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REGRESO A CASA
“Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida”
Mario Benedetti
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¡ESTABAS A PUNTO DE BESARTE CON ALEX!>> Sol
se paseaba de arriba abajo en la pequeña habitación, haciendo gestos con las
manos mientras repetía una y otra vez la misma frase… no fue sino hasta que
Luna le dio un golpe en el hombro que la entusiasta muchacha pudo controlarse
un poco.
---
¡Auch! – Dijo frotándose el hombro y golpeando también a
Luna; sin embargo, los golpes de Sol no tenían nada que ver con los de su
compañera.
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Es para que te calles, tengo sueño… vamos a dormir ya, ¿a qué hora sale tu
vuelo?- Luna se ponía las zapatillas de dormir mientras
hablaba, quería aparentar la mayor naturalidad posible, una palabra mal
colocada y Sol no la dejaría en paz toda la noche preguntando sobre todos los
detalles de su conversación.
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¡PUES NO VAS A DORMIR! – Sol se irguió para parecer más
alta y con el dedo índice apunto a la cara de su amiga- Vas a contarme todo lo que paso allá afuera antes que yo apareciera … y
te SALVARA- Sol puso su mirada acusadora, luego levanto la ceja y vio con
orgullo como Luna enrojecía de nuevo.
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¿Por qué debería contarte?… ¿Desde cuando eres psicóloga, terapeuta o que se
yo?- Luna no daría su brazo a torcer, aunque no podía
evitar que su sistema endocrino reaccionará encendiendo sus mejillas al
recordar lo que acababa de pasar.
---
¡Soy todo eso y más!... soy tu amiga, y yo te conté antes que a nadie la
pesadilla de hace dos días- Dijo refiriéndose a la escena de
la chica semidesnuda en el cuarto de su ex - novio.
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¿Desde cuándo somos amigas?> pensó en responder solo
para hacer que la chica dejara de torturarla con aquel interrogatorio, pero no
deseaba tener que escuchar el llanto que seguiría a aquella declaración, que
aunque le disgustaba admitir, era falsa. No sabía desde cuándo, pero Sol
calificaba en el título de amiga. Suspiró resignada. Y se sentó en la silla de
su escritorio.
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Voy a matarte si me quedo dormida y pierdo el vuelo-
Ante aquellas palabras, Sol dio otro pequeño salto de emoción y se sentó al
borde de la cama esperando la historia que Luna le relataría, no sabía que
quince años después aquello sería parte de un libro.
v
Habían
pasado alrededor de 1 hora charlando, entre preguntas y más preguntas
formuladas por Sol y respuestas escuetas dadas por Luna. La pelirroja le relató
lo que ocurrió con Alex, y su interlocutora casi muere de una sobredosis de
romanticismo cuando Luna mencionó la coincidencia del prendedor de trébol y el
primer día de clase. Se suponía que Alex estaba en la “lista negra” de Sol, pero ella era muy susceptible a cosas del
destino, por lo que tuvo que luchar contra su naturaleza para no gritarle a su
amiga que lo llamará en ese mismo momento y le dijera que sí a la propuesta que
fuera.
Aquella
conversación estaba sirviéndole a la chica Italiana para olvidar sus penas y el
disgusto que acababa de pasar, intentaba comportarse de una forma normal ante
todos, ella sabía que no valdría la pena encerrarse a llorar en su habitación
por un mal amor, la vida seguía adelante, y la próxima vez tendría más cuidado
antes de fiarse de un muchacho. En un instante su memoria hizo “clic” y recordó
que había quedado de encontrarse con Santiago, vio su reloj de mano, solo
faltaban 15 minutos y para llegar a tiempo a la cafetería debería irse. No
quería hacerlo, pero era hora de enfrentar a sus demonios personales.
