martes, 16 de diciembre de 2014

CAPITULO DÉCIMO SEPTIMO

Nota:

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REGRESO A CASA


“Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida”

Mario Benedetti

<< ¡ESTABAS A PUNTO DE BESARTE CON ALEX!>> Sol se paseaba de arriba abajo en la pequeña habitación, haciendo gestos con las manos mientras repetía una y otra vez la misma frase… no fue sino hasta que Luna le dio un golpe en el hombro que la entusiasta muchacha pudo controlarse un poco.

--- ¡Auch! – Dijo frotándose el hombro y golpeando también a Luna; sin embargo, los golpes de Sol no tenían nada que ver con los de su compañera.

--- Es para que te calles, tengo sueño… vamos a dormir ya, ¿a qué hora sale tu vuelo?- Luna se ponía las zapatillas de dormir mientras hablaba, quería aparentar la mayor naturalidad posible, una palabra mal colocada y Sol no la dejaría en paz toda la noche preguntando sobre todos los detalles de su conversación.

--- ¡PUES NO VAS A DORMIR! – Sol se irguió para parecer más alta y con el dedo índice apunto a la cara de su amiga- Vas a contarme todo lo que paso allá afuera antes que yo apareciera … y te SALVARA- Sol puso su mirada acusadora, luego levanto la ceja y vio con orgullo como Luna enrojecía de nuevo.

--- ¿Por qué debería contarte?… ¿Desde cuando eres psicóloga, terapeuta o que se yo?- Luna no daría su brazo a torcer, aunque no podía evitar que su sistema endocrino reaccionará encendiendo sus mejillas al recordar lo que acababa de pasar.

--- ¡Soy todo eso y más!... soy tu amiga, y yo te conté antes que a nadie la pesadilla de hace dos días- Dijo refiriéndose a la escena de la chica semidesnuda en el cuarto de su ex - novio.

< ¿Desde cuándo somos amigas?> pensó en responder solo para hacer que la chica dejara de torturarla con aquel interrogatorio, pero no deseaba tener que escuchar el llanto que seguiría a aquella declaración, que aunque le disgustaba admitir, era falsa. No sabía desde cuándo, pero Sol calificaba en el título de amiga. Suspiró resignada. Y se sentó en la silla de su escritorio.

--- Voy a matarte si me quedo dormida y pierdo el vuelo- Ante aquellas palabras, Sol dio otro pequeño salto de emoción y se sentó al borde de la cama esperando la historia que Luna le relataría, no sabía que quince años después aquello sería parte de un libro.

v   

Habían pasado alrededor de 1 hora charlando, entre preguntas y más preguntas formuladas por Sol y respuestas escuetas dadas por Luna. La pelirroja le relató lo que ocurrió con Alex, y su interlocutora casi muere de una sobredosis de romanticismo cuando Luna mencionó la coincidencia del prendedor de trébol y el primer día de clase. Se suponía que Alex estaba en la “lista negra” de Sol, pero ella era muy susceptible a cosas del destino, por lo que tuvo que luchar contra su naturaleza para no gritarle a su amiga que lo llamará en ese mismo momento y le dijera que sí a la propuesta que fuera.

Aquella conversación estaba sirviéndole a la chica Italiana para olvidar sus penas y el disgusto que acababa de pasar, intentaba comportarse de una forma normal ante todos, ella sabía que no valdría la pena encerrarse a llorar en su habitación por un mal amor, la vida seguía adelante, y la próxima vez tendría más cuidado antes de fiarse de un muchacho. En un instante su memoria hizo “clic” y recordó que había quedado de encontrarse con Santiago, vio su reloj de mano, solo faltaban 15 minutos y para llegar a tiempo a la cafetería debería irse. No quería hacerlo, pero era hora de enfrentar a sus demonios personales.

