sábado, 13 de julio de 2013

CAPITULO DÉCIMO PRIMERO

Recordatorio de siempre: los pensamientos son < > , las frases en voz alta << >> , y la escena del flashback * * .


CENA DE VIERNES

 



“El <<para siempre>> está hecho de muchos <<ahoras>>”
Emily Dickinson


*Luna POV*

El invierno es mi época favorita del año, siempre me han gustado esas noches frías en las que te cobijas y tomas una taza de chocolate, no demasiado caliente y tampoco demasiado frío… <que te entibie las manos y el corazón>. Termino de acomodar mis botas altas, me levanto de la silla que está frente al tocador y hecho un último vistazo a mi atuendo: jeans azul un poco ajustados, blusa café y botas del mismo color con un sutil tacón que me incomoda al caminar, no estoy acostumbrada a ellos, pero este día hare una excepción, quiero parecer un poco “femme fatal” es mi primer día como profesora de dibujo y mi alumno … <aún no puedo creer que le daré clases a Alex, al chico de los ojos tristes y melancólicos, pero a la vez tan profundos que parecen invitarme a perderme en ellos> , <¡Maldición! Tengo que dejar de pensar en él… No es atractivo, inteligente y mucho menos me gustaría dibujar esos ojos seductores. ¡Ya! ¡Esos pensamientos no te llevaran a ninguna parte!> me reprendo mentalmente…<< ¡A ninguna parte!>> suelto en voz alta sin querer.

--- Parece que tanto estudio ya te afecto la cabeza, Medusa- Frank esta espiándome desde la puerta- ya hasta hablas sola- suelta una de sus típicas risas, mostrando su blanca dentadura, y la acompaña haciendo girar el dedo índice en círculos sobre su cabeza.

Pongo los ojos en blanco y tomo mi bolso del respaldo de la silla, dispuesta a salir de la habitación.

--- Buenos días a ti también princesa -digo, mientras lo empujo al pasar junto a él.

--- Uhh creo que alguien amaneció en sus días- Mi mellizo pone cara de fingida preocupación y agrega- o es que tu encuentro con “Alex” te pone así de mal- me guiña el ojo para darle énfasis a la frase.

<<¡¡Cállate si no quieres que te saque un ojo!!>> lanzo la frase con violencia mientras cierro el puño en señal de amenaza. Es en este momento en el que me doy cuenta de lo nerviosa que estoy, pues solo me defiendo de esta manera cuando me siento en peligro… y me siento en peligro de ser descubierta, ni Frank ni nadie puede enterarse que talves siento algo por Alex, <talves> porque a decir verdad tampoco yo tengo muy claro que es lo que siento por él.

--- Hey, tranquila, relájate… era solo una broma Luna, sé que si algo pasara con Alex tu me lo contarías, ¿verdad?- Ahora el chico me pone a prueba, no suelo mentir, pero en esta ocasión es absolutamente necesario, << Claro, jamás te mentiría>>, respondo.

Frank me acompaña hasta el salón 3 de los laboratorios de artes plásticas, hay varias mesas grandes ocupadas por todo tipo de materiales, desde arcilla hasta piedra tallada; al final del salón se vislumbran dos mesas de madera, espaciosas y con algunos pinceles regados por doquier, junto a una de ellas se encuentra parado mi alumno… <Alex> mi corazón tiene un sobresalto al verlo, pero mi rostro no demuestra ningún sentimiento.

<Todavía no comprendo cómo terminé en esta situación, lo más fácil hubiese sido decir no a la propuesta de mi hermano, sobre ayudar a su amigo con el dibujo a mano alzada, pero Frank me había insistido tanto en que Alex estaba desesperado que mi vanidad respondió por mí, y acepté solo para mostrarle a alguien que no solo puedo ser buena, puedo ser la mejor>… ahora nada de eso tiene sentido, mi hermano saluda a su compañero y ambos conversan mientras yo decido que es lo primero que diré cuando nos quedemos solos, porque asumo que mi mellizo se irá pronto, como la pitonisa que soy Frank no tarda en despedirse, <<te espero en el comedor a la hora del almuerzo>> me dice antes de marcharse, << hasta luego>> es lo único que mi colapsada cabeza atina a estructurar.