--- ¿Entonces qué vas a responderle?... Mira
yo pienso que la situación es sumamente romántica y él es guapo, en realidad
muy guapo, es inteligente y es el tipo de chico que tú estás buscando, me
refiero a la actitud de chico malo… y si me permites un poco engreído, pero es
complicado, con Amber en medio, quizás no sean novios, pero estoy segura que
ella siente algo por él, la he observado y es OBVIO… por lo demás talvez
funcione, aunque…- Sol se detuvo en ese punto, siempre que
daba consejos lo hacía con la razón y no con el corazón, lo erróneo era que
ella misma no seguía tales consejos.
---
¿Aunque?... Pensé que me dirías que le llamara ahora mismo y aceptara lo que me
propusiera, ¿te pasó algo hoy?- Luna miraba a su
“consejera” indagando que algo le
sucedía.
---
Solo estoy intentando ser realista, y creo que si aceptas comenzar una relación
con Alex debes ir despacio… muy despacio.- Sol comenzó a
ponerse de nuevo las plataformas y se retocó los polvos.
---
Claro, para eso está la prueba del primer año, lo tengo bajo control-
Luna tenía una extraña sonrisa en el rostro que no era usual-¿Vas a alguna parte?
---Eh…
veré a Santiago, necesito terminar las cosas con él cara a cara, y tienes más de un mes para pensarlo, no te adelantes.-
La chica tomó su abrigo y se dispuso a salir de la habitación.
---
Cuídate- fue todo lo que su amiga dijo.
v
Sol
estaba sentada en una de las butacas del lado derecho de la cafetería, escuchó
sonar una campanilla en la puerta que anunciaba la llegada de un nuevo cliente.
Era él. Se acercó a la mesa y tomó asiento frente a ella.
---
Déjame explicarte… - comenzó Santiago, intentando tomar la
mano de la chica.
---
No, no necesito que me expliques nada- <<Pero>> repuso el chico, pero Sol continuo- no solo se trata del engaño, puede que hayas
tenido una o varias chicas, o quizás ninguna pero el punto de todo es que aunque
me juraras que dices la verdad yo no te creería, la confianza está rota y el
cariño que yo creí tenerte ha ido muriendo, tú lo mataste, jamás estuviste de
verdad eras solo la imagen del chico perfecto la que me acompañaba, porque para
ti siempre había algo más importante que yo- Sol se había prometido a sí
misma no llorar y estaba obstinada en cumplirlo.
---
Sabes yo vengo hasta aquí a pedirte perdón por algo que solo es un maldito
malentendido y tú estás tratándome como si fuera una basura… si vamos a hablar
de errores, comencemos por los tuyos… ¿la chica perfecta? Bonita, inteligente…
eso es lo que tú te crees, cuando solo eres una niña que…-
Santiago estaba defendiéndose, olvidando rápidamente que había llegado hasta
ahí para recuperarla.
---
Cállate… - Comenzaba a sudar y esa era una mala señal, no
quería hacer un escándalo- esto es tuyo-
era un collar en forma de flor que él le había regalado solo dos meses antes- tíralo o mejor regálaselo a alguna de tus
amiguitas, ahora tendrás todo el tiempo para ellas- la muchacha se levantó
de su asiento, pero sintió que él la sujetaba de la muñeca.
---
NO HEMOS TERMINADO… Tú no vas a
terminarme a mi Sol, ¿crees que puedes
dejarme? , jamás encontraras a alguien como yo, soy tu ideal, ¡ACÉPTALO! ERES
TAN SUPERFICIAL COMO YO, LO PRIMERO QUE VISTE EN MI ES QUE SOY GUAPO, ASÍ QUE
NO TE VENGAS A HACER LA SANTA, SEGURAMENTE DEJAS A TODOS LOS QUE NO SIGUEN TUS
ORDENES… MALDITA SEA, ¡TU NECESITAS ESCLAVO!- La paciencia de Sol se había
terminado con las palabras de Santiago y sin pensarlo le dio una cachetada que
dejó marcado sus dedos en la cara de él. El chico estaba rojo y tenía una
peculiar vena, que atravesaba su frente, a punto de explotar.
