CENA DE VIERNES
“El <<para
siempre>> está hecho de muchos <<ahoras>>”
Emily Dickinson
*Luna POV*
El
invierno es mi época favorita del año, siempre me han gustado esas noches frías
en las que te cobijas y tomas una taza de chocolate, no demasiado caliente y
tampoco demasiado frío… <que te
entibie las manos y el corazón>. Termino de acomodar mis botas altas, me
levanto de la silla que está frente al tocador y hecho un último vistazo a mi
atuendo: jeans azul un poco ajustados, blusa café y botas del mismo color con
un sutil tacón que me incomoda al caminar, no estoy acostumbrada a ellos, pero
este día hare una excepción, quiero parecer un poco “femme fatal” es mi primer día como profesora de dibujo y mi alumno
… <aún no puedo creer que le daré
clases a Alex, al chico de los ojos tristes y melancólicos, pero a la vez tan profundos
que parecen invitarme a perderme en ellos> , <¡Maldición! Tengo que dejar
de pensar en él… No es atractivo, inteligente y mucho menos me gustaría dibujar
esos ojos seductores. ¡Ya! ¡Esos pensamientos no te llevaran a ninguna parte!>
me reprendo mentalmente…<< ¡A
ninguna parte!>> suelto en voz alta sin querer.
---
Parece que tanto estudio ya te afecto la
cabeza, Medusa- Frank esta espiándome desde la puerta- ya hasta hablas sola- suelta una de sus típicas risas, mostrando su
blanca dentadura, y la acompaña haciendo girar el dedo índice en círculos sobre
su cabeza.
Pongo
los ojos en blanco y tomo mi bolso del respaldo de la silla, dispuesta a salir
de la habitación.
---
Buenos días a ti también princesa -digo,
mientras lo empujo al pasar junto a él.
---
Uhh creo que alguien amaneció en sus días- Mi mellizo pone
cara de fingida preocupación y agrega- o
es que tu encuentro con “Alex” te pone así de mal- me guiña el ojo para
darle énfasis a la frase.
<<¡¡Cállate
si no quieres que te saque un ojo!!>> lanzo la frase
con violencia mientras cierro el puño en señal de amenaza. Es en este momento
en el que me doy cuenta de lo nerviosa que estoy, pues solo me defiendo de esta
manera cuando me siento en peligro… y me siento en peligro de ser descubierta,
ni Frank ni nadie puede enterarse que talves siento algo por Alex, <talves> porque a decir verdad
tampoco yo tengo muy claro que es lo que siento por él.
---
Hey, tranquila, relájate… era solo una broma Luna, sé que si algo pasara con
Alex tu me lo contarías, ¿verdad?- Ahora el chico me pone
a prueba, no suelo mentir, pero en esta ocasión es absolutamente necesario, << Claro, jamás te mentiría>>,
respondo.
Frank
me acompaña hasta el salón 3 de los laboratorios de artes plásticas, hay varias
mesas grandes ocupadas por todo tipo de materiales, desde arcilla hasta piedra
tallada; al final del salón se vislumbran dos mesas de madera, espaciosas y con
algunos pinceles regados por doquier, junto a una de ellas se encuentra parado
mi alumno… <Alex> mi corazón
tiene un sobresalto al verlo, pero mi rostro no demuestra ningún sentimiento.
<Todavía
no comprendo cómo terminé en esta situación, lo más fácil hubiese sido decir no
a la propuesta de mi hermano, sobre ayudar a su amigo con el dibujo a mano
alzada, pero Frank me había insistido tanto en que Alex estaba desesperado que
mi vanidad respondió por mí, y acepté solo para mostrarle a alguien que no solo
puedo ser buena, puedo ser la mejor>… ahora nada de eso
tiene sentido, mi hermano saluda a su compañero y ambos conversan mientras yo
decido que es lo primero que diré cuando nos quedemos solos, porque asumo que
mi mellizo se irá pronto, como la pitonisa que soy Frank no
tarda en despedirse, <<te espero en
el comedor a la hora del almuerzo>> me dice antes de marcharse, << hasta luego>> es lo único
que mi colapsada cabeza atina a estructurar.
---
Hola “pintora” ¿comenzamos?- Su voz es tibia,
cálida, como una suave brisa, trato de mantener mi pulso a un nivel razonable antes de hablar.