 --- ¿Entonces qué vas a responderle?... Mira yo pienso que la situación es sumamente romántica y él es guapo, en realidad muy guapo, es inteligente y es el tipo de chico que tú estás buscando, me refiero a la actitud de chico malo… y si me permites un poco engreído, pero es complicado, con Amber en medio, quizás no sean novios, pero estoy segura que ella siente algo por él, la he observado y es OBVIO… por lo demás talvez funcione, aunque…- Sol se detuvo en ese punto, siempre que daba consejos lo hacía con la razón y no con el corazón, lo erróneo era que ella misma no seguía tales consejos.

--- ¿Aunque?... Pensé que me dirías que le llamara ahora mismo y aceptara lo que me propusiera, ¿te pasó algo hoy?- Luna miraba a su “consejera”  indagando que algo le sucedía.

--- Solo estoy intentando ser realista, y creo que si aceptas comenzar una relación con Alex debes ir despacio… muy despacio.- Sol comenzó a ponerse de nuevo las plataformas y se retocó los polvos.

--- Claro, para eso está la prueba del primer año, lo tengo bajo control- Luna tenía una extraña sonrisa en el rostro que no era usual-¿Vas a alguna parte?

---Eh… veré a Santiago, necesito terminar las cosas con él cara a cara, y tienes  más de un mes para pensarlo, no te adelantes.- La chica tomó su abrigo y se dispuso a salir de la habitación.

--- Cuídate- fue todo lo que su amiga dijo.

v   

Sol estaba sentada en una de las butacas del lado derecho de la cafetería, escuchó sonar una campanilla en la puerta que anunciaba la llegada de un nuevo cliente. Era él. Se acercó a la mesa y tomó asiento frente a ella.

--- Déjame explicarte… - comenzó Santiago, intentando tomar la mano de la chica.

--- No, no necesito que me expliques nada- <<Pero>> repuso el chico, pero Sol continuo- no solo se trata del engaño, puede que hayas tenido una o varias chicas, o quizás ninguna pero el punto de todo es que aunque me juraras que dices la verdad yo no te creería, la confianza está rota y el cariño que yo creí tenerte ha ido muriendo, tú lo mataste, jamás estuviste de verdad eras solo la imagen del chico perfecto la que me acompañaba, porque para ti siempre había algo más importante que yo- Sol se había prometido a sí misma no llorar y estaba obstinada en cumplirlo.

--- Sabes yo vengo hasta aquí a pedirte perdón por algo que solo es un maldito malentendido y tú estás tratándome como si fuera una basura… si vamos a hablar de errores, comencemos por los tuyos… ¿la chica perfecta? Bonita, inteligente… eso es lo que tú te crees, cuando solo eres una niña que…- Santiago estaba defendiéndose, olvidando rápidamente que había llegado hasta ahí para recuperarla.

--- Cállate… - Comenzaba a sudar y esa era una mala señal, no quería hacer un escándalo- esto es tuyo- era un collar en forma de flor que él le había regalado solo dos meses antes- tíralo o mejor regálaselo a alguna de tus amiguitas, ahora tendrás todo el tiempo para ellas- la muchacha se levantó de su asiento, pero sintió que él la sujetaba de la muñeca.

--- NO HEMOS TERMINADO… Tú no vas a terminarme a mi Sol,  ¿crees que puedes dejarme? , jamás encontraras a alguien como yo, soy tu ideal, ¡ACÉPTALO! ERES TAN SUPERFICIAL COMO YO, LO PRIMERO QUE VISTE EN MI ES QUE SOY GUAPO, ASÍ QUE NO TE VENGAS A HACER LA SANTA, SEGURAMENTE DEJAS A TODOS LOS QUE NO SIGUEN TUS ORDENES… MALDITA SEA, ¡TU NECESITAS ESCLAVO!- La paciencia de Sol se había terminado con las palabras de Santiago y sin pensarlo le dio una cachetada que dejó marcado sus dedos en la cara de él. El chico estaba rojo y tenía una peculiar vena, que atravesaba su frente, a punto de explotar.