--- Hola “pintora” ¿comenzamos?- Su voz es tibia, cálida, como una suave brisa, trato de mantener mi  pulso a un nivel razonable antes de hablar.

--- Hola… sí… comencemos- No digo nada más, ordeno los lápices y el lienzo en la mesa, no se escucha ningún sonido en el exterior, salvo el choque de algún lápiz sobre la áspera madera y el roce de papel con papel al separar las hojas, todo es silencio, y temo que él pueda escuchar mis pensamientos.

Pasó la siguiente media hora explicando cómo tomar el lápiz y las distintas técnicas para dibujar, le pido que tome el lápiz y trace algunas líneas horizontales, que más bien parecen líneas diagonales, ahogo una pequeña risita y le digo con seriedad: <<mejoraras con las semanas>>, a lo que él responde; << ¿lo dices porque crees en mí o porque tú eres mi maestra?>>, <<porque soy tu maestra por supuesto…>> no puedo evitar sentir como el muro invisible que caracteriza al chico se va desvaneciendo, y continuo << y creo que no eres tan malo>>, ambos sonreímos y la clase sigue su curso. No noto pasar el tiempo, y la siguiente vez que observo el reloj ha pasado ya hora y media.

 --- Es todo por hoy- pronuncio muy a mi pesar, puesto que la sola compañía de este chico es extremadamente agradable- nos vemos el próximo miércoles, trata de practicar lo que estudiamos- sonrío rápidamente y me doy la vuelta antes de que él pueda siquiera despedirse.

--- ¡Luna! – Una corriente de electricidad atraviesa mi cuerpo al oírlo mencionar mi nombre- espera…- me toma por el brazo, yo me suelto instantáneamente, pero aún logro sentir como mis vellos se erizan ante el contacto de sus dedos.

--- ¿Qué?- Trató de mantener una expresión neutral, que no parezca antipática pero tampoco amable.

--- Las clases…- levanto una ceja en una mueca dubitativa- las clases de guitarra, Frank dijo que esto sería algo como un intercambio de conocimientos, tú me dirás el día en que…- Lo interrumpo antes que termine de hablar.

--- Ah eso, es que Frank entendió mal, no quiero aprender a tocar la guitarra, toma esto como un favor; digamos que me debes una y no te preocupes yo siempre cobro a quienes me deben-  me doy de nuevo la vuelta y escucho su voz de bajo resonar a mis espaldas.

--- ¡No! –Detengo mi marcha para prestar atención- yo siempre acostumbro a pagar mis deuda  y esta vez no será la excepción, dime qué quieres a cambio, lo que sea- me vuelvo y lo miro a los ojos.

Mi mente viaja en un segundo por todas las cosas que me gustaría pedir, pero verlo a los ojos no fue la mejor idea que tuve, ya que solo logro concentrarme en mis más “íntimos” deseos, estoy a punto de rechazar su ofrecimiento porque no creo que se anime a cumplir uno de mis sueños… privados, cuando una luz se enciende en mi cerebro <comida>, <buena comida>. No es que el comedor del campus sea el peor del mundo; sin embargo, no está en el top ten. Pocas veces he podido disfrutar una comida que de verdad me agrade en los últimos dos meses, y Violet mencionó que en el pueblo hacían la mejor lasaña de toda la región y por lo tanto algo imperdible.

--- Bien, quiero lasaña- Digo con convicción, Alex me mira sorprendido y aclaro- una amiga dice que en el pueblo hacen la mejor lasaña de la región, tu pagaras mi cena el próximo viernes.

--- ¿Cenar juntos?- pregunta mi alumno un poco aturdido y veo un destello en sus pupilas, por lo que decido aclarar la situación.

--- ¡No!- siento como se colorean mis mejillas e intento tranquilizarme- juntos no- ahora mi corazón está en mi contra pues late como poseído- si tú quieres cenas ahí, si no, no… tú pagas, y así cancelas tus deudas, ¿entiendes?- lo noto un poco decepcionado… lo que hace que además de mi corazón, mi estomago se revuelva. Finjo serenidad cuando en realidad mi sistema nervioso ha comenzado a colapsar.
      
v   

--- ¿Vas a salir?- pregunta Sol cerrando el libro que momentos antes capturara su atención.

---  No es asunto tuyo- responde Luna mientras retoca el delineador negro que enmarca sus ojos cafés.