---
Hola… sí… comencemos- No digo nada más, ordeno los
lápices y el lienzo en la mesa, no se escucha ningún sonido en el exterior,
salvo el choque de algún lápiz sobre la áspera madera y el roce de papel con
papel al separar las hojas, todo es silencio, y temo que él pueda escuchar mis
pensamientos.
Pasó
la siguiente media hora explicando cómo tomar el lápiz y las distintas técnicas
para dibujar, le pido que tome el lápiz y trace algunas líneas horizontales,
que más bien parecen líneas diagonales, ahogo una pequeña risita y le digo con
seriedad: <<mejoraras con las
semanas>>, a lo que él responde; <<
¿lo dices porque crees en mí o porque tú eres mi maestra?>>, <<porque soy tu maestra por
supuesto…>> no puedo evitar sentir como el muro invisible que
caracteriza al chico se va desvaneciendo, y continuo << y creo que no eres tan malo>>, ambos sonreímos y la
clase sigue su curso. No noto pasar el tiempo, y la siguiente vez que observo
el reloj ha pasado ya hora y media.
--- Es
todo por hoy- pronuncio muy a mi pesar, puesto que la sola compañía de este
chico es extremadamente agradable- nos
vemos el próximo miércoles, trata de practicar lo que estudiamos- sonrío
rápidamente y me doy la vuelta antes de que él pueda siquiera despedirse.
---
¡Luna! – Una corriente de electricidad atraviesa mi cuerpo
al oírlo mencionar mi nombre- espera…- me
toma por el brazo, yo me suelto instantáneamente, pero aún logro sentir como
mis vellos se erizan ante el contacto de sus dedos.
---
¿Qué?- Trató de mantener una expresión neutral, que no
parezca antipática pero tampoco amable.
---
Las clases…- levanto una ceja en una mueca
dubitativa- las clases de guitarra, Frank
dijo que esto sería algo como un intercambio de conocimientos, tú me dirás el
día en que…- Lo interrumpo antes que termine de hablar.
---
Ah eso, es que Frank entendió mal, no quiero aprender a tocar la guitarra, toma
esto como un favor; digamos que me debes una y no te preocupes yo siempre cobro
a quienes me deben- me doy de nuevo la vuelta y escucho su voz
de bajo resonar a mis espaldas.
---
¡No!
–Detengo mi marcha para prestar atención- yo
siempre acostumbro a pagar mis deuda y
esta vez no será la excepción, dime qué quieres a cambio, lo que sea- me
vuelvo y lo miro a los ojos.
Mi
mente viaja en un segundo por todas las cosas que me gustaría pedir, pero verlo
a los ojos no fue la mejor idea que tuve, ya que solo logro concentrarme en mis
más “íntimos” deseos, estoy a punto de rechazar su ofrecimiento porque no creo
que se anime a cumplir uno de mis sueños… privados, cuando una luz se enciende
en mi cerebro <comida>, <buena comida>. No es que el
comedor del campus sea el peor del mundo; sin embargo, no está en el top ten.
Pocas veces he podido disfrutar una comida que de verdad me agrade en los
últimos dos meses, y Violet mencionó que en el pueblo hacían la mejor lasaña de
toda la región y por lo tanto algo imperdible.
---
Bien, quiero lasaña- Digo con convicción, Alex me mira
sorprendido y aclaro- una amiga dice que
en el pueblo hacen la mejor lasaña de la región, tu pagaras mi cena el próximo
viernes.
---
¿Cenar juntos?- pregunta mi alumno un poco aturdido y
veo un destello en sus pupilas, por lo que decido aclarar la situación.
---
¡No!- siento como se colorean mis mejillas e intento
tranquilizarme- juntos no- ahora mi
corazón está en mi contra pues late como poseído- si tú quieres cenas ahí, si no, no… tú pagas, y así cancelas tus
deudas, ¿entiendes?- lo noto un poco decepcionado… lo que hace que además
de mi corazón, mi estomago se revuelva. Finjo serenidad cuando en realidad mi
sistema nervioso ha comenzado a colapsar.
v
---
¿Vas a salir?- pregunta Sol cerrando el libro que
momentos antes capturara su atención.
--- No es asunto tuyo-
responde Luna mientras retoca el delineador negro que enmarca sus ojos cafés.