---
Y TU NECESITAS UNA ZORRA QUE CUMPLA TODOS TUS DESEOS EN LA CAMA Y BESE EL
CAMINO QUE PISAS, ESTÚPIDO DESGRACIADO… ME HICISTE UN FAVOR AL QUITARME LA
VENDA DE LOS OJOS- Sin pensarlo salió de aquel lugar,
subió a su auto y vio como Santiago salía del lugar para hacerle un gesto con
el dedo medio.- PUDRETE EN EL INFIERNO-
le gritó desde el auto en movimiento. Agradeció haber aprendido algunos
insultos de Luna. Luego sonrió satisfecha y se permitió soltar toda la
adrenalina en una carcajada.
v
<<
¡LUNA DESPIERTA!>> Sol se movía de un lado a otro en
la habitación, empacando cosas a último momento, << ¡ARRIBA! ¡ES TARDE!>>. Luna se incorporó poco a
poco, tratando de enfocar su vista dentro de las montañas de desorden en que se
había convertido aquel cuarto <<
¿Qué pasa? >>, dijo aun medio dormida. Se escuchó un insistente
golpeteo en la puerta << ¿LISTAS?
NOS VAMOS EN 5 MINUTOS O NO LLEGAREMOS>> Frank se escuchaba alterado
desde el otro lado, había llegado 15 minutos antes pero Sol le había dicho que
no entrara que ellas salían enseguida.
---
¡AH! ¡M@#”!! Te dije que te mataría si perdía el vuelo-
Luna corrió al baño cerrando la puerta de un azote. Para su buena suerte la
maleta que llevaría estaba lista desde un día antes de la pijamada, no porque
fuera precavida, sino porque su madre había llamado varias veces en el día
recordándole que empacara todo con anterioridad.
---
¡No es mi culpa! ¡Mi despertador no sonó y tu ni siquiera lo pusiste!-
Sol ataba sus tenis con prisa, luego se sentó sobre la maleta e intentó
cerrarla. Ella había comenzado a empacar dos días atrás pero le parecía que
necesitaría muchas cosas, al final terminó con 2 maletas grandes, un bolso de
mano y una cartera.
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¡HABLO EN SERIO HOLGAZANAS! >> Gritó Frank desde
afuera. Luna salió del baño con una camisa de botones que casi nunca usaba,
pero que era de la ropa que no había puesto en la maleta. << PASA>> le dijo su hermana, el chico irrumpió en la
habitación casi deslizándose en uno de los zapatos regados en el suelo. <<CUIDADO>> le recriminó
Luna, recogiendo el zapato y colocándoselo para anunciar que estaban listos.
---
Necesito ayuda con esto- Sol aún luchaba con su maleta, su
compañera rodó los ojos pero se sentó en la maleta para que Frank halará el
zíper y por fin pudieran marcharse.
Frank
miraba a Sol con seriedad, y ella se estaba comportando bastante fría a pesar
de que el chico se ofreció a ayudarle con el equipaje. Luna notó a penas esta
situación, incluso no reparó en que estaban viajando todos juntos, al mismo
aeropuerto y que coincidentemente el vuelo de su amiga despegaba a la misma
hora, aún se sentía como en un sueño y no dejaba de pensar en Alex, repetía sus
últimas palabras mentalmente, saboreándolas y disfrutando del fuego que le
recorría el cuerpo al pensar en sus labios.
---
Creo que una de ustedes viajará con las maletas en la parte de atrás, no será
cómodo, pero en el baúl ya no cabe nada más.- Sentenció el
muchacho que se disponía a bajar la maleta más pesada.
---
Pues serás tú – Luna señaló a Sol- No parece que viajaras a tu casa, si no a
otro lugar.
Sol
se quedó helada, había olvidado comentarle a Luna que habría una pequeña
sorpresa aquellas vacaciones.
---
Eh…-
Comenzó Sol, pero justo en ese momento alguien apareció en la entrada de la
habitación.