--- Bueno… solo era una pregunta- dice la chica de cabello castaño, y con cautela agrega- Luna ¿no podemos intentar llevarnos bien?, ya va a ser un mes desde que compartimos habitación y casi no hablamos, sé que somos diferentes pero podríamos tener intereses en común- Sol sonríe mientras habla.

--- ¡¿Intereses en común?!- Luna ríe con un gesto de ironía y mira directamente a su compañera- Tú y yo… ¿intereses en común?, déjame pensar… no estoy interesada en escuchar a ningún conjunto de chicos fresas cantar, no deseo pasar media hora de mi vida organizando mi ropa por colores, tampoco quiero utilizar  mis tardes viendo películas cursis de “amor a primera vista” y otras sensiblerías y definitivamente no estoy interesada en hablar horas y horas de que pasará en la nueva temporada de alguna novela rosa- toma su celular y lo guarda en un pequeño bolso de cruzar que lleva puesto, está a punto de irse.

--- ¡Creo que me estas juzgando mal!, piensas que soy una de esas chicas vacías y superficiales…- su interlocutora la interrumpe con un gesto de la mano.

--- Sí, sí lo que digas, nos vemos- La chica de cabello rojizo se dirige a la puerta de la habitación, dejando a Sol con la palabra en la boca.

--- ¿Libros?... a ti te gusta leer, bueno al menos es lo que he notado, y a mí también… vamos Luna, sé que no tuvimos un buen inicio pero podemos ser buenas compañeras, tu hermano dice que…- De nuevo es interrumpida por Luna.

--- ¡No metas a Frank en esto!- Se da la vuelta para confrontar a Sol- Sé que te haces la víctima frente a él, para tenerlo de su parte, así que voy a advertirte algo: No lo hagas sufrir, porque si juegas con mi hermano, ¡te juro que vas a arrepentirte!- Dice la chica con agresividad y violencia.

--- Es por él verdad… no quieres que esté cerca de él, ¿por eso me odias?, pues déjame decirte que Frank es un gran amigo y jamás le haría daño, él ha estado junto a mí en momentos difíciles y le estoy muy agradecida- Sol respira agitadamente, ahora también ella esta exaltada.

Luna ríe con sarcasmo << No te odio… no te creas tan importante, tampoco te creo, así que te estaré vigilando>>. Camina hacia la salida pero antes de irse se detiene << Ah y digamos que Charles Dickens y Jane Austin no están en la lista de mis autores favoritos… no intentes juntar agua y aceite, tú en tus asuntos y yo en los míos>>. La pelirroja cierra la puerta y Sol suelta el aire retenido pensando que es una batalla perdida.


  v   
            

*Luna POV*

No espero a que él me abra la puerta para bajar del auto, mi humor no es el mejor, la conversación que tuve con “Barbie” antes de salir me dejó alterada. Aunque creo que dentro de lo cabe fue positivo, ya que el enojo ha suprimido un poco los nervios que me provoca estar a solas con Alex, en lo que parece una <cita>… pero no lo es.

Entramos al restaurante y nos ubican en una mesa al centro del lugar, el ambiente es acogedor y pintoresco, hay varios cuadros de paisajes que adornan las paredes y se escucha una música instrumental al fondo; definitivamente no es un lugar al que vendría si yo tuviera que pagar la cuenta. Abro el menú e intento no pensar en que él aún sigue ahí  esperando a que yo ordene, no sé si se quedará, aunque deseo en silencio que lo haga.

---Para mi rigatoni a la primavera y  para la señorita… - Alex habla con el mesero, yo ni  siquiera sé qué tipo de pasta es la que pide, para mi buena suerte yo no tengo que pensar mucho en lo que pediré.

--- Lasaña a la boloñesa- Termino la frase, el mesero repite la orden y se retira.

Nos quedamos en silencio por unos segundos que parecen interminables, observo de nuevo su atuendo, jeans negros, camisa blanca y una chamarra para el frio que se quitó al entrar al restaurante, se ve sexy, atractivo... sus ojos, sus manos, sus labios… <¡Y estos pensamientos que no logró dominar!>. El chico no podría vestir más sencillamente, algo que contrasta con su camioneta, una Renault negra en la que llegamos hasta el pueblo, que no queda a más de  7 kilómetros de la universidad. Yo rompo el silencio.