---
Bueno… solo era una pregunta- dice la chica de
cabello castaño, y con cautela agrega- Luna
¿no podemos intentar llevarnos bien?, ya va a ser un mes desde que compartimos
habitación y casi no hablamos, sé que somos diferentes pero podríamos tener
intereses en común- Sol sonríe mientras habla.
---
¡¿Intereses en común?!- Luna ríe con un gesto de ironía y
mira directamente a su compañera- Tú y
yo… ¿intereses en común?, déjame pensar… no estoy interesada en escuchar a
ningún conjunto de chicos fresas cantar, no deseo pasar media hora de mi vida
organizando mi ropa por colores, tampoco quiero utilizar mis tardes viendo películas cursis de “amor a
primera vista” y otras sensiblerías y definitivamente no estoy interesada en
hablar horas y horas de que pasará en la nueva temporada de alguna novela rosa-
toma su celular y lo guarda en un pequeño bolso de cruzar que lleva puesto,
está a punto de irse.
---
¡Creo que me estas juzgando mal!, piensas que soy una de esas chicas vacías y
superficiales…- su interlocutora la interrumpe con un
gesto de la mano.
---
Sí, sí lo que digas, nos vemos- La chica de cabello
rojizo se dirige a la puerta de la habitación, dejando a Sol con la palabra en
la boca.
---
¿Libros?... a ti te gusta leer, bueno al menos es lo que he notado, y a mí
también… vamos Luna, sé que no tuvimos un buen inicio pero podemos ser buenas
compañeras, tu hermano dice que…- De nuevo es
interrumpida por Luna.
---
¡No metas a Frank en esto!- Se da la vuelta para confrontar a
Sol- Sé que te haces la víctima frente a
él, para tenerlo de su parte, así que voy a advertirte algo: No lo hagas
sufrir, porque si juegas con mi hermano, ¡te juro que vas a arrepentirte!- Dice
la chica con agresividad y violencia.
---
Es por él verdad… no quieres que esté cerca de él, ¿por eso me odias?, pues
déjame decirte que Frank es un gran amigo y jamás le haría daño, él ha estado
junto a mí en momentos difíciles y le estoy muy agradecida- Sol
respira agitadamente, ahora también ella esta exaltada.
Luna
ríe con sarcasmo << No te odio… no
te creas tan importante, tampoco te creo, así que te estaré vigilando>>.
Camina hacia la salida pero antes de irse se detiene << Ah y digamos que Charles Dickens y Jane Austin no están en la
lista de mis autores favoritos… no intentes juntar agua y aceite, tú en tus
asuntos y yo en los míos>>. La pelirroja cierra la puerta y Sol
suelta el aire retenido pensando que es una batalla perdida.
v
*Luna POV*
No
espero a que él me abra la puerta para bajar del auto, mi humor no es el mejor,
la conversación que tuve con “Barbie”
antes de salir me dejó alterada. Aunque creo que dentro de lo cabe fue
positivo, ya que el enojo ha suprimido un poco los nervios que me provoca estar
a solas con Alex, en lo que parece una <cita>…
pero no lo es.
Entramos
al restaurante y nos ubican en una mesa al centro del lugar, el ambiente es
acogedor y pintoresco, hay varios cuadros de paisajes que adornan las paredes y
se escucha una música instrumental al fondo; definitivamente no es un lugar al
que vendría si yo tuviera que pagar la cuenta. Abro el menú e intento no pensar
en que él aún sigue ahí esperando a que
yo ordene, no sé si se quedará, aunque deseo en silencio que lo haga.
---Para
mi rigatoni a la primavera y para la señorita…
- Alex habla con el mesero, yo ni siquiera
sé qué tipo de pasta es la que pide, para mi buena suerte yo no tengo que
pensar mucho en lo que pediré.
---
Lasaña a la boloñesa- Termino la frase, el mesero repite la
orden y se retira.
Nos
quedamos en silencio por unos segundos que parecen interminables, observo de
nuevo su atuendo, jeans negros, camisa blanca y una chamarra para el frio que
se quitó al entrar al restaurante, se ve sexy, atractivo... sus ojos, sus
manos, sus labios… <¡Y estos
pensamientos que no logró dominar!>. El chico no podría vestir más
sencillamente, algo que contrasta con su camioneta, una Renault negra en la que
llegamos hasta el pueblo, que no queda a más de
7 kilómetros de la universidad. Yo rompo el silencio.
