domingo, 10 de mayo de 2015

CAPITULO CUATRO

Nota:

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RUTA PELIGROSA

‎" Tengo ganas de abrazarte como se hacen las primeras veces; impacientes, cálidas, cerrando fuerte los ojos para que no se nos escape el alma"

Acción Poetica Colombia

*Flashback*
<< Ok, espero que a todos les haya quedado claro la forma correcta de hacer tomas en interiores>> los alumnos asienten, sus caras llenas de entusiasmo << recuerden que como directores tendrán que estar involucrados en todo>> el profesor camina hacia una esquina del salón para tomar la lista de asistencia << haremos una pequeña práctica, y como sé que no hay voluntarios escogeremos uno al azar>> revisa los nombres y se detiene en uno << ¿Ángeli?>> pronuncia en voz alta, ve a una pelirroja con cara de no haber sonreído en toda su vida << Ah … nuestra más amigable compañera… al frente, enséñanos como se hacen las tomas >> el profesor siente como su alumna lo fulmina con la mirada, pero obediente se dirige al frente.

No puede ser peor. Ningún martes en la historia de su vida había sido como ese. Luna piensa en que quedarse en su cama hubiera sido mucho mejor, pero su <estúpido> hábito de la responsabilidad la había llevado hasta esa clase, a la cual no le veía ningún sentido, ¿no estaban los camarógrafos para eso? Ahora se encontraba al frente de una monstruosidad que pesaba como mínimo cien libras, o eso era lo que ella calculaba, la cámara estaba sobre un soporte para mantenerse de pie y tenían diversos cables y botones que debían transmitir una imagen nítida a la pantalla incrustada en la pared. Si solo hubiese puesto atención a lo que el profesor recitaba las cosas serían distintas, pero todo era culpa de su <estúpido> hermano y  esa <estúpida> conversación, no lograba sacarse de la cabeza su amenaza y el tono que había empleado, como si fuese su enemigo, no conocía a ese Frank… le dolía que no la apoyara, <que se meta su amenaza por donde mejor le quepa>, repetía para restarle importancia. Ahora haría el ridículo totalmente. ¿Cómo se encendía la <estúpida> cámara?

<<Señorita Ángeli, estamos esperando…>> apura el maestro. Luna toca un botón pero nada pasa, excepto un coro de risas que se escuchan a su alrededor.  El catedrático se aclara la garganta << Creó que debería encenderla primero y luego muéstrenos un acercamiento y alejamiento de aquella columna>>. La chica ve la columna a la que se refiere, es del tipo romana y está ahí justamente para ese propósito, la lógica le dice que aquello es fácil, solo debe ajustar un poco la cámara para que quede a su altura, ve una palanca y por reflejo decide accionarla. << Acabo de decir que se ajusta solamente cuando está encendida señorita>> la voz del hombre suena cada vez más irritada, más risas, ahora con murmuraciones. << Es suficiente, veo que mi clase no es importan…>>  antes de que pueda terminar un chico asiático parado junto a él lo interrumpe << Yo puedo ayudarla>>. Mr. James vuelve hacia su alumno. Todos guardan silencio. El profesor sonríe maliciosamente << Bien, señor Wright muéstrenos como se hace… señorita Ángeli, parece que es su día de suerte>> dice mientras el chico camina hacia el frente.

Mr. James no soporta que los alumnos entren a clases sin participar, lo dijo desde el primer día, y todos lo entendieron excepto la pelirroja < con cara de haberse chupado un limón> por eso vio la oportunidad de darle un escarmiento y la tomó, él sabe que la cámara está a punto de ser cambiada por otra, mantenimiento le dijo que no se podía utilizar hasta la siguiente semana , así que consideró adecuado que la señorita < no voy a hacer lo que usted quiere> la manejara, pero si algo le molestaba más que eso era ser interrumpido, aquel muchacho <demasiado amigable> se lo había buscado.

Hiroki llega rápidamente donde se encuentra Luna. << ¿Qué estás haciendo?>>  le susurra la chica cuando se acerca, << Salvándote>> contesta en el mismo tono, al tiempo que revisa que los cables de la cámara estén conectados. <<No necesito que me salves, sé lo que hago>> se defiende la testaruda muchacha negándose a aceptar su falta de conocimiento, <<Claro, desde allá atrás se nota perfectamente>> dice refiriéndose al público que los observa.

--- ¡Suficiente plática, más acción señores!- grita desde su asiento Mr. James.