--- Y TU NECESITAS UNA ZORRA QUE CUMPLA TODOS TUS DESEOS EN LA CAMA Y BESE EL CAMINO QUE PISAS, ESTÚPIDO DESGRACIADO… ME HICISTE UN FAVOR AL QUITARME LA VENDA DE LOS OJOS- Sin pensarlo salió de aquel lugar, subió a su auto y vio como Santiago salía del lugar para hacerle un gesto con el dedo medio.- PUDRETE EN EL INFIERNO- le gritó desde el auto en movimiento. Agradeció haber aprendido algunos insultos de Luna. Luego sonrió satisfecha y se permitió soltar toda la adrenalina en una carcajada.

v    

<< ¡LUNA DESPIERTA!>> Sol se movía de un lado a otro en la habitación, empacando cosas a último momento, << ¡ARRIBA! ¡ES TARDE!>>. Luna se incorporó poco a poco, tratando de enfocar su vista dentro de las montañas de desorden en que se había convertido aquel cuarto << ¿Qué pasa? >>, dijo aun medio dormida. Se escuchó un insistente golpeteo en la puerta << ¿LISTAS? NOS VAMOS EN 5 MINUTOS O NO LLEGAREMOS>> Frank se escuchaba alterado desde el otro lado, había llegado 15 minutos antes pero Sol le había dicho que no entrara que ellas salían enseguida.

--- ¡AH! ¡M@#”!! Te dije que te mataría si perdía el vuelo- Luna corrió al baño cerrando la puerta de un azote. Para su buena suerte la maleta que llevaría estaba lista desde un día antes de la pijamada, no porque fuera precavida, sino porque su madre había llamado varias veces en el día recordándole que empacara todo con anterioridad.

--- ¡No es mi culpa! ¡Mi despertador no sonó y tu ni siquiera lo pusiste!- Sol ataba sus tenis con prisa, luego se sentó sobre la maleta e intentó cerrarla. Ella había comenzado a empacar dos días atrás pero le parecía que necesitaría muchas cosas, al final terminó con 2 maletas grandes, un bolso de mano y una cartera.

<< ¡HABLO EN SERIO HOLGAZANAS! >> Gritó Frank desde afuera. Luna salió del baño con una camisa de botones que casi nunca usaba, pero que era de la ropa que no había puesto en la maleta. << PASA>> le dijo su hermana, el chico irrumpió en la habitación casi deslizándose en uno de los zapatos regados en el suelo. <<CUIDADO>> le recriminó Luna, recogiendo el zapato y colocándoselo para anunciar que estaban listos.

--- Necesito ayuda con esto- Sol aún luchaba con su maleta, su compañera rodó los ojos pero se sentó en la maleta para que Frank halará el zíper y por fin pudieran marcharse.

Frank miraba a Sol con seriedad, y ella se estaba comportando bastante fría a pesar de que el chico se ofreció a ayudarle con el equipaje. Luna notó a penas esta situación, incluso no reparó en que estaban viajando todos juntos, al mismo aeropuerto y que coincidentemente el vuelo de su amiga despegaba a la misma hora, aún se sentía como en un sueño y no dejaba de pensar en Alex, repetía sus últimas palabras mentalmente, saboreándolas y disfrutando del fuego que le recorría el cuerpo al pensar en sus labios.

--- Creo que una de ustedes viajará con las maletas en la parte de atrás, no será cómodo, pero en el baúl ya no cabe nada más.- Sentenció el muchacho que se disponía a bajar la maleta más pesada.

--- Pues serás tú – Luna señaló a Sol- No parece que viajaras a tu casa, si no a otro lugar.

Sol se quedó helada, había olvidado comentarle a Luna que habría una pequeña sorpresa aquellas vacaciones.

--- Eh…- Comenzó Sol, pero justo en ese momento alguien apareció en la entrada de la habitación.