---
Entonces ¿te quedaras?... porque puedes dejarme el dinero-
Me arrepentí al momento en que esas palabras salieron de mi boca, porque
parecía que su presencia me incomodaba, que quería que se fuera, y no había
nada mas equivocado que eso, pero lo acepto no soy la chica más expresiva del
mundo.
---
También yo tengo hambre, por eso me quedaré, además ya ordené y no despreciaría
un plato de rigatoni jamás- <Riga… lo que sea, tengo que buscarlo en Google,
me alivia saber que él se quedará… aunque fuese solo porque su apetito lo
traicionó>.
Comemos
en silencio. No sé si es la mejor lasaña de la región, pero si no lo es debe
ser una de las mejores ya que tengo ganas de repetir el plato; la conversación
en los primeros 10 minutos se limita a unas cuantas preguntas sobre mi lugar de
origen, después de eso y creo que debido a mis respuestas con monosílabos la
conversación es nula.
Regresamos
al campus hora y media después, el se despide con un <<Hasta el miércoles>> y yo con un simple << Adiós>>. Así termina lo
que parece nuestra primera <cita>…
pero no lo es.
v
<Al
final la costumbre siempre se impone> piensa Luna ese
viernes por la tarde, espera a Alex en el mismo cedro de siempre, el que está
plantado justo en la entrada del campus. Hace más de 6 semanas que se ven a la
misma hora, el mismo día, pero no van al mismo restaurante… después de aquella
primera “cita” que en realidad no lo era, él la llevó a un restaurante francés,
luego a uno rumano, indú, israelí, alemán, ingles; aunque para ello tuvieran
que salir más allá del pueblo, habían visitado varias ciudades aledañas. Ella
no lo aceptaría nunca, pero esperaba con ansia e ilusión cada viernes, le
gustaba dejarse sorprender, y por supuesto nunca la dejaba comiendo sola,
siempre existía una excusa… cada semana más rebuscada que la anterior: << También yo tengo hambre>>,
<<está lloviendo, no puedo irme así>>, <<estamos muy lejos de
la universidad, tengo que llevarte de regreso>>, <<no puedo
perderme de probar este platillo>>.
A
pesar de tener mucho tiempo para intercambiar datos de sus vidas, no lo habían
hecho, las charlas giraban en torno a la comida, al paisaje, al dibujo y a las
nuevas técnicas que ella le mostraba en cada clase; existían frecuentemente
silencios incómodos en los que ambos se veían tentados a profundizar la conversación, pasar del plano
trivial, al personal, conocerse, superar por fin ese muro imaginario que estaba
instalado entre los dos y reconocer que disfrutaban de la compañía del otro,
que aquello estaba por encima del aburrimiento que trae consigo la costumbre…
que el otro tenía un algo que los atraía pero atemorizaba al mismo tiempo.
Alex
supo desde la primera vez que la vio que era una chica diferente, interesante y
bastante reservada, quería saber de ella, estar junto a ella, charlar y
perderse en el sutil movimiento de sus labios al hablar… pero también le
apetecía oler su cabello, tomar sus
manos, fundirse en un abrazo, en un beso, <
besarla…, besar su labios, su cuello… amarla, protegerla, conocerla. Soy un
idiota por creer que ella estaría dispuesta a darme una oportunidad, se muestra
tan incómoda cuando estoy con ella… lo intentaré, hoy, y si no funciona, la
olvidare>. Se repetía una y otra vez lo mismo, si no funcionaba, se
olvidaría de ella; sin embargo, él mismo no era capaz de creer tal cosa,
parecía que Luna embriagaba su razón cuando estaba cerca, y mucho más cuando se
encontraba lejos.
---
Tarde, ¡estoy esperándote desde hace 15 minutos!-
Luna sube a la camioneta, colérica, no solo por la tardanza de su acompañante,
si no porque ha tenido un día muy difícil. La exposición de “Amar sin ser amado” es al día
siguiente, y teniendo en cuenta que ella solo cuenta con Hiroki para organizar
todo, está hecha una bola de tareas.
---
Tenía que entregar un trabajo- expresa el recién
llegado a modo de disculpa, esa no es la verdad, lo cierto es que se tomó una
ducha más larga que de costumbre en la que pensaba en las miles de maneras de
abordar a la chica.
---
Hmmm…- O traduciendo “No
me importa, llegaste tarde y te lo cobraré… quizás un postre extra”, Luna
se acomoda en el asiento y abre un poco la ventana para disfrutar de la brisa,
mientras la noche esta casi instalada en el horizonte.