--- Entonces ¿te quedaras?... porque puedes dejarme el dinero- Me arrepentí al momento en que esas palabras salieron de mi boca, porque parecía que su presencia me incomodaba, que quería que se fuera, y no había nada mas equivocado que eso, pero lo acepto no soy la chica más expresiva del mundo.

--- También yo tengo hambre, por eso me quedaré, además ya ordené y no despreciaría un plato de rigatoni jamás- <Riga… lo que sea, tengo que buscarlo en Google, me alivia saber que él se quedará… aunque fuese solo porque su apetito lo traicionó>.

Comemos en silencio. No sé si es la mejor lasaña de la región, pero si no lo es debe ser una de las mejores ya que tengo ganas de repetir el plato; la conversación en los primeros 10 minutos se limita a unas cuantas preguntas sobre mi lugar de origen, después de eso y creo que debido a mis respuestas con monosílabos la conversación es nula.

Regresamos al campus hora y media después, el se despide con un <<Hasta el miércoles>> y yo con un simple << Adiós>>. Así termina lo que parece nuestra primera <cita>… pero no lo es.

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<Al final la costumbre siempre se impone> piensa Luna ese viernes por la tarde, espera a Alex en el mismo cedro de siempre, el que está plantado justo en la entrada del campus. Hace más de 6 semanas que se ven a la misma hora, el mismo día, pero no van al mismo restaurante… después de aquella primera “cita” que en realidad no lo era, él la llevó a un restaurante francés, luego a uno rumano, indú, israelí, alemán, ingles; aunque para ello tuvieran que salir más allá del pueblo, habían visitado varias ciudades aledañas. Ella no lo aceptaría nunca, pero esperaba con ansia e ilusión cada viernes, le gustaba dejarse sorprender, y por supuesto nunca la dejaba comiendo sola, siempre existía una excusa… cada semana más rebuscada que la anterior: << También yo tengo hambre>>, <<está lloviendo, no puedo irme así>>, <<estamos muy lejos de la universidad, tengo que llevarte de regreso>>, <<no puedo perderme de probar este platillo>>.

A pesar de tener mucho tiempo para intercambiar datos de sus vidas, no lo habían hecho, las charlas giraban en torno a la comida, al paisaje, al dibujo y a las nuevas técnicas que ella le mostraba en cada clase; existían frecuentemente silencios incómodos en los que ambos se veían tentados a  profundizar la conversación, pasar del plano trivial, al personal, conocerse, superar por fin ese muro imaginario que estaba instalado entre los dos y reconocer que disfrutaban de la compañía del otro, que aquello estaba por encima del aburrimiento que trae consigo la costumbre… que el otro tenía un algo que los atraía pero atemorizaba al mismo tiempo.

Alex supo desde la primera vez que la vio que era una chica diferente, interesante y bastante reservada, quería saber de ella, estar junto a ella, charlar y perderse en el sutil movimiento de sus labios al hablar… pero también le apetecía oler su cabello,  tomar sus manos, fundirse en un abrazo, en un beso, < besarla…, besar su labios, su cuello… amarla, protegerla, conocerla. Soy un idiota por creer que ella estaría dispuesta a darme una oportunidad, se muestra tan incómoda cuando estoy con ella… lo intentaré, hoy, y si no funciona, la olvidare>. Se repetía una y otra vez lo mismo, si no funcionaba, se olvidaría de ella; sin embargo, él mismo no era capaz de creer tal cosa, parecía que Luna embriagaba su razón cuando estaba cerca, y mucho más cuando se encontraba lejos.

--- Tarde, ¡estoy esperándote desde hace 15 minutos!- Luna sube a la camioneta, colérica, no solo por la tardanza de su acompañante, si no porque ha tenido un día muy difícil. La exposición de “Amar sin ser amado” es al día siguiente, y teniendo en cuenta que ella solo cuenta con Hiroki para organizar todo, está hecha una bola de tareas.

--- Tenía que entregar un trabajo- expresa el recién llegado a modo de disculpa, esa no es la verdad, lo cierto es que se tomó una ducha más larga que de costumbre en la que pensaba en las miles de maneras de abordar a la chica.