<< ¿Necesitan ayuda? >> Hiroki estaba junto al pórtico, << ¡Hola! >> Sol se notaba feliz de que la hubiera interrumpido, << Llegas en buen momento, Luna puede irse contigo>>, Frank salió de la habitación cargando una de las maletas y el bolso, escuchó a medias el grito de protesta de su hermana << ¡¿QUÉ?!  EL MOUNSTRO ROSA LLEVA TODA SU HABITACIÓN DE VIAJE Y SOY YO A LA QUE ECHAS DE TU AUTO… ¡ESTO NO SE QUEDA ASI! >> . Antes de que Luna tomara represalias, Sol corrió detrás de Frank, dejando a la pelirroja con la responsabilidad de cerrar la habitación con llave.

--- Parece que tendrás un transporte para ti sola…- La risa de Hiroki hizo que Luna le regalará una media sonrisa. Ahora que veía a su amigo sentía como si estuviese ocultándole algo, Hiroki no le preguntaría directamente, pero seguramente trataría de indagar sobre lo que había pasado el día anterior entre Alex y ella.

--- Sí, bueno al menos no tendré que cargar mi maleta- Luna asumía que él la cargaría, que fue exactamente lo que pasó.

v   

El aeropuerto quedaba a una hora desde la universidad, llevaban cuarenta minutos de viaje y el auto estaba dominado por el silencio total. No era usual que no supieran que decir, en Sol aún permanecían las secuelas de la discusión, sabía que sus palabras habían ofendido a su amigo, pero que la hubiese subestimado también dolía. Esperaba que fuera él quien rompiera el hielo.

--- No se lo dijiste a  Luna- Frank mantenía la vista fija en la carretera, aún estaba molesto pero el día anterior le bastaron unos minutos para darse cuenta que él había insinuado que Sol volvería con Santiago sin considerar que la chica podría haber tomado la decisión correcta, se dejó llevar por el fantasma de reconciliaciones pasadas y dudó del buen juicio de su amiga nublado por la rabia. Estar cerca de ella no era fácil, y no estaba seguro de sobrevivir esos 15 días sin soltarle la verdad.

--- No- Sol trataba se focalizarse en el libro que leía, pero En el río piedra me senté y lloré estaba resultando no ser un buen distractor… tenía que aclarar las cosas. Así que se rindió.

<< Lo siento>> Ambos lo dijeron al mismo tiempo, sorprendidos cruzaron una mirada. Luego Sol habló primero.

--- No debí decir lo que dije, lo dije porque estaba muy molesta y no pensaba bien, en ningún momento se me ha cruzado por la mente que seas gay, y cualquier chica estaría feliz de estar contigo, espero que encuentres a alguien que sepa apreciar tu corazón… que no te equivoques como yo lo hice.- Cerró el libro y volvió a ver a Frank.

--- Disculpa aceptada- Deseaba decirle que la chica perfecta para él era solamente ella- Siento haber dudado de que mandarías al diablo a ese imbécil, no es excusa, pero estaba alterado. Eres demasiado valiosa para un tipo como ese.- Entonces sintió como Sol colocaba una mano sobre la suya, que estaba sobre el timón. Su cuerpo reaccionaba ante aquellos gestos como un cerillo, prendiendo un fuego que él ahogaba, recordándose que eran amigos.

--- Eres un gran amigo Frank, estamos bien ahora- Sol le dio un rápido beso en la mejilla.- Y yo creo que me hará bien permanecer soltera durante una larga temporada, a ti en cambio no dudaría que alguien te secuestrara pronto- Realmente creía aquello, Frank era bondadoso y simpático, normalmente los chicos extraordinariamente atractivos interiormente solían no serlo externamente, pero Frank no era el caso, tenía un atractivo natural y encantador.

Lo que restó del viaje Sol se dedicó a contarle lo bien que se había sentido al insultar a Santiago.

v    

Caminaban por los pasillos abarrotados de gente. Un hombre pasó corriendo con un carrito lleno de maletas, el chico envolvió a su acompañante con su brazo, justo a tiempo, antes que el hombre chocará contra ella.