El muchacho presiona un botón para poner a funcionar la reliquia del cine que está por manejar, algunas luces se encienden. Hiroki sabe bien cómo funciona esa y muchos otros tipos de cámaras profesionales, pero jamás ha  llevado sus conocimientos a la práctica. Ve una palanca para la altura del instrumento, intenta accionarla pero el artefacto no coopera.

<< Yo lo hago>> le dice Luna, <<No>> repone él, la última persona delante de la quiere quedar como un inútil es ella, pero la pelirroja no toma en cuenta la protesta de su amigo y pone su mano sobre la de él para halar al mismo tiempo. El chico siente como su sangre se calienta en el punto de contacto y perdiendo el control imprime más fuerza de la necesaria. Todo pasa muy rápido. La palanca chilla y cede quedando en la mano de Hiroki, quien por el impulso pierde el equilibrio y tropieza con el artefacto que ya sin seguro se precipita al frente rápidamente y choca contra la columna, la cabeza de la cámara ha bajado de altura y gira como poseída hasta que comienza a salir humo de uno de los tornillos que la sostienen y finalmente  se cae destrozándose en el suelo.

Cinco segundos de silencio y luego… carcajadas. Los pedazos de la cámara todavía giran y el chico que intentó sin éxito detenerla sostiene aún la palanca en la mano y otro trozo de lo que debía ser alguna parte importante de la cámara. Hiroki está en estado de shock, escucha en el fondo muchas risas, siente su cara ardiendo y se da la vuelta para encontrarse a un auditorio, maestro e incluso una Luna que no pueden parar de burlarse. Le toma un segundo darse cuenta de lo absurda de la situación y comenzar a reírse tímidamente. <<Parece que acaba de regalarnos una cámara nueva señor Wright>> comenta Mr. James aclarándose la voz luego de terminar de reírse.

*Fin Flashback*

v   

El sol es muy fuerte a esa hora del día, Luna camina con aburrimiento por uno de los jardines, se dirige a la biblioteca. Acaba de ver a Alex y por imposible que parezca su humor no ha mejorado ni un poco con su visita. Si las cosas se habían puesto mal con su hermano unas semanas atrás era poco comparado con los últimos días. Ya no había charlas “parentales”, ya no más regaños… ahora Frank se limitaba a ignorar que existía. < Niño estúpido> le decía mentalmente, no es que ella lo hubiese buscado o intentara hablar con él ¿no era ese su papel? Y luego estaba Alex, con él las cosas eran magnificas, pero… a su manera, y ella no siempre estaba de acuerdo, pero nunca se lo decía. < Algo está mal> casi daba palmadas al aire para ahuyentar esos molestos pensamientos que surgían de vez en cuando, era como otra Luna metida en el fondo de su cráneo a quien ella amordazaba para que no intentara arruinar su felicidad.

Camina tan absorta en sus pensamientos que no se da cuenta del pequeño desnivel en el suelo donde su sandalia tropieza haciendo que suelte una maldición, se agacha para revisar los daños en sus dedos y ve que solo fue un susto, de pronto alguien hala de su mochila haciéndola tambalear y casi caer de espaldas, pero se detiene poniendo una mano en el piso, luego vuelve hacia arriba para identificar al “bromista”, aunque ya de antemano sabe quién es.

--- ¿Amaneciste con ganas de que te ponga un ojo morado?- Luna se pone de pie con rapidez, ignorando la mano que Hiroki le tiende.

El chico muestra su dientes al formar una sonrisa- Trataba de ayudarte…- Luna suelta un bufido mientras se arregla el gancho que le sujeta el cabello- ¿perdiste tu peine?- dice Hiroki con fingida sorpresa.

--- Estás poniendo todo de tu parte para conseguir ese ojo morado- entrecierra los ojos y le da un empujón, continua su camino y el chico se coloca a su lado.

--- Relájate Luna, ¿Qué ocurre? – el tono del muchacho ahora es conciliador, suave y calmo, como siempre.

--- Nada, los exámenes me tienen alterada, es todo- ella sabe que su amigo no se creerá esa tambaleante excusa.

Hiroki sabe que las cosas con su hermano son difíciles desde que se enteró por terceros de su relación con el <imbécil>, pero teme que algo más esté ocurriendo.

--- Yo diría que necesitas tomarte un respiro, por ejemplo mañana- el muchacho abre la puerta para ella al llegar a la biblioteca, pasan sus identificaciones por un lector electrónico y se dirigen al área común.