--- Hmmm…- O traduciendo “No me importa, llegaste tarde y te lo cobraré… quizás un postre extra”, Luna se acomoda en el asiento y abre un poco la ventana para disfrutar de la brisa, mientras la noche esta casi instalada en el horizonte.

El chico ha planeado algo diferente en esta ocasión, el lugar no está demasiado lejano, quiere que ella sea la experta está vez, que sea ella quien le explique sobre las delicias del menú, que se sienta en su ambiente, que recuerde un poco su hogar. No le dice hacia donde se dirigen, pero ello no es novedad, nunca lee advierte el lugar al que irán.

< Ahora o nunca, no seas cobarde y díselo ya>. Piensa Alex mientras toma el timón del auto con fuerza, voltea al asiento del copiloto, pero se encuentra con Luna con los ojos cerrados y la cabeza reposando sobre la ventana, su ataque de valentía momentáneo se extingue y piensa que será mejor esperar a estar frente a frente en el restaurante.

Al entrar al lugar ella no repara en el nombre, ni el tipo de comida que ahí se sirve. Se sientan en un sitio del lateral derecho, Luna parece estar más distante que de costumbre, Alex aún está inseguro pero no lo demuestra, se observa tan autosuficiente como en cualquiera otra ocasión. Habla con ese toque altivo que lo caracteriza.

--- ¿Qué te pasa? No has dicho nada desde que salimos de la Universidad- Alex traga grueso cuando ella lo mira directo a los ojos.

--- Nada- Luna no tiene intensión de explicarle que se siente frustrada porque no cree ganar el primer premio de la exposición, y es algo importante para ella porque si lo gana, talves pueda confesarle a su padre que le ha mentido todo este tiempo respecto a la carrera que estudia.

--- No soy psicólogo, pero puedo escucharte, creo que necesitas…- La chica se siente harta de escuchar que es lo que necesita, Frank, Hiroki , Violet , Blanca e incluso su molesta compañera de cuarto le han dicho que necesita calmarse, necesita relajarse, necesita… < ¡¿que saben todos de lo que necesito?!¡Necesito que me dejen en paz!> y como la gota que derrama el vaso, explota.

--- ¡Necesito que me dejes en paz! ¡¡No quiero hablar contigo, no quiero hablar con nadie!!, deja de comportarte como si supieras lo que yo necesito, tu no eres mi amigo, no eres siquiera mi compañero, ¡no eres artista! si ni siquiera puedes hacer una línea recta, solo eres parte de este trato- Miente, pero esta exaltada, respira con dificultad y su ceño está fruncido, incluso se levantó un poco de la silla para decir lo anterior.

Él le tiende su billetera. << Hay suficiente dinero para pagar la cuenta y un taxi, no estamos lejos del campus, puedes mandarme la billetera con tu hermano>>, ella se sorprende pero una descarga de rabia la atraviesa < ¿Huye? Es un cobarde >. Toma la cartera y sin mirarlo se despide << Adiós>>, antes de irse Alex toma la palabra de nuevo <<Ah… y creo que no podré ir a la clase de este miércoles>>. Ella no responde, se limita a ver el menú.

Dos segundos después la euforia del momento pasa y se comienza a formar un nudo en su garganta, el dolor comienza a presentarse en su pecho, y tiene ganas de llorar. Trata de concentrarse en el menú para no pensar en lo que acaba de pasar, aunque sabe que ella dio pie a la situación, que el chico solo quería ayudarla, < Pero no debió irse, me dejó aquí, se fue… yo solo tengo parte de la culpa> se disculpa a si misma < Veamos, hoy pediré, ¿Qué platillos servirán? …Gyros, Mezzedes, Gemista, entonces…> cierra la carta y lo entiende, está en un restaurante Griego. < A veces solo quisiera estar más cerca de casa> había comentado ella en algún viernes pasado, pero no creyó que él hubiera escuchado, o al menos que le tomara importancia.  

Respira profundamente e intenta tranquilizarse. < ¡Maldición Luna! ¿Por qué siempre intentas alejar a todos?… quizás él era diferente, pero se fue, si fuese diferente se quedaría… creo>. De pronto nota el aparato sobre la mesa <Olvidó  su móvil> una luz de esperanza cruza su mirada < Podría regresar >. Su corazón lastimado vuelve a latir con fuerza, su pulso se dispara, y entonces se da cuenta de lo mucho que le importa el chico, no puede negárselo, inevitablemente Alex le gusta más de lo que está dispuesta a aceptar.