<<
¿Necesitan ayuda? >> Hiroki estaba junto al pórtico, << ¡Hola! >> Sol se notaba
feliz de que la hubiera interrumpido, <<
Llegas en buen momento, Luna puede irse contigo>>, Frank salió de la
habitación cargando una de las maletas y el bolso, escuchó a medias el grito de
protesta de su hermana <<
¡¿QUÉ?! EL MOUNSTRO ROSA LLEVA TODA SU
HABITACIÓN DE VIAJE Y SOY YO A LA QUE ECHAS DE TU AUTO… ¡ESTO NO SE QUEDA ASI!
>> . Antes de que Luna tomara represalias, Sol corrió detrás de
Frank, dejando a la pelirroja con la responsabilidad de cerrar la habitación
con llave.
---
Parece que tendrás un transporte para ti sola…-
La risa de Hiroki hizo que Luna le regalará una media sonrisa. Ahora que veía a
su amigo sentía como si estuviese ocultándole algo, Hiroki no le preguntaría
directamente, pero seguramente trataría de indagar sobre lo que había pasado el
día anterior entre Alex y ella.
---
Sí, bueno al menos no tendré que cargar mi maleta-
Luna asumía que él la cargaría, que fue exactamente lo que pasó.
v
El
aeropuerto quedaba a una hora desde la universidad, llevaban cuarenta minutos
de viaje y el auto estaba dominado por el silencio total. No era usual que no
supieran que decir, en Sol aún permanecían las secuelas de la discusión, sabía
que sus palabras habían ofendido a su amigo, pero que la hubiese subestimado
también dolía. Esperaba que fuera él quien rompiera el hielo.
---
No se lo dijiste a Luna-
Frank mantenía la vista fija en la carretera, aún estaba molesto pero el día
anterior le bastaron unos minutos para darse cuenta que él había insinuado que
Sol volvería con Santiago sin considerar que la chica podría haber tomado la
decisión correcta, se dejó llevar por el fantasma de reconciliaciones pasadas y
dudó del buen juicio de su amiga nublado por la rabia. Estar cerca de ella no
era fácil, y no estaba seguro de sobrevivir esos 15 días sin soltarle la
verdad.
---
No-
Sol trataba se focalizarse en el libro que leía, pero En el río piedra me senté y lloré
estaba resultando no ser un buen distractor… tenía que aclarar las
cosas. Así que se rindió.
<<
Lo siento>> Ambos lo dijeron al mismo tiempo,
sorprendidos cruzaron una mirada. Luego Sol habló primero.
---
No debí decir lo que dije, lo dije porque estaba muy molesta y no pensaba bien,
en ningún momento se me ha cruzado por la mente que seas gay, y cualquier chica
estaría feliz de estar contigo, espero que encuentres a alguien que sepa
apreciar tu corazón… que no te equivoques como yo lo hice.- Cerró
el libro y volvió a ver a Frank.
---
Disculpa aceptada- Deseaba decirle que la chica perfecta
para él era solamente ella- Siento haber
dudado de que mandarías al diablo a ese imbécil, no es excusa, pero estaba
alterado. Eres demasiado valiosa para un tipo como ese.- Entonces sintió
como Sol colocaba una mano sobre la suya, que estaba sobre el timón. Su cuerpo
reaccionaba ante aquellos gestos como un cerillo, prendiendo un fuego que él
ahogaba, recordándose que eran amigos.
---
Eres un gran amigo Frank, estamos bien ahora- Sol le dio un
rápido beso en la mejilla.- Y yo creo que
me hará bien permanecer soltera durante una larga temporada, a ti en cambio no
dudaría que alguien te secuestrara pronto- Realmente creía aquello, Frank
era bondadoso y simpático, normalmente los chicos extraordinariamente
atractivos interiormente solían no serlo externamente, pero Frank no era el
caso, tenía un atractivo natural y encantador.
Lo
que restó del viaje Sol se dedicó a contarle lo bien que se había sentido al
insultar a Santiago.
v
Caminaban
por los pasillos abarrotados de gente. Un hombre pasó corriendo con un carrito
lleno de maletas, el chico envolvió a su acompañante con su brazo, justo a tiempo,
antes que el hombre chocará contra ella.