--- Hmmm- Luna sabe que la actividad de Historia del Cine es el día siguiente, tiene categoría de opcional pero nadie desea perder la oportunidad de ir a una función de terror clásico a media noche en un cine antiguo- aún no se si iré.

Se sientan uno junto al otro, cada uno saca su laptop y la enciende. – ¿No sabes si irás?- Hiroki alza una ceja- Creí que Psicosis era una película que valía la pena criticar.

Ella busca torpemente en sus archivos las presentaciones que debe estudiar, no le gusta perder el tiempo ordenando sus documentos en carpetas, echa un ojo a la pantalla de Hiroki, se lee claramente el nombre de cada materia en un folder diferente, < estirado> piensa, luego recuerda que Sol usa el mismo método y que fue víctima de sus burlas cuando descubrió que ella se tardaba más de cinco minutos en encontrar cualquier archivo que no estuviera en su escritorio. < Podrías ir con Hiroki a ver esa película… Alex tiene que entender, no es tu  dueño>  de nuevo los sermones de Sol presentándose sin que ella los pidiera.

--- Sí aún lo pienso, pero no quiero tener que hacer alguna ridícula actividad de convivencia en el autobús… ya sabes cómo es la cacatúa Celina.- Rueda los ojos, y por fin encuentra una de las presentaciones. Luna está consciente de que la razón para  no ir es muy diferente, Alex se ofreció a llevarla en su auto y si dice que sí significaría que Hiroki estaría en el mismo espacio, esa idea la perturba; además, se siente como si ese tipo de cosas fueran solo de Hiroki y ella… eso no la hace sentir mejor, no quiere ocultarle nada a Alex. Él es su novio y lo ama. Lo ama. Saborea esa idea, la emociona pensar en ello.
--- No tienes que preocuparte por eso, podemos ir en mi auto- Luna se congela, ya no es solo la propuesta de Alex, sino también la de Hiroki.

--- ¿Tu auto? Hiroki tú no conoces el camino, ¿crees que voy a arriesgarme a ir contigo a una ciudad extraña a media noche? – El muchacho se da la vuelta para quedar frente a ella, está a punto de jugar su última carta en ese asunto.

--- ¿Recuerdas que me debes muchas? ¿Pero una en especial que involucra librarte de una humillación pública? – Ella gira para verlo a los ojos fijamente, él está cobrándose el ridículo de la cámara, semanas atrás. Ninguno parpadea, es ella quien estalla en una risa que rompe el inmaculado silencio de la biblioteca.

--- No es mi culpa que tengas tan mala suerte- se sigue riendo pero ahora más bajito, aun así algunos vuelven a ver.

--- Podrías fingir agradecimiento- Hiroki pone su inusual rostro de indiferencia, pero eso solo logra que Luna ría más y su rostro se encienda de rojo, tiene que sacar de su mochila una botella de agua y dar un sorbo. -¿Terminaste de burlarte?-  reclama el asiático, ella asiente, el mueve la cabeza negativamente y guarda silencio.

Reír un poco no está mal después de todo, los músculos de Luna se sienten más relajados y ya no desea golpear algo, o alguien. Reír a costillas de Hiroki es todavía mejor. Sabe que si asiste a esa película con él va a pasarla bien, siempre es así, incluso cuando ella se convierte en dragón y echa fuego por la boca, el muchacho es paciente y considerado. Ella lo podría describir como un lugar de descanso. Sin pensarlo más lo decide.

--- Ahhh…bien, pero no obtendrás ningún otro favor de mí, con esto quedan saldadas todas mis deudas ¿Lo tomas o lo dejas? – Luna no piensa en cómo se lo dirá a Alex, talvez no lo haga.

--- Hecho- él le ofrece un apretón de manos para cerrar el trato, ella duda, pero ejerce una leve presión en su palma. Ese pequeño contacto quedará grabado en la piel del chico por algunos minutos dejando una sensación de hormigueo.

Luna sabe que tendrá que mentirle a su novio por primera vez. < Las cosas a escondidas terminan mal> ya no es la molesta voz de su compañera de cuarto, ahora también es la de su padre <Algo siempre sale mal>, < Podrías terminar en el hospital o en la cárcel>. Vuelve a acomodar su cabello, que no coopera desde la mañana, y se concentra en estudiar. Necesita ese documento que descargó hace días, ¿Dónde lo puso? <Ahhh>.