--- ¡HEY! SUÉLTAME – le dijo Luna violentamente, ella no se había dado cuenta de la situación, concentrada en un mensaje que acababa de recibir.

--- Acabo de evitar que murieras aplastada por un carrito de maletas- Luna vio hacia atrás pero el hombre con las maletas ya se encontraba muy lejos.

--- Aja… mantén tus manos lejos de mí- Hiroki soltó un bufido de resignación ante las palabras de la chica.

--- Ayer…- dijo el chico- me sorprendió un poco que Alex y tú fueran amigos…- Hiroki esperaba que Luna dijera algo, pero ella se mantenía callada, aferrada a la bolsa de donas que acababan de comprar para desayunar.

No sabía que decirle, no eran tan amigos como para confiarle toda la historia, pero ocultarle hasta lo más básico se sentía mal, el problema era que no se podía sacar de la cabeza que Sol había insinuado que ella le gustaba, pero aquello era ridículo, ya lo habría notado… casi pudo oír la risa de Sol en su cabeza. La ignoró.

--- No somos amigos- respondió, y aquello era verdad- pensé que sabrías de las clases porque tú si eres su amigo, hmmm… lo vi con Amber algunas veces, por eso supongo que son amigos- caminaba rápidamente para encontrarse con su hermano y Sol, y no continuar con aquella platica.

--- No somos tan amigos, él y yo tenemos formas muy diferentes de pensar… éramos vecinos y Amber amiga de ambos… yo quizás te hice pensar que ellos tenían algo, por los comentarios de la otra vez, pero no están juntos, no de esa forma.- Hiroki había pensado mucho si aclarárselo o no, seguramente ella habría visto a Alex y Amber juntos y pudo malinterpretarlo… aquello la alejaría de Alex, que sería lo mejor para el chico asiático si deseaba acercase a Luna, pero ganarse su confianza en base a una mentira no era su ideal de cómo empezar una relación. No quería que ella sufriera, si podía evitarlo lo haría.

--- Oh… ¿vecinos?- No era lo primero que llamó su atención de lo que el muchacho acababa de decir, pero hablar de aquel tema con Hiroki era incómodo. Deseó contarle a Sol que el chico le había aclarado lo de la relación entre Alex y la chica parasito, eso le cerraría la boca de una vez por todas, era prueba de que no le atraía a Hiroki… si ella estuviera en su lugar, hubiese utilizado esa ventaja.

Fue así como el chico le contó sobre su origen, había nacido en Japón en una comunidad rural donde se había extendido rápidamente un virus respiratorio que cobró la vida de sus padres biológicos. Sus padres adoptivos ayudaban a los enfermos, ambos eran parte de una ONG que se dedicaba a mandar doctores a zonas empobrecidas. No pensaban tener hijos pero su madre repetía que se había enamorado de esos ojos verdes desde el primer momento, se llevaron consigo a su hermano de 6 años y a él, que no debía tener más de 6 meses. Vivieron un tiempo en Japón y cuando él había cumplido los once años se mudaron a Rusia junto a la casa de sus tíos, que eran los padres de Amber, ellos eran primos, ahí fue donde conocieron a Alex.

Para cuando Hiroki había terminado de relatarle aquello, ya debían partir. Sol y Frank estaban sentados unos asientos adelante, cada uno enfrascado en la lectura de su propio libro. El primer llamado sonó por las bocinas y fue recién en ese momento que Luna reparó en que Sol estaba en la fila del mismo vuelo, caminó hacia ella. Sol subió la vista y supo que era el momento de darle la sorpresa  << Seré tu invitada por dos semanas… será grandioso Luna>>. Su rostro se desencajó, había pasado 5 meses sobreviviendo a toda aquella avalancha de color rosa y flores, y ahora la tendría en su casa… en su casa no había cuarto para huéspedes… << ¡AH!>>, el anuncio del vuelo volvió a sonar… tendrían que abordar. La única solución era empujarla por las gradas al subir al avión… era definitivo.

v   

<< Mamá, Luna y yo saldremos mañana… tú sabes, pueden quedarse y tener un tiempo a solas>> El padre de Frank hablaba en secreto con su hijo mientras subían el equipaje al cuarto de huéspedes improvisado que antes servía de pequeño gimnasio. << Papá, solo somos amigos >> Le repetía el muchacho a aquel hombre de quien Frank había heredado el color de los ojos. << Ya, ya muchacho… tú madre y yo solo éramos amigos también>>seguía diciendo su padre. Frank solo reía.