<< Lo olvidé>>. Su voz se clava a sus oídos como dardos, sufre un pequeño ataque cardiaco, intenta disimular su alegría. El chico toma rápidamente el celular, se detiene un momento pero finalmente dice << Adiós>>, Luna entiende que es el adiós, que toda esa ilusión de semanas se extingue en ese momento, que si se va ahora, quizás no vuelvan a hablarse jamás porque una vez heridos, su orgullo será más grande, ella lo comprende porque son parecidos, dos lobos solitarios, con sus muros de contención, sus reservas, pocas palabras, miradas vacías, cuidando siempre de no querer demasiado para no salir lastimados … pero ahí estaba él, se había arriesgado, había intentado tantas veces derretir el hielo , era su turno de arriesgar.

--- Quédate…- No es un grito, es poco menos que una palabra audible, casi un susurro. Pero él la escucha con claridad, y retrocede los pasos dados segundos antes.

--- ¿Por qué?- Ella lo echó y ahora le pide que se quede, no necesita explicaciones, él siempre supo que una sola palabra bastaría para quedarse, pero también tiene dignidad.

--- Porque sí – No le rogará, pero en el fondo desea que esa respuesta sea suficiente.

Se quita el abrigo y una vez más se sienta frente a ella. Ambos aguardan a que el otro hable primero. Los dos son conscientes de que no habrá disculpas, pero desean saber exactamente donde están parados.

--- Además los platos son caros, no alcanza para un taxi, tú me trajiste, tú me llevas de regreso…- Luna le devuelve la billetera con firmeza, para que no note su leve temblor de manos. Lo mira a los ojos, en ese instante el sonríe, y ella le corresponde.

El muro imaginario se disuelve en el aire poco a poco, de pronto y en algún momento son libres, no hay armadura, no hay miedo. Por primera vez desde su primer “cena de viernes” hablan sin timidez, las palabras fluyen, comentan de todo y de nada, quieren saberlo todo, pero a la misma vez quieren que todo sea a cuenta gotas, que el tiempo se detenga, que esa cena sea eterna. Y ríen, ríen de cosas que solo ambos entienden, crean en ese momento un código secreto, como los niños pequeños cuando guardan secretos de los mayores. Él por fin pregunta si puede asistir a su exposición, y ella responde <<Sí>>. Al terminar la cena ambos se sienten diferentes, renovados, como si hubieran abierto una puerta de su personalidad que no conocían y que solo se abre junto a la persona indicada.

            v   

*Luna POV*

Me siento igual que si me hubiese tomado seis tequilas, pero en realidad solo tomé jugo de frutas. Los colores me parecen más vivos y rio mucho, de casi cualquier cosa. Ahora todos mis problemas de  la tarde parecen menores y creo que estaba exagerando, todo saldrá bien… él estará en la exposición. Siento como mi pecho duele, mi estomago es víctima de un aleteo constante, mis terminaciones nerviosas se congelan ya que mis manos están frías, pero mi termómetro corporal esta averiado, pues mi cara arde. Siento mis mejillas teñidas de rojo, y hay una insolente sonrisa surcando mis labios, no puedo quitármela de encima… quizás estoy resfriada y por eso experimento estos síntomas.

< A quien engaño, Alex tiene la culpa, Alex es un idiota por cómo se comportó… pero es inteligente, seguro de sí mismo, caballeroso… hasta puede ser simpático, hoy me hizo reír como pocos logran hacerlo>, < ¡Ya! ¡Basta! Solo fue una buena cena, eso es todo… no te hagas ilusiones  Luna, tienes que ir con cuidado si no quieres terminar como la típica doncella llorando por los rincones>. Tengo que controlarme, pero a la vez no puedo y lo que es peor, no quiero. Quiero soñar, quiero pensar que él es tan bueno como creo que es… que es el indicado.

Entro en mi habitación evitando hacer ruido, pero todo está tan silencioso que es una misión imposible. Son las 12:00 am, jamás había llegado tan tarde y Sol ya debe estar dormida, bueno lo está a las 10:00 pm todos los viernes, este no debe ser la excepción.

