sábado, 16 de agosto de 2014

CAPITULO DÉCIMO TERCERO

Nota:

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Bueno, cuanto tiempo, voy a subir este y otro capitulo, este es de Karlhy y el siguiente de un personaje que tiene una historia muy interesante. Gracias por leer. Disfruten.

FRANCIA DEBE ESPERAR




“Así como sucede con todo el mundo, las cosas comienzan a encajar con perfección absoluta cuando estamos concentrados en lo que queremos.”


Paulo Coelho

El aire está cargado de un intenso olor  a medicina. Todo es blanco, excepto las flores y tarjetas de “mejórate pronto” que están sobre el buró junto a la cama, también hay un globo en forma de corazón que se sostiene de un cordel atado a uno de los cajones.

--- Solo he estado aquí dos días y parece que la habitación es una tienda de regalos- Karlhy se acomoda la almohada en su espalda, mientras apaga el televisor para hablar más tranquilamente con Sol que acaba de entrar a la habitación.

--- Sí, eres la señorita popularidad, pero no te preocupes puedo ayudarte con los chocolates- dice la chica de cabello castaño mientras sonríe y toma asiento en una silla junto a la cama.

---Con los chocolates, de verdad eres una buena amiga- Karlhy pone los ojos en blanco pero ríe.

Karlhy Le Blanck no tenía planeado pasar las últimas dos semanas del semestre con su pierna derecha inmovilizada, había hecho un estricto horario de estudios para los finales y un muy bien armado itinerario de diversión para las dos semanas de cierre de ciclo, antes de las vacaciones de fin de año en las que regresaría a Francia, con su madre y sus hermanas mayores, pero como muchas situaciones en la vida todo lo que podría salir mal, lo hizo.

Fue durante la semana en que presentaría su primer examen final, se encontraba estudiando en la biblioteca junto a Sol y Violet, quienes sorprendentemente habían logrado limar asperezas y nadie pensaría que alguna vez no fueran amigas, últimamente no pasaba demasiado tiempo en su habitación ya que la relación con sus compañeras de la fraternidad era cada vez más tensa, Karlhy sabía que Valery, la presidenta de la fraternidad, tenía mucha influencia sobre las chicas y que desde el incidente en que Sol y ella misma avergonzaron a su novio, no era su persona favorita en el mundo. La madre de Karlhy le recordaba constantemente lo importante que era vivir en esa fraternidad, lo mucho que le servirían ese tipo de “amistades” en el futuro y lo bien que a sus hermanas les estaba yendo en sus respectivas carreras, toda la presión de ser la hija menor y ser comparada con sus hermanas caía sobre sus hombros, por lo que no solo debía seguir fingiendo que le agradaba vivir entre las de la fraternidad Alfa si no sacar las mejores calificaciones que pudiera obtener, se había inscrito también en el club de lectura <No sé cómo Sol me convenció> pensaba en ocasiones, puesto que a ella le gustaba tomarse las lecturas con calma y en el club se comían los libros como si no existiera un mañana.

Ese día se encontraban a punto de terminar la guía de ejercicios cuando apareció Luka y las invitó a pasear por el lago, alquilar bicicletas y dejar un poco del estrés acumulado para que sus nervios estuvieran controlados al día siguiente, el de la prueba. Luka Walker tenía un toque de simpatía especial que hacía a las personas sentirse cómodas a su lado, sus ojos color miel le concedían cierto aire de ternura y era este detalle del que Karlhy se había enamorado a primera vista.

Desde que se reencontraron por casualidad a la salida del club de teatro no habían parado de frecuentarse, al inicio parecían gratas coincidencias, encontrarlo en la cafetería, en la salida de sus clases, en la biblioteca… Luka que siempre lucia tan seguro de sí mismo se volvía tímido en su presencia y la primera vez que la invitó a tomar un café, practicó frente al espejo repetidas veces, cuando estaban juntos todo parecía encajar de una manera casi perfecta; sin embargo, él aún no le había propuesto nada concreto, eran solo amigos.

<<No creo que sea una buena idea, debemos concentrarnos en estudiar>> respondió Karlhy a la proposición, más sus compañeras pensaban de manera distinta, << Por un rato no pasará nada>> dijo Violet, << Creo que ya estudiamos casi todo lo que deberíamos, podemos tomarnos un descanso>> le secundó Sol, y ante la presión grupal, la chica francesa accedió. No tardó mucho en comprobar que su sexto sentido nunca le mentía, que lo mejor hubiese sido seguir resolviendo los últimos dos ejercicios.