El
chico ha planeado algo diferente en esta ocasión, el lugar no está demasiado
lejano, quiere que ella sea la experta está vez, que sea ella quien le explique
sobre las delicias del menú, que se sienta en su ambiente, que recuerde un poco
su hogar. No le dice hacia donde se dirigen, pero ello no es novedad, nunca lee
advierte el lugar al que irán.
<
Ahora o nunca, no seas cobarde y díselo ya>. Piensa
Alex mientras toma el timón del auto con fuerza, voltea al asiento del
copiloto, pero se encuentra con Luna con los ojos cerrados y la cabeza
reposando sobre la ventana, su ataque de valentía momentáneo se extingue y
piensa que será mejor esperar a estar frente a frente en el restaurante.
Al
entrar al lugar ella no repara en el nombre, ni el tipo de comida que ahí se
sirve. Se sientan en un sitio del lateral derecho, Luna parece estar más
distante que de costumbre, Alex aún está inseguro pero no lo demuestra, se observa
tan autosuficiente como en cualquiera otra ocasión. Habla con ese toque altivo
que lo caracteriza.
---
¿Qué te pasa? No has dicho nada desde que salimos de la Universidad-
Alex traga grueso cuando ella lo mira directo a los ojos.
---
Nada-
Luna no tiene intensión de explicarle que se siente frustrada porque no cree
ganar el primer premio de la exposición, y es algo importante para ella porque
si lo gana, talves pueda confesarle a su padre que le ha mentido todo este
tiempo respecto a la carrera que estudia.
--- No soy psicólogo, pero puedo escucharte,
creo que necesitas…- La chica se siente harta de escuchar que es lo que
necesita, Frank, Hiroki , Violet , Blanca e incluso su molesta compañera de
cuarto le han dicho que necesita calmarse, necesita relajarse, necesita… < ¡¿que saben todos de lo que necesito?!¡Necesito
que me dejen en paz!> y como la gota que derrama el vaso, explota.
---
¡Necesito que me dejes en paz! ¡¡No quiero hablar contigo, no quiero hablar con
nadie!!, deja de comportarte como si supieras lo que yo necesito, tu no eres mi
amigo, no eres siquiera mi compañero, ¡no eres artista! si ni siquiera puedes
hacer una línea recta, solo eres parte de este trato- Miente,
pero esta exaltada, respira con dificultad y su ceño está fruncido, incluso se
levantó un poco de la silla para decir lo anterior.
Él
le tiende su billetera. << Hay
suficiente dinero para pagar la cuenta y un taxi, no estamos lejos del campus,
puedes mandarme la billetera con tu hermano>>, ella se sorprende pero
una descarga de rabia la atraviesa <
¿Huye? Es un cobarde >. Toma la cartera y sin mirarlo se despide << Adiós>>, antes de irse
Alex toma la palabra de nuevo <<Ah…
y creo que no podré ir a la clase de este miércoles>>. Ella no
responde, se limita a ver el menú.
Dos
segundos después la euforia del momento pasa y se comienza a formar un nudo en
su garganta, el dolor comienza a presentarse en su pecho, y tiene ganas de
llorar. Trata de concentrarse en el menú para no pensar en lo que acaba de
pasar, aunque sabe que ella dio pie a la situación, que el chico solo quería
ayudarla, < Pero no debió irse, me
dejó aquí, se fue… yo solo tengo parte de la culpa> se disculpa a si misma < Veamos, hoy pediré, ¿Qué
platillos servirán? …Gyros, Mezzedes, Gemista,
entonces…> cierra la carta y lo entiende, está en
un restaurante Griego. < A veces solo
quisiera estar más cerca de casa> había comentado ella en algún viernes
pasado, pero no creyó que él hubiera escuchado, o al menos que le tomara
importancia.
Respira
profundamente e intenta tranquilizarse. <
¡Maldición Luna! ¿Por qué siempre intentas alejar a todos?… quizás él era
diferente, pero se fue, si fuese diferente se quedaría… creo>. De pronto
nota el aparato sobre la mesa <Olvidó su móvil> una luz de esperanza cruza su
mirada < Podría regresar >. Su
corazón lastimado vuelve a latir con fuerza, su pulso se dispara, y entonces se
da cuenta de lo mucho que le importa el chico, no puede negárselo,
inevitablemente Alex le gusta más de lo que está dispuesta a aceptar.