La luz daña mis ojos y tardo un segundo en adaptar mis pupilas. Mi compañera de cuarto enciende la lámpara del techo. Debo verme graciosa porque ella tiene una risita particular en su cara, no reparo mucho en ello e intento ocultar mi estado de clara felicidad.

--- ¿Qué haces despierta? Es tarde, vete a dormir- Digo con seriedad, mientras me quito los zapatos y me calzó con mis pantuflas.

--- Lo mismo digo, ¡es tarde! Estuve a punto de llamar a Frank, jamás llegas tan tarde, pero decidí esperar a que dieran las 12:30 – Sol se ve realmente preocupada… quizás si la he estado juzgando mal… ¡no! Es solo mi embriaguez la que me hace pensar así. 

--- ¿Y tú como sabes a qué hora llego? ¿Ahora eres mi vigilante? – Le digo con saña, pero mis palabras no salen venenosas como hubiese querido, más bien suenan graciosas.

--- Por si no lo has notado también yo duermo aquí, y haces ruido al venir… te ves diferente, ¿estás bien? – Sol hace un gesto con su ceja que me causa una risita espontanea, < ¡Demonios! Controlar mi estado de ánimo será más complicado de lo que pensé>.

--- Estoy muy bien, y no es tu asunto lo que me pase o no… duérmete ya- Lucho por mantenerme seria, Sol se para frente a mí y me observa como detective, una risa quiere escapar de mi garganta, pero no lo hace- Apártate- le digo para pasar al baño.

--- Sé que sales con un chico, es la única forma de que estés tan feliz… bueno, a no ser que sea algo que tenga que ver alguna excelente calificación, pero sé que no te dan notas a medianoche. – Y ahora el mounstro rosado cree que me conoce… trato de disuadirla, no debe saber de Alex y nuestro trato. Ahora sí me rio como gesto de burla.

--- Tú no sabes nada de mi Sol, y a la última persona a al que le contaría si algo pasará serias tú, ahora me permites- la empujo para pasar al baño a lavarme los dientes.

--- Esta bien, buenas noches… ah y dile a Alex que su camioneta Renault está genial, que descanses.- Expulso el agua, con la que enjuago mi boca, violentamente. Trato de pensar en algo, pero mis pensamientos son inestables, comienzo a sudar, <nadie lo sabe, ¿cómo es que ella lo sabe?, si le reclamo seria aceptarlo, si no lo hago corro el peligro de que lo divulgue >. Salgo del baño y me paró frente a la cama de Sol.

--- Si vuelves a inventar una mentira como esa te golpeare hasta que tus dientes necesiten prótesis. – Ahora sí estoy colérica, no tengo que fingirlo.

---No es mentira, Alex es el mejor amigo de Santiago, mi novio por si no lo sabes, el me comentó que su amigo estaba sospechoso desde hace semanas, que desaparecía los viernes. Conocí a Alex hace poco, vi que tenía una camioneta idéntica a la que te esperaba en la entrada del campus, solo uní cabos. – Sol está de pie y sé que dice la verdad.

--- Bien, es verdad, salgo con Alex, pero no es lo que piensas. No es una de tus novelas rosas, y no te daré explicaciones, solo diré que cuides muy bien de lo que dices Sol porque si me entero de que levantas rumores, lo que te dije acerca de tus dientes será solo un breve ejemplo de lo que te pasará. – Mi gesto es duro, pero la chica no parece asustada… <verdaderamente estoy perdiendo mi toque>.

