor, opacado.

--- Ehh… ¿Luna?- Hiroki hablaba desde atrás de la puerta, ella aún estaba justo al otro lado, buscando una razón para que estuviera ahí, y la forma correcta de comportarse… de cualquier manera, ¿Qué eran? ¿Amigos? Bueno, no lo odiaba tanto como al inicio pero…<no somos amigos, ¿Quién le dio permiso de aparecerse en mi habitación?... ¡Maldito acosador!>.

--- ¿Qué quieres? – Fue la única respuesta que se escuchó desde el otro lado, el chico no se había preparado para encontrarla en semejante estado, no creía posible que la Luna fiera que él conocía pudiera tener un lado tan… tierno. Verla así había causado muchas reacciones en su interior, pero ninguna de ellas negativa, <parece encantadora de cualquier manera> pensaba, y sus rizos se veían más salvajes que nunca, otro de los pequeños placeres que le ofrecía ser su compañero en todas las materias, dar miradas furtivas a sus rizos que parecían jugar con el viento.

--- Si… hmm… la cosa es que… tengo tu álbum- Luna no respondió nada inmediatamente, ¿a qué álbum se refería?, no lo recordaba – de la clase de fotografía- <Ohh ese álbum> pensó, pero no le veía sentido, ella tenía un sobresaliente en la actividad,  copias de las fotos y lo cierto era que no significaban nada especial para ella, pero él se había tomado el trabajo de recogerlo y traerlo… <Genial ahora tendré que agradecerle> se lamentó.

--- Esta bien- <Déjalo en el suelo y vete> paso por su mente, pero no podía comportarse como una completa perr… insensible, podía, pero no tenía energía para ello- Salgo en unos minutos, espérame a la salida del edificio- Se apresuró a ducharse y cambiarse.

--- Bien- respondió Hiroki, pero Luna ya se había retirado del otro lado, aún tenía unos minutos para repasar su argumento, no es que hubiera pasado los dos últimos días teniendo conversaciones mentales sobre como preguntarle qué le ocurría… bueno quizás si lo había hecho.

         v   

Luna jamás había tomado una ducha tan rápida, ella prolongaba el baño durante aproximadamente una hora, pero en esta ocasión lo hizo en el memorable tiempo de diez minutos, lo logró al no lavar su cabello y eso conllevo perder más tiempo del debido frente al espejo, tratando de domar a los rizos que no accedían a quedarse en su lugar; se dio por vencida y con la ayuda de una liga se lo enrolló hasta formar un moño. Echó un último vistazo a su aspecto y se dispuso a salir, Hiroki debía haberla esperado alrededor de veinte minutos, no le importaba demasiado hacerlo esperar, pero quería sus fotografías de regreso, no porque las necesitara, si no simplemente porque eran suyas  y se sentía muy impropio que él tuviera algo que le pertenecía.

El teléfono de la habitación sonó justo cuando cruzaba la puerta, no esperaba ninguna llamada pero podían ser sus padres, regresó y descolgó el auricular en un movimiento brusco, <<Diga… no, es la extensión equivocada>>< ¡M%$#$!> exclamó para sus adentros, había sido un número equivocado, se apresuró a salir y llegó lo más rápido que pudo hasta las gradas que se dirigían al piso de abajo, su habitación estaba en el cuarto piso del edificio, bajo trotando al tercer piso y luego se detuvo. < ¿Por qué estoy corriendo? … es solo un álbum, y es solo ese chico que no me deja en paz aún en vacaciones…tranquilízate Luna,  no tiene importancia > caminaba despacio, contando los escalones, mientras se regañaba a sí misma.

         v   

El viento agitaba incesantemente las hojas del árbol frente a él. Hiroki había esperado su llegada más de treinta minutos, <No vendrá> se decía, < Diablos ¿Porque pensaste que lo haría?> se torturaba. No era propio de ella hacer cosas que no le apetecían y estar en compañía de él no era de sus actividades favoritas, todos los rechazos anteriores, todos los intentos fallidos de congeniar, todos sus gestos de indiferencia, se atropellaron en su mente uno tras otro, en un solo minuto, y la realidad lo golpeó…<Jamás se fijara en ti>. Tomó lo que quedaba de su orgullo y se puso de pie, colocó el álbum en la banca en que había permanecido sentado y se marchó.