<<
Lo olvidé>>. Su voz se clava a sus oídos como
dardos, sufre un pequeño ataque cardiaco, intenta disimular su alegría. El
chico toma rápidamente el celular, se detiene un momento pero finalmente dice << Adiós>>, Luna entiende
que es el adiós, que toda esa ilusión de semanas se extingue en ese momento,
que si se va ahora, quizás no vuelvan a hablarse jamás porque una vez heridos,
su orgullo será más grande, ella lo comprende porque son parecidos, dos lobos
solitarios, con sus muros de contención, sus reservas, pocas palabras, miradas
vacías, cuidando siempre de no querer demasiado para no salir lastimados … pero
ahí estaba él, se había arriesgado, había intentado tantas veces derretir el
hielo , era su turno de arriesgar.
---
Quédate…- No es un grito, es poco menos que una palabra
audible, casi un susurro. Pero él la escucha con claridad, y retrocede los
pasos dados segundos antes.
---
¿Por qué?- Ella lo echó y ahora le pide que se
quede, no necesita explicaciones, él siempre supo que una sola palabra bastaría
para quedarse, pero también tiene dignidad.
---
Porque sí – No le rogará, pero en el fondo desea que
esa respuesta sea suficiente.
Se
quita el abrigo y una vez más se sienta frente a ella. Ambos aguardan a que el
otro hable primero. Los dos son conscientes de que no habrá disculpas, pero
desean saber exactamente donde están parados.
---
Además los platos son caros, no alcanza para un taxi, tú me trajiste, tú me
llevas de regreso…- Luna le devuelve la billetera con
firmeza, para que no note su leve temblor de manos. Lo mira a los ojos, en ese
instante el sonríe, y ella le corresponde.
El
muro imaginario se disuelve en el aire poco a poco, de pronto y en algún
momento son libres, no hay armadura, no hay miedo. Por primera vez desde su
primer “cena de viernes” hablan sin timidez, las palabras fluyen, comentan de
todo y de nada, quieren saberlo todo, pero a la misma vez quieren que todo sea
a cuenta gotas, que el tiempo se detenga, que esa cena sea eterna. Y ríen, ríen
de cosas que solo ambos entienden, crean en ese momento un código secreto, como
los niños pequeños cuando guardan secretos de los mayores. Él por fin pregunta
si puede asistir a su exposición, y ella responde <<Sí>>. Al terminar la cena ambos se sienten
diferentes, renovados, como si hubieran abierto una puerta de su personalidad
que no conocían y que solo se abre junto a la persona indicada.
v
*Luna POV*
Me
siento igual que si me hubiese tomado seis tequilas, pero en realidad solo tomé
jugo de frutas. Los colores me parecen más vivos y rio mucho, de casi cualquier
cosa. Ahora todos mis problemas de la
tarde parecen menores y creo que estaba exagerando, todo saldrá bien… él estará
en la exposición. Siento como mi pecho duele, mi estomago es víctima de un
aleteo constante, mis terminaciones nerviosas se congelan ya que mis manos
están frías, pero mi termómetro corporal esta averiado, pues mi cara arde.
Siento mis mejillas teñidas de rojo, y hay una insolente sonrisa surcando mis
labios, no puedo quitármela de encima… quizás estoy resfriada y por eso experimento
estos síntomas.
<
A quien engaño, Alex tiene la culpa, Alex es un idiota por cómo se comportó…
pero es inteligente, seguro de sí mismo, caballeroso… hasta puede ser
simpático, hoy me hizo reír como pocos logran hacerlo>,
< ¡Ya! ¡Basta! Solo fue una buena
cena, eso es todo… no te hagas ilusiones Luna, tienes que ir con cuidado si no quieres
terminar como la típica doncella llorando por los rincones>. Tengo que
controlarme, pero a la vez no puedo y lo que es peor, no quiero. Quiero soñar,
quiero pensar que él es tan bueno como creo que es… que es el indicado.
Entro
en mi habitación evitando hacer ruido, pero todo está tan silencioso que es una
misión imposible. Son las 12:00 am, jamás había llegado tan tarde y Sol ya debe
estar dormida, bueno lo está a las 10:00 pm todos los viernes, este no debe ser
la excepción.