<<¡¡Auxilio!!>> gritaba despavorida, pero en medio del alboroto de sus gritos y los de sus amigas sintió que fue en un abrir y cerrar de ojos en  los que bajo la colina y choco contra la esquina de la última grada, al inicio no percibió el dolor pero a medida que los minutos pasaban la punzada que sentía en su pantorrilla se volvió aguda, no podía apoyar su pie por lo que Luka la cargo hasta el auto y los tres la trasladaron al hospital más cercano. Lo que pasó fue que Karlhy no estaba acostumbrada a maniobrar una bicicleta de aquel tipo, era muy alta, y a eso se le sumó que la rampa en la que bajaban era bastante angosta, pero el detonante fue un chico en patines que no vio venir y que la hizo perder el equilibro, la bicicleta se precipitó violentamente a un grupo de gradas por las que se subía a la rampa y ella dio varias vueltas antes de tocar el suelo… o esa fue la versión que Karlhy les dio a todos sus amigos y amigas. La de Sol y Violet fue un poco diferente, ella había tenido miedo desde el inicio pero decidió bajar por la rampa por su “orgullo” herido y cuando aquel muchacho con patines pasó junto a ella, se asustó y olvidó presionar los frenos de la bicicleta, el resto de la historia era verídica, incluso la parte en que Luka la cargaba, después de todo el chico ingles era más fuerte de lo que parecía.

Eso había ocurrido hace poco más de veinticuatro horas, llevaba el día anterior y el presente en el hospital, tendría que diferir el examen y no podría quitarse el yeso sino hasta dentro de un mes. Su madre le dijo que ella misma llegaría a Venecia a ayudarla a empacar y que viajarían juntas a Francia, pero eso sería una semana después de lo previsto.

--- Así que Francia debe esperar- dijo Sol, han hablado  alrededor de una hora acerca de lo que harían cuando regresaran a sus hogares.

--- Sí, estaré una semana más en la fraternidad… que felicidad- exhala un suspiro lleno de resignación.
--- Bueno pero estarás con Luka – la chica italiana guiña un ojo y acompaña  el gesto con un <<Uuuuuh>> que hace a su amiga reírse.

--- Tú me pones nerviosa- dice aun riendo- no me molestes frente a él, aún no se si yo también le gusto- Karlhy se sonroja.

--- ¡QUÉ! ¡Por supuesto que le gustas! Amiga es obvio que lo traes loquito- Sol alza un poco la voz y su cara tiene una expresión de picardía.

--- A veces pienso que sí, otras que no… pero dijo que se quedaría conmigo la semana extra, mientras viene mamá – La chica no puede evitar sonreír y que sus ojos oscuros se tornen brillantes.

--- Es que es la oportunidad  perfecta- Sol suelta un nuevo << Uuuuh>> que hace sonrojar a Karlhy una vez más.

<< ¿La oportunidad perfecta para qué?>> Ambas chicas fijan sus miradas en el marco de la puerta al mismo tiempo, la pregunta  proviene de Luka que irrumpe en la habitación. Las dos amigas se miran mutuamente sin saber que responder, pero Karlhy lanza una mirada de < Tú te metiste en esto, tú sales de ello> a Sol, que a continuación habla no muy convencida de lo que va a decir << Bueno… ahh, sí, la oportunidad para… estábamos hablando de…>>. Luka arquea la ceja. La mente de Sol por fin encuentra algo congruente << Ehh… de conocer la ciudad, con todos los trabajos del ciclo casi no hemos tenido la oportunidad de hacerlo>>. Karlhy asiente y suelta un <<Ajá>>. El chico las observa dubitativo y luego el ambiente se relaja cuando él suelta una sonora carcajada.

--- Respiren, parece que estaban planeando robar un banco o algo por el estilo.- Deja un pequeño sobre en la mesita en que está atado el globo en forma de corazón. Karlhy lo mira con curiosidad pero se abstiene de preguntar de qué se trata, debe mantener sus sonrojos a raya cuando Luka está tan cerca de ella.- Y tienen toda la razón, sería perfecto conocer los sitios famosos, sé de un famoso bar al que Hemingway frecuentaba. – Luka conoce bastante de literatura, no en vano es parte del club de teatro, esto es algo que a Karlhy le parece atractivo de su personalidad, quizás pueda componerle un poema…algún día…cercano.

--- ¡Sí! Karlhy quería conocer ese bar desde que supo que estudiaría en Venecia, ¿no es así? – Lanza la pregunta a su amiga que la recibe desconcertada y con un <<Ohh… sí>>.

Lo cierto es que Sol no sabía siquiera de la existencia de tal lugar, sabe quien es el escritor mencionado pero su conocimiento de bares es nulo; sin embargo, lo importante es darle un empujoncito a la situación.