---
¡HEY! SUÉLTAME – le dijo Luna violentamente, ella no
se había dado cuenta de la situación, concentrada en un mensaje que acababa de
recibir.
---
Acabo de evitar que murieras aplastada por un carrito de maletas-
Luna vio hacia atrás pero el hombre con las maletas ya se encontraba muy lejos.
---
Aja… mantén tus manos lejos de mí- Hiroki soltó un
bufido de resignación ante las palabras de la chica.
---
Ayer…- dijo el chico- me
sorprendió un poco que Alex y tú fueran amigos…- Hiroki esperaba que Luna
dijera algo, pero ella se mantenía callada, aferrada a la bolsa de donas que
acababan de comprar para desayunar.
No
sabía que decirle, no eran tan amigos como para confiarle toda la historia, pero
ocultarle hasta lo más básico se sentía mal, el problema era que no se podía
sacar de la cabeza que Sol había insinuado que ella le gustaba, pero aquello
era ridículo, ya lo habría notado… casi pudo oír la risa de Sol en su cabeza.
La ignoró.
---
No somos amigos- respondió, y aquello era verdad- pensé que sabrías de las clases porque tú
si eres su amigo, hmmm… lo vi con Amber algunas veces, por eso supongo que son
amigos- caminaba rápidamente para encontrarse con su hermano y Sol, y no
continuar con aquella platica.
---
No somos tan amigos, él y yo tenemos formas muy diferentes de pensar… éramos
vecinos y Amber amiga de ambos… yo quizás te hice pensar que ellos tenían algo,
por los comentarios de la otra vez, pero no están juntos, no de esa forma.-
Hiroki había pensado mucho si aclarárselo o no, seguramente ella habría visto a
Alex y Amber juntos y pudo malinterpretarlo… aquello la alejaría de Alex, que
sería lo mejor para el chico asiático si deseaba acercase a Luna, pero ganarse
su confianza en base a una mentira no era su ideal de cómo empezar una
relación. No quería que ella sufriera, si podía evitarlo lo haría.
---
Oh… ¿vecinos?- No era lo primero que llamó su atención
de lo que el muchacho acababa de decir, pero hablar de aquel tema con Hiroki era
incómodo. Deseó contarle a Sol que el chico le había aclarado lo de la relación
entre Alex y la chica parasito, eso
le cerraría la boca de una vez por todas, era prueba de que no le atraía a
Hiroki… si ella estuviera en su lugar, hubiese utilizado esa ventaja.
Fue
así como el chico le contó sobre su origen, había nacido en Japón en una
comunidad rural donde se había extendido rápidamente un virus respiratorio que
cobró la vida de sus padres biológicos. Sus padres adoptivos ayudaban a los
enfermos, ambos eran parte de una ONG que se dedicaba a mandar doctores a zonas
empobrecidas. No pensaban tener hijos pero su madre repetía que se había
enamorado de esos ojos verdes desde el primer momento, se llevaron consigo a su
hermano de 6 años y a él, que no debía tener más de 6 meses. Vivieron un tiempo
en Japón y cuando él había cumplido los once años se mudaron a Rusia junto a la
casa de sus tíos, que eran los padres de Amber, ellos eran primos, ahí fue
donde conocieron a Alex.
Para
cuando Hiroki había terminado de relatarle aquello, ya debían partir. Sol y
Frank estaban sentados unos asientos adelante, cada uno enfrascado en la
lectura de su propio libro. El primer llamado sonó por las bocinas y fue recién
en ese momento que Luna reparó en que Sol estaba en la fila del mismo vuelo,
caminó hacia ella. Sol subió la vista y supo que era el momento de darle la
sorpresa << Seré tu invitada por dos semanas… será grandioso Luna>>.