Luna no pudo cumplir su impulso asesino de tirar a su compañera de las escaleras, porque su hermano no se lo perdonaría y no tendría a quien torturar el siguiente semestre… talvez no era tan aburrido hablar con ella, así que tuvo que aceptar que Sol estaría en su casa por 15 días. Fue un alivio saber que no tendría que compartir su cuarto con ella, y se llevó una sorpresa al ver que su padre la recibía tan cordialmente… el asunto se aclaró cuando entendió que él creía que Sol y Frank eran algo más que amigos, por supuesto , estaba orgulloso de su hijo << el casanova>> , nada más lejano que eso.

Los señores Angelí rondaban los 45 años, Luna era una versión adolescente de su madre, excepto por el cabello rojizo que ahora estaba convertido en castaño oscuro y que los ojos de su madre eran de un color claro cercano al verde. Frank se parecía mucho a aquella dulce señora en su forma de ser, tenía su misma sonrisa bondadosa y las maneras suaves y simpáticas. Cuando Sol conoció al padre de Luna no entendió enseguida de donde había venido ese carácter autoritario y carente de paciencia, fue durante su estancia que aprendió que se parecían más que solo en el color marrón de sus ojos.

 --- ¡Luna! Abre la puerta, quiero conocer tu cuarto.- Acababan de instalarse y Luna se encerró en su cuarto para releer por enésima vez aquel mensaje de texto.

Sol no había desempacado aún pero su curiosidad era más fuerte, se imaginaba el cuarto de Luna como una versión superlativa de la primera visión que tuvo al mudarse de habitación, se sentía un poco apenada porque estaba segura que el padre de Luna pensaba que entre ella y Frank existía algo más que una simple amistad. Por lo demás los señores Angelí se habían portado como unos <ángeles> con ella, estar lejos de casa le sabía amargo, que los eventos laborales de sus padres hayan chocado era algo extremadamente raro, pero se mantenía comunicada con ellos todos los días, su madre había insistido en agradecerles personalmente a los padres de su amiga, quien según ella había casi rogado a su hija para que le permitiera quedarse en su casa, su padre aún estaba molesto por el hecho de que su <pequeña> se quedará en una casa extraña pero terminó cediendo rápidamente.

--- Vete- le dijo, abriendo un poco la puerta y dejando ver solo parte de su cara y sus manos que aún sostenían el celular.

--- ¡No! Déjame pasar…no seas así.- Sol notó que la pantalla del móvil estaba encendida y mostraba un mensaje de texto- ¿Es de Alex? ¡Quiero ver!- Y trató de tomarlo pero Luna se aferró a él aparato con ambas manos.

--- ¡NO! – Le gritó la pelirroja, pero era tarde, había caído en la trampa. Mientras ella se preocupaba por proteger el celular, Sol abrió la puerta de su cuarto de par en par.

<< ¿QUÉ ES ESTO?...>> La chica entro a la habitación y se quedó maravillada. No se parecía en nada a lo que ella imaginó… era simplemente <<perfecta>>. Las paredes estaban pintadas de dos tonos de rosa que combinaban a la perfección y en el techo había un dibujo de un jardín y un cielo con estrellas. << ¡Luna, tú habitación es encantadora… es fantástica… se parece a la mía! ¡No lo puedo creer! ¡Si tienes buen gusto!>> y por aquella última frase se ganó un empujón.

