Talves debí poner esto desde el primer capitulo:
Los personajes y los hechos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. "She's like the wind" no es de mi propiedad ( no se como es esto de los derechos de autor, por eso mejor lo aclaro).
v = cambios de escena
“La peor forma de echar a alguien de menos es estar sentada a su lado y saber que nunca será tuyo”… ¿o sí?
Apenas era una leve luz, tus
ojos aún no se acostumbraban al radiante sol de una mañana de primavera, una
voz grave proveniente de fuera de la habitación te saco de tu subconsciente, lo
cual fue trágico, estabas teniendo el primer sueño que no terminaba en muerte
desde hace más de 6 meses.
--- Buenos días, ya estoy de pie – gritaste mientras te
envolvías con la sabana, no estabas dispuesta a levantarte, no el ultimo día
que disfrutarías de tu propia cama, en mucho tiempo.
--- Vamos Luna, se hará tarde, recuerda que debes ser puntual o perderán el
vuelo- ahora la voz le pertenecía a tu madre, y ella tenía toda la razón,
el despertador también lo sabía porque comenzó a sonar con locura y la radio se
prendió, Aint No Mountain
High Enough, lo que te faltaba, apagaste
la radio de una palmada.
Saltaste de la cama, directo
a la ducha, el equipo de sonido prendido y tus canciones favoritas sonando, al
salir tu ropa sobre la cama, tu madre se había encargado de elegir uno de los
muchos conjuntos que habían adquirido especialmente para el viaje a Italia, no
solía preparar tu ropa, pero había insistido tanto en comprar esa preciosa
chaqueta, blusa y pantalón casual que no se arriesgaría a que no lo usaras. Ya
que no perdías nada, lo tomaste.
Te gusta tu cabello, su
color caoba mezclado con rojizo, su forma, las ondas que van de medias a puntas,
lo usas largo a pesar de que tiene más días malos que buenos, desde niña
estuviste entre las más altas de la clase, por eso la maestra insistía con los
deportes, pero nunca logro que te unieras a equipo alguno, en síntesis el
deporte y tú son enemigos antiguos; aun así, los genes están de tu lado y
aunque te encanta la buena comida ( y también la chatarra) , las libras de más
jamás han sido uno de tus problemas. Retocas tus ojos grandes, color chocolate,
con un poco de delineador café y luego tus labios con un suave brillo, que
sobresale en tu tez blanca. Tomas las maletas, que te aguardan en una esquina
desde el día anterior, dentro de una viaja tu inseparable amiga, tu almohada
favorita, porque aunque pudiera parecer infantil para ti es importante, es como
llevarte un poco de tu habitación, de tu hogar, de tu vida en Grecia.
Revisas y sientes que falta
algo, así es, sonríes y colocas tus pensamientos en modo “señorita simpatía”,
como cuando vas a hacer algo que en verdad no quieres, pero es necesario. Porque
sabes que es lo correcto, que harás feliz a las personas que te importan, que quieres:
a tus padres. Ahora estás lista.
De un momento a otro te
encuentras sentada en la cómoda butaca
de primera clase en un avión con destino al aeropuerto de Venecia, ves por la
ventanilla, el cielo es precioso, aún sientes en tu mejilla el beso de despedida
de tu madre y el abrazo de tu padre y recuerdas sus palabras.
--- Llamen cuando lleguen allá, no olviden que siempre contarán con
nosotros. Los amamos – Palabras de mamá, entre sollozos, sus dos únicos
hijos ahora volaban fuera del nido.
--- Sé que ustedes dos harán que me sienta aún más orgulloso de lo que ya
estoy, son unos Angeli y los Angeli somos triunfadores. Hijo cuida de tu
hermana y tu Luna no quites la mirada de tu meta, cuídate hija. – Eran las
palabras de papá. Te preguntas porqué a Frankie, o Frank como todos lo
llamaban, no le habría recalcado sus metas y precisamente la parte de no
desviar la mirada, quizás porque las metas de Frank siempre fueron las mismas
que él tenía en mente, contigo la historia era otra.