La
luz daña mis ojos y tardo un segundo en adaptar mis pupilas. Mi compañera de
cuarto enciende la lámpara del techo. Debo verme graciosa porque ella tiene una
risita particular en su cara, no reparo mucho en ello e intento ocultar mi
estado de clara felicidad.
---
¿Qué haces despierta? Es tarde, vete a dormir- Digo con
seriedad, mientras me quito los zapatos y me calzó con mis pantuflas.
---
Lo mismo digo, ¡es tarde! Estuve a punto de llamar a Frank, jamás llegas tan
tarde, pero decidí esperar a que dieran las 12:30 –
Sol se ve realmente preocupada… quizás si la he estado juzgando mal… ¡no! Es
solo mi embriaguez la que me hace pensar así.
---
¿Y tú como sabes a qué hora llego? ¿Ahora eres mi vigilante? –
Le digo con saña, pero mis palabras no salen venenosas como hubiese querido,
más bien suenan graciosas.
---
Por si no lo has notado también yo duermo aquí, y haces ruido al venir… te ves
diferente, ¿estás bien? – Sol hace un gesto con su ceja que
me causa una risita espontanea, <
¡Demonios! Controlar mi estado de ánimo será más complicado de lo que
pensé>.
---
Estoy muy bien, y no es tu asunto lo que me pase o no… duérmete ya-
Lucho por mantenerme seria, Sol se para frente a mí y me observa como
detective, una risa quiere escapar de mi garganta, pero no lo hace- Apártate- le digo para pasar al baño.
---
Sé que sales con un chico, es la única forma de que estés tan feliz… bueno, a
no ser que sea algo que tenga que ver alguna excelente calificación, pero sé
que no te dan notas a medianoche. – Y ahora el mounstro
rosado cree que me conoce… trato de disuadirla, no debe saber de Alex y nuestro
trato. Ahora sí me rio como gesto de burla.
---
Tú no sabes nada de mi Sol, y a la última persona a al que le contaría si algo
pasará serias tú, ahora me permites- la empujo para pasar
al baño a lavarme los dientes.
---
Esta bien, buenas noches… ah y dile a Alex que su camioneta Renault está
genial, que descanses.- Expulso el agua, con la que enjuago
mi boca, violentamente. Trato de pensar en algo, pero mis pensamientos son
inestables, comienzo a sudar, <nadie
lo sabe, ¿cómo es que ella lo sabe?, si le reclamo seria aceptarlo, si no lo
hago corro el peligro de que lo divulgue >. Salgo del baño y me paró
frente a la cama de Sol.
---
Si vuelves a inventar una mentira como esa te golpeare hasta que tus dientes
necesiten prótesis. – Ahora sí estoy colérica, no tengo
que fingirlo.
---No
es mentira, Alex es el mejor amigo de Santiago, mi novio por si no lo sabes, el
me comentó que su amigo estaba sospechoso desde hace semanas, que desaparecía
los viernes. Conocí a Alex hace poco, vi que tenía una camioneta idéntica a la
que te esperaba en la entrada del campus, solo uní cabos. –
Sol está de pie y sé que dice la verdad.
---
Bien, es verdad, salgo con Alex, pero no es lo que piensas. No es una de tus
novelas rosas, y no te daré explicaciones, solo diré que cuides muy bien de lo
que dices Sol porque si me entero de que levantas rumores, lo que te dije acerca
de tus dientes será solo un breve ejemplo de lo que te pasará. – Mi
gesto es duro, pero la chica no parece asustada… <verdaderamente estoy perdiendo mi toque>.
Sonríe
y vuelve a hacer el gesto con la ceja, ahora yo tengo cara de confusión. << ¡Me da tanto gusto Luna! >>
dice juntando las manos en un gesto de alegría. << Alex es un chico un poco tímido, pero se nota que solo finge
ser rudo, apuesto que es muy sensible, romántico y detallista… además ¡es
guapo!, claro eso no lo es todo, pero es digamos… muy importante>> Me
guiña un ojo, y ahora soy yo la que no entiende nada.
---
Creo que no entiendes…- Sol no me deja terminar la frase,
porque va hacia mi armario, yo trato de detenerla, pero la chica parece poseída
por algún espíritu del país de las maravillas.