--- Mi padre la pintó, incluido el techo…- Ya sin poder remediar la situación, dejó el móvil sobre la mesa de noche y siguió desempacando su ropa.

--- Ah… bueno tú padre tiene muy buen gusto.- Sol sonrió y Luna le regaló una mirada de fusilamiento.
Sol caminó hasta la maleta de Luna y vio como algo brillaba en el fondo. Sin pedirle permiso lo tomó, era una piedra luminosa, su amiga no puso reparo en que ella la tocará así que se imaginó que no era especialmente valiosa para ella.

---¿Tú la compraste?.- Sol sabía una peculiar leyenda relacionada con aquellas piedras.

Luna volvió su vista.- Ah esa cursi baratija, no ¿crees que malgasto mi dinero? … Hiroki me la dio.- Luna aún reía al recordar la cara del chico en aquella ocasión.

A Sol el gesto le pareció lo más romántico del mundo, pero si le contaba aquella historia a Luna seguro aquel símbolo terminaba en algún basurero.

--- ¿Por qué? ¿La quieres tú? Yo pensaba dársela a mi mamá para adornar el jardín.- A la chica los dedos le pedían responder el mensaje de texto, pero con Sol ahí tendría que mostrárselo… y aún no se acostumbraba del todo a tener charlas sobre chicos.

--- Conozco una…superstición sobre la piedra.- Logró captar con ello la atención de su amiga.

--- Cuéntala.- Dijo Luna, por un momento distraída de su creciente deseo de ir por su móvil. Cayó en la cuenta de que era la segunda vez que la piedra la distraía. Valía la pena escuchar aquel cuento.
Sol sabía la leyenda pero no específicamente el lugar de origen o el siglo, estaba relacionada con los marineros que se iban largos periodos de tiempo a alta mar y dejaban a sus amadas en tierra firme. La leyenda cuenta que los marineros guardaban su corazón en la piedra, dándoselo como un regalo a sus amadas al momento que zarpaban, ellas convertían la piedra en un colgante para que siempre estuviese cerca de su corazón, donde el latido le indicaba al marinero el camino de regreso y ella sabía por el resplandor de la piedra que este se encontraba vivo. Si la piedra dejaba de brillar o se rompía él había muerto y no debía esperarlo más. La piedra también les brindaba protección de maldiciones, mala suerte y hombres que quisieran cortejarlas. Sol le dijo a Luna que aquella piedra guardaba confianza y cariño para una persona importante, no mencionó la parte de los latidos del corazón pero si lo que significaba que la piedra se destrozara, y recalcó que traía suerte.

--- Así que suerte… ¿me encontrare euros tirados en la calle?- a la pelirroja le brillaban los ojos al pensar en ello.

--- Quizás.- Dijo su compañera conteniendo una risita.

--- Mañana lo haré colgante.- Decidió Luna, sin saber lo que aquello significaba.

<< Ahora el mensaje… seguro que es de Alex, léelo, te ayudare a contestar>>  Soltó Sol, <<No necesito que me ayudes con nada>> más sin embargo, trajo hacia sí el celular y lo leyó, no era nada sorpréndete, una sola pregunta << ¿Piensas en mí? Pintora>> él aún recordaba su primera conversación
.
--- ¿Y aún no se lo contestas? A estas alturas seguro piensa que es un no.- No le agradaba demasiado Alex, pero Luna estaba muy ilusionada y no quería desanimarla.

Luna escribió rápidamente y antes de poder arrepentirse le dio enviar.


<< ¿Qué le escribiste?>> Preguntó interesada Sol. << La respuesta a su pregunta>> dijo Luna. <<Sí>>. Pasaron menos de diez segundos cuando el móvil se iluminó. << Me estas volviendo loco>>. Aquel fue el primero de muchos mensajes y llamadas a mitad de la noche. No cabía duda, era claro que en el adiós que se dieron esa tarde que casi se besaron estaba escrita una bienvenida. 

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