Su rostro se desencajó, había pasado 5 meses sobreviviendo a toda aquella
avalancha de color rosa y flores, y ahora la tendría en su casa… en su casa no
había cuarto para huéspedes… <<
¡AH!>>, el anuncio del vuelo volvió a sonar… tendrían que abordar. La
única solución era empujarla por las gradas al subir al avión… era definitivo.
v
<<
Mamá, Luna y yo saldremos mañana… tú sabes, pueden quedarse y tener un tiempo a
solas>> El padre de Frank hablaba en secreto con
su hijo mientras subían el equipaje al cuarto de huéspedes improvisado que
antes servía de pequeño gimnasio. <<
Papá, solo somos amigos >> Le repetía el muchacho a aquel hombre de
quien Frank había heredado el color de los ojos. << Ya, ya muchacho… tú madre y yo solo éramos amigos
también>>seguía diciendo su padre. Frank solo reía.
Luna
no pudo cumplir su impulso asesino de tirar a su compañera de las escaleras,
porque su hermano no se lo perdonaría y no tendría a quien torturar el
siguiente semestre… talvez no era tan aburrido hablar con ella, así que tuvo
que aceptar que Sol estaría en su casa por 15 días. Fue un alivio saber que no
tendría que compartir su cuarto con ella, y se llevó una sorpresa al ver que su
padre la recibía tan cordialmente… el asunto se aclaró cuando entendió que él
creía que Sol y Frank eran algo más que amigos, por supuesto , estaba orgulloso
de su hijo << el casanova>>
, nada más lejano que eso.
Los
señores Angelí rondaban los 45 años, Luna era una versión adolescente de su
madre, excepto por el cabello rojizo que ahora estaba convertido en castaño
oscuro y que los ojos de su madre eran de un color claro cercano al verde. Frank
se parecía mucho a aquella dulce señora en su forma de ser, tenía su misma
sonrisa bondadosa y las maneras suaves y simpáticas. Cuando Sol conoció al
padre de Luna no entendió enseguida de donde había venido ese carácter
autoritario y carente de paciencia, fue durante su estancia que aprendió que se
parecían más que solo en el color marrón de sus ojos.
--- ¡Luna! Abre la puerta, quiero conocer tu
cuarto.- Acababan de instalarse y Luna se encerró en su
cuarto para releer por enésima vez aquel mensaje de texto.
Sol
no había desempacado aún pero su curiosidad era más fuerte, se imaginaba el
cuarto de Luna como una versión superlativa de la primera visión que tuvo al
mudarse de habitación, se sentía un poco apenada porque estaba segura que el
padre de Luna pensaba que entre ella y Frank existía algo más que una simple
amistad. Por lo demás los señores Angelí se habían portado como unos <ángeles> con ella, estar lejos de
casa le sabía amargo, que los eventos laborales de sus padres hayan chocado era
algo extremadamente raro, pero se mantenía comunicada con ellos todos los días,
su madre había insistido en agradecerles personalmente a los padres de su
amiga, quien según ella había casi rogado a su hija para que le permitiera
quedarse en su casa, su padre aún estaba molesto por el hecho de que su <pequeña> se quedará en una casa
extraña pero terminó cediendo rápidamente.
---
Vete-
le dijo, abriendo un poco la puerta y dejando ver solo parte de su cara y sus
manos que aún sostenían el celular.
---
¡No! Déjame pasar…no seas así.- Sol notó que la
pantalla del móvil estaba encendida y mostraba un mensaje de texto- ¿Es de Alex? ¡Quiero ver!- Y trató de
tomarlo pero Luna se aferró a él aparato con ambas manos.
---
¡NO!
– Le gritó la pelirroja, pero era tarde, había caído en la trampa. Mientras
ella se preocupaba por proteger el celular, Sol abrió la puerta de su cuarto de
par en par.
<<
¿QUÉ ES ESTO?...>> La chica entro a la habitación y
se quedó maravillada. No se parecía en nada a lo que ella imaginó… era simplemente
<<perfecta>>. Las paredes
estaban pintadas de dos tonos de rosa que combinaban a la perfección y en el
techo había un dibujo de un jardín y un cielo con estrellas. << ¡Luna, tú habitación es
encantadora… es fantástica… se parece a la mía! ¡No lo puedo creer! ¡Si tienes
buen gusto!>> y por aquella última frase se ganó un empujón.