Sonríe y vuelve a hacer el gesto con la ceja, ahora yo tengo cara de confusión. << ¡Me da tanto gusto Luna! >> dice juntando las manos en un gesto de alegría. << Alex es un chico un poco tímido, pero se nota que solo finge ser rudo, apuesto que es muy sensible, romántico y detallista… además ¡es guapo!, claro eso no lo es todo, pero es digamos… muy importante>> Me guiña un ojo, y ahora soy yo la que no entiende nada.
--- Creo que no entiendes…- Sol no me deja terminar la frase, porque va hacia mi armario, yo trato de detenerla, pero la chica parece poseída por algún espíritu del país de las maravillas.
--- Sí, ya sé, acabare siendo parte de Discovery Investigation , como víctima claro, si digo algo… no te preocupes Luna, no diré nada, yo sé guardar muy bien los secretos. Quizás te preocupa que tu papá se entere, digo, sé que es algo difícil de llevar- < Definitivamente esta poseída, ¿Cómo se le ocurre hablar de mi familia? Ella no me conoce> - Bueno, tenemos que elegir el vestuario de mañana, necesita estar espectacular, porque Alex ira ¿no?, mira este… hmm no, demasiado oscuro, ¡ah! Esté… no demasiado gótico… aquel, sí… no, mejor no, demasiado…- Sol sigue hablando como si realmente estuviera poniéndole atención, y de un momento a otro no me puedo controlar más y me rió, me rió fuerte y libremente, mi compañera se comporta como loca, y toda la situación es tan surrealista que no lo puedo evitar.
--- ¿Qué pasa?- Dice Sol, pero yo sigo riéndome y ver su cara de incredulidad solo aumenta mi risa- ¡Oye no te burles de mi! Estoy tratando de ayudarte. – Lo dice con tal seriedad que consigue callarme, pero ahora es ella la que ríe- Bien tienes razón, parezco una loca, mejor nos levantamos temprano y vemos que te llevarás mañana.
Ella deja en paz mi ropa y regresa a su cama, yo no sé qué decir, han sido muchas emociones para una sola noche. Primero el repentino cambio de Alex, luego mi propio cambio y ahora esto… hasta parece que Sol no es tan odiosa. Trató de recordar todas las razones por las que está en el primer lugar de mi lista de posibles asesinatos, pero no las recuerdo, ahora solo veo a una chica fresa sí, pero es divertida, y le creo cuando dice que no dirá nada… parece confiable. < Te estás volviendo loca Luna, Sol y tú jamás podrían ser amigas>.
--- Buenas noches- Digo acomodando la almohada en mi cama.
--- Descansa, que sueñes con tu príncipe azul… - Me dice sonriendo, parece que no se cansa de sonreír, y añade- Sé que no debería pero le pregunte a Frank sobre los libros que lees, tenemos varios en común, hay un libro con el que lloré mucho, se llama “La ladrona de libros”, ¿ya lo leíste?.
<No> esa es la respuesta correcta, sí digo que sí, el mounstro rosa no me dejara en paz y tendrá una excusa para hablarme; pero la verdad es que sí lo leí, no lloré, pero me conmovió, esa chica pierde a todos los que quiere y jamás llega a recibir el beso del niño al que quiere, se lo da solamente cuando el ya está muerto. <<Sí, lo leí, es bueno… ahora duérmete>>. Ahora arreglo las sabanas de mi cama.
--- ¿Te gusta dibujar anime? Tengo una amiga a la que le gusta mucho, no dibujarlo, le gusta verlo… yo vi algunas series, pero cuando era una niña aún pequeña, además ella, Liss, mi amiga de la infancia, dice que hay cierto tipo de anime que no puedo ver, ojala me lo mostrará, talves me gustaría, ¿no crees?. Esta chica no se da por vencida, además mencionó uno de mis puntos débiles, ahora estoy interesada, porque sé a que “tipo” se refiere  y realmente dudo que ella lo soportase… no es nada de princesas, pero ahora viene una idea a mi cabeza, sería gracioso ver sus reacciones si le muestro algo por el estilo. Mañana le hare la broma.
--- Ha sí yo creo que sí- Ya estoy en mi cama y me doy al vuelta para quedar de lado- Mañana veremos, apaga la luz.- Sol apaga la luz y dice << Buenas noches, me alegra que estés feliz>>.
Por fin todo es silencio nuevamente, a mí también me alegra sentirme feliz. Me siento extraña, demasiado eufórica, demasiado expresiva, demasiado feliz, demasiado poco Luna; y aún así lo disfruto, no sé cuanto durara este sentimiento, pero presiento que será un largo tiempo. Cierro los ojos y veo a Alex, le doy un beso imaginario en los labios y me duermo pensando en que me encantaría que se hiciera realidad, que mi primer beso fuese de los labios de Alex. Yo no creo en los cuentos de hadas del tipo… <y vivieron felices para siempre>, pero como leí en alguna parte, quizás sea cierto que el <para siempre> solo es en realidad muchos <ahoras>. Es la primera noche en semanas en la que no tengo pesadillas, mi cabeza quizás haya perdido un poco la razón, pero mi corazón está lleno de paz. 

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