Supiste de tu talento desde
los primeros años de infancia. Eras una pequeña con una gran imaginación, te
sentías atraída por el cine, el arte, el diseño. Pasaste incontables tardes en
tu ordenador, buscando información sobre: Diseño cinematográfico, te
maravillabas al ver los proyectos y los talleres de las grandes universidades,
especializadas en bellas artes. Por
desgracia tu padre no compartía tu afición y estaba mucho más pendiente de
ayudar a Frank con sus prototipos de planos que a ti con tus guiones sobre
historias fantásticas, tú tampoco lo involucraste demasiado. Tu madre conocía
perfectamente lo que deseabas y cuando terminaron la preparatoria y debían decidir
la carrera que seguirían en la educación superior, se mantuvo a tu lado, te apoyo
hasta el final pero cambiar el parecer de papá era algo prácticamente
imposible.
Arquitectura, o ingeniería o
bien economía o quizás medicina, pero cine, cine, ¡¿qué era lo que pasaba por
la mente de su hija?! Se preguntaba el padre constantemente. ¡Jamás encontrarías
un trabajo serio si desperdiciabas 4 años de tu vida estudiando un pasatiempo! eso
era lo que te repetía, lo único que buscaba era tu bienestar, aun en contra de tus
deseos.
Y de todas las
“alternativas” citadas por él tarde tras tarde y en cada momento oportuno o
inoportuno del último año, arquitectura te pareció lo más sensato, no era
precisamente una carrera de artes dramáticas, pero era lo que quedaba, al menos
estarías cerca de Frank. Viéndolo desde un punto positivo podría llegar a
gustarte, de cualquier manera eras destacada en matemáticas en el colegio, desafortunadamente pensar en positivo no era
una de tus características más notables.
--- ¿Piensas en cómo será?- Frankie, como lo llamabas solo para ti, te
miraba tiernamente mientras formulaba la pregunta, y dejaba el libro que leía a
un lado.
--- Será frio, aburrido, y lo único bueno de la ciudad son sus calles- Dijiste
desganada, era lo primero que decías desde que subieron al avión, a pesar de la
estrecha relación que compartías con tu
mellizo, no deseabas hablar.
--- Sé que estás enojada y nerviosa; pero, mira el lado positivo, podría
ser peor, podríamos estar viajando en clase turista- Frank río mientras
pronunciaba estas palabras y logró que sonrieras.
--- Esta bien, tú tienes razón, me olvidare un momento de mi destino y veré
contigo una película, ahh y para tu información si seré una de esas hermanas
celosas, que no dejará que las chicas te rapten, las chicas italianas no me dan
confianza- Sonreíste, la verdad era que tu hermano no tomaba tu opinión
para las malas novias que tenía.
Observaste a tu hermano, se
veía mucho más tranquilo que tú, debía estarlo para su suerte él tenía talento
natural cuando de diseñar todo tipo de
estructuras se trataba. Siempre lo admiraste aunque nunca lo admitirías, amable
y caballeroso, a veces quizás demasiado diligente con las personas desde tu
punto de vista, defensor de las causas que le parecían justas, Frank no tenía
ningún reparo en armar una discusión, todo lo contrario a ti. En las notas
siempre competían, Frank se divertía al verte un poco molesta cuando el
sobresalía por unas centésimas más. Por si fuera poco, era un nerd atractivo,
no del tipo “cerebro sexy”, sino “chico lindo sexy”, rodabas los ojos solo de
pensar en eso, las chicas que estaban detrás de él, compartían la habilidad de
ser insoportables. Frank no era deportista estrella pero estaba en el equipo de
basquetbol, y desde ahí se podía codear con gente bonita y popular. La gente
popular nunca te gusto, y no tenías muchas amigas, solo dos… no necesitabas
más.
--- No conoces a ninguna chica italiana- rio y tú lo fulminaste con la
mirada, aún podías ganarle en una pelea, aunque desde hace unos años te
preguntabas si no te había dejado ganar en todas, el metro ochenta y nueve de
estatura no competía con tu metro setenta y dos.
--- No es necesario que las conozca, lo sé, llámalo “sexto sentido de
hermana mayor”, porque soy tu hermana mayor, y no vengas con eso de “solo son 3
minutos”, 3 minutos pueden ser una eternidad - la plática termino aquí,
porque ambos se acomodaron para ver la película, aún faltaban varias horas de
vuelo, y ninguno se imaginaba lo que les esperaba.