---
Mi padre la pintó, incluido el techo…- Ya sin poder remediar
la situación, dejó el móvil sobre la mesa de noche y siguió desempacando su
ropa.
---
Ah… bueno tú padre tiene muy buen gusto.- Sol sonrió y
Luna le regaló una mirada de fusilamiento.
Sol
caminó hasta la maleta de Luna y vio como algo brillaba en el fondo. Sin
pedirle permiso lo tomó, era una piedra luminosa, su amiga no puso reparo en
que ella la tocará así que se imaginó que no era especialmente valiosa para
ella.
---¿Tú
la compraste?.- Sol sabía una peculiar leyenda
relacionada con aquellas piedras.
Luna
volvió su vista.- Ah esa cursi baratija,
no ¿crees que malgasto mi dinero? … Hiroki me la dio.- Luna aún reía al
recordar la cara del chico en aquella ocasión.
A
Sol el gesto le pareció lo más romántico del mundo, pero si le contaba aquella
historia a Luna seguro aquel símbolo terminaba en algún basurero.
--- ¿Por qué? ¿La quieres tú? Yo pensaba dársela a mi mamá para adornar
el jardín.- A la chica los dedos le pedían responder el
mensaje de texto, pero con Sol ahí tendría que mostrárselo… y aún no se
acostumbraba del todo a tener charlas sobre chicos.
--- Conozco una…superstición sobre la piedra.- Logró captar con ello la atención de su amiga.
--- Cuéntala.- Dijo Luna, por un momento distraída
de su creciente deseo de ir por su móvil. Cayó en la cuenta de que era la
segunda vez que la piedra la distraía. Valía la pena escuchar aquel cuento.
Sol sabía la leyenda pero no específicamente el lugar de origen o el
siglo, estaba relacionada con los marineros que se iban largos periodos de
tiempo a alta mar y dejaban a sus amadas en tierra firme. La leyenda cuenta que
los marineros guardaban su corazón en la piedra, dándoselo como un regalo a sus
amadas al momento que zarpaban, ellas convertían la piedra en un colgante para
que siempre estuviese cerca de su corazón, donde el latido le indicaba al
marinero el camino de regreso y ella sabía por el resplandor de la piedra que
este se encontraba vivo. Si la piedra dejaba de brillar o se rompía él había
muerto y no debía esperarlo más. La piedra también les brindaba protección de
maldiciones, mala suerte y hombres que quisieran cortejarlas. Sol le dijo a
Luna que aquella piedra guardaba confianza y cariño para una persona
importante, no mencionó la parte de los latidos del corazón pero si lo que
significaba que la piedra se destrozara, y recalcó que traía suerte.
---
Así que suerte… ¿me encontrare euros tirados en la calle?-
a la pelirroja le brillaban los ojos al pensar en ello.
---
Quizás.- Dijo su compañera conteniendo una risita.
---
Mañana lo haré colgante.- Decidió Luna, sin saber lo que
aquello significaba.
<<
Ahora el mensaje… seguro que es de Alex, léelo, te ayudare a contestar>> Soltó Sol, <<No necesito que me ayudes con
nada>> más sin embargo, trajo hacia sí el celular y lo leyó, no era
nada sorpréndete, una sola pregunta <<
¿Piensas en mí? Pintora>> él aún recordaba su primera conversación
.
---
¿Y aún no se lo contestas? A estas alturas seguro piensa que es un no.-
No le agradaba demasiado Alex, pero Luna estaba muy ilusionada y no quería desanimarla.
Luna
escribió rápidamente y antes de poder arrepentirse le dio enviar.
<<
¿Qué le escribiste?>> Preguntó interesada Sol. << La respuesta a su pregunta>>
dijo Luna. <<Sí>>. Pasaron
menos de diez segundos cuando el móvil se iluminó. << Me estas volviendo loco>>. Aquel fue el primero de
muchos mensajes y llamadas a mitad de la noche. No cabía duda, era claro que en
el adiós que se dieron esa tarde que casi se besaron estaba escrita una
bienvenida.
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