---
Sí, ya sé, acabare siendo parte de Discovery Investigation , como víctima
claro, si digo algo… no te preocupes Luna, no diré nada, yo sé guardar muy bien
los secretos. Quizás te preocupa que tu papá se entere, digo, sé que es algo
difícil de llevar- <
Definitivamente esta poseída, ¿Cómo se le ocurre hablar de mi familia? Ella no
me conoce> - Bueno, tenemos que elegir el vestuario de mañana, necesita
estar espectacular, porque Alex ira ¿no?, mira este… hmm no, demasiado oscuro,
¡ah! Esté… no demasiado gótico… aquel, sí… no, mejor no, demasiado…- Sol
sigue hablando como si realmente estuviera poniéndole atención, y de un momento
a otro no me puedo controlar más y me rió, me rió fuerte y libremente, mi
compañera se comporta como loca, y toda la situación es tan surrealista que no
lo puedo evitar.
---
¿Qué pasa?- Dice Sol, pero yo sigo riéndome y ver
su cara de incredulidad solo aumenta mi risa- ¡Oye no te burles de mi! Estoy tratando de ayudarte. – Lo dice con
tal seriedad que consigue callarme, pero ahora es ella la que ríe- Bien tienes razón, parezco una loca, mejor
nos levantamos temprano y vemos que te llevarás mañana.
Ella
deja en paz mi ropa y regresa a su cama, yo no sé qué decir, han sido muchas
emociones para una sola noche. Primero el repentino cambio de Alex, luego mi
propio cambio y ahora esto… hasta parece que Sol no es tan odiosa. Trató de
recordar todas las razones por las que está en el primer lugar de mi lista de
posibles asesinatos, pero no las recuerdo, ahora solo veo a una chica fresa sí,
pero es divertida, y le creo cuando dice que no dirá nada… parece confiable. < Te estás volviendo loca Luna, Sol y tú
jamás podrían ser amigas>.
---
Buenas noches- Digo acomodando la almohada en mi cama.
---
Descansa, que sueñes con tu príncipe azul…
- Me dice sonriendo, parece que no se cansa de sonreír, y añade- Sé que no debería pero le pregunte a Frank
sobre los libros que lees, tenemos varios en común, hay un libro con el que
lloré mucho, se llama “La ladrona de libros”, ¿ya lo leíste?.
<No>
esa es la respuesta correcta, sí digo que sí, el mounstro rosa no me dejara en
paz y tendrá una excusa para hablarme; pero la verdad es que sí lo leí, no
lloré, pero me conmovió, esa chica pierde a todos los que quiere y jamás llega
a recibir el beso del niño al que quiere, se lo da solamente cuando el ya está
muerto. <<Sí, lo leí, es bueno…
ahora duérmete>>. Ahora arreglo las sabanas de mi cama.
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¿Te gusta dibujar anime? Tengo una amiga a la que le gusta mucho, no dibujarlo,
le gusta verlo… yo vi algunas series, pero cuando era una niña aún pequeña,
además ella, Liss, mi amiga de la infancia, dice que hay cierto tipo de anime
que no puedo ver, ojala me lo mostrará, talves me gustaría, ¿no crees?. Esta
chica no se da por vencida, además mencionó uno de mis puntos débiles, ahora
estoy interesada, porque sé a que “tipo” se refiere y realmente dudo que ella lo soportase… no es
nada de princesas, pero ahora viene una idea a mi cabeza, sería gracioso ver
sus reacciones si le muestro algo por el estilo. Mañana le hare la broma.
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Ha sí yo creo que sí- Ya estoy en mi cama y me doy al vuelta
para quedar de lado- Mañana veremos,
apaga la luz.- Sol apaga la luz y dice <<
Buenas noches, me alegra que estés feliz>>.
Por
fin todo es silencio nuevamente, a mí también me alegra sentirme feliz. Me
siento extraña, demasiado eufórica, demasiado expresiva, demasiado feliz,
demasiado poco Luna; y aún así lo disfruto, no sé cuanto durara este
sentimiento, pero presiento que será un largo tiempo. Cierro los ojos y veo a Alex,
le doy un beso imaginario en los labios y me duermo pensando en que me
encantaría que se hiciera realidad, que mi primer beso fuese de los labios de
Alex. Yo no creo en los cuentos de hadas del tipo… <y vivieron felices para siempre>, pero como leí en alguna parte,
quizás sea cierto que el <para
siempre> solo es en realidad muchos <ahoras>.
Es la primera noche en semanas en la que no tengo pesadillas, mi cabeza quizás
haya perdido un poco la razón, pero mi corazón está lleno de paz.
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