--- Si es así podemos ir luego de los exámenes…- Luka mira directamente a Karlhy, ella desvía la mirada hacia cualquier lugar para volver a fijarla en los ojos claros que la acusan y derriten.

--- ¡Genial!, es un trato, ya no pueden echarse para atrás- Sol le da una entonación especial a las palabras, poniendo énfasis en el <no pueden echarse para atrás>. Y acto seguido toma su bolso y con un << Recordé que tengo que hacer algo, los veo después>>, no demasiado creíble, sale de la habitación sin poder contener una risita de satisfacción. Los chicos se encogen de hombros y se observan mutuamente.
En cuestión de segundos hay un cambio de temperatura en la habitación. Cálida. Tibia. Karlhy lucha contra el impulso de tomar la mano de Luka. Y el tiempo se les vuelve agua entre los dedos, y aunque desean hacer algo más que conversar no lo hacen. No todavía.



        v   

Hace siete días que los exámenes finales terminaron, durante las evaluaciones Karlhy tuvo que llevar el yeso puesto, subir las gradas debía suponerle una verdadera molestia; sin embargo, la incomodidad se tornó mucho más llevadera con la ayuda de Luka que la acompañaba a sus clases, se encargaba de llevar sus cuadernos y libros…nada ligeros, dicho sea de paso, e incluso de subirle comida desde la cafetería a su habitación para evitar que caminara demasiado, esto último a escondidas prácticamente porque a menos que fuera el novio de la presidenta de la fraternidad o de alguna de sus amigas ningún chico entraba al edificio. Luka se sentía como una especie de espía cuando se escondía detrás de las puertas o se camuflajeaba detrás de alguna mesa para pasar “desapercibido”, la verdad era que varias chicas se habían dado cuenta pero imaginaron que sería el nuevo novio de alguna de las dos amigas de la presidenta, <<que suerte tenían>> pensaban todas.

El día después de terminar con los exámenes, Karlhy estaba demasiado cansada como para ir a alguna parte, para decepción de Luka que esperaba con ansías los días libres para disfrutar de la guía turística que preparó desde la misma tarde que Sol mencionara el bar de Hemingway. Por lo que se la pasaron viendo películas en su habitación y comiendo rollos de canela y café, para Karlhy fue uno de los mejores días, hacía mucho tiempo que no tenía una amistad con un chico, no como aquella, y no podía ubicar el momento en que la confianza llego al punto de confiarle secretos que pocas personas conocían de su vida personal, solo sabía que aquella amistad la llenaba de felicidad y al mismo tiempo de incertidumbre. < ¿Era solo amistad? ¿Podría ser amiga de Luka aun sabiendo lo mucho que le atraía? ¿Luka le correspondía… había una pequeña posibilidad de ser más que amigos? > . Alejaba esas dudas de inmediato, ya se preocuparía del futuro, ahora solo quería disfrutar del presente.

El segundo día Karlhy estaba dispuesta a iniciar la agenda de la diversión, con yeso incluido muy a su pesar, pero los ensayos de teatro de Luka se adelantaron varios días y él debía cumplir con su responsabilidad, otras de las cualidades que admiraba de su… amigo. Y entre paseos a la ciudad junto a Sol y Violet, que se tomaron la molestia de traer una silla de ruedas para poder recorrer todo el centro comercial en busca de ropa nueva para las fiestas navideñas , ensayos de teatro, y una o dos reuniones de la fraternidad, la semana concluyó. El domingo pensó que ordenaría un poco sus cosas para luego empacar, pero el insistente llamado de Luka a su móvil la despertó antes de lo que esperaba comenzar su día, estuvo lista en tiempo record y se encontró con él a la salida del edificio.
          v   

El atardecer esta hecho de listones naranjas entrelazados con vivos colores rojos y nubes irregulares que embellecen el paisaje. Para la chica sentada en una banca, rodeada de árboles y pájaros que anuncian que el día ha terminado, es sin duda un momento que perdurará en su memoria, incluso mucho tiempo después, cuando Venecia haya quedado atrás y los años que ahí vivió sean recuerdos. A su lado un chico de abrigo negro mira el horizonte respirando lo más normalmente posible para que su acompañante no note los erráticos latidos que le retumban en el pecho.

--- Me encantaría tener un cuadro de este momento para recordarlo cada vez que lo observe- Luka no vuelve su mirada a la chica, si no que la mantiene fija en el horizonte.

--- Sí,  sería algo fantástico- Karlhy fija su mirada en el perfil de él, y toma nota mental <Cuadro de un atardecer: regalo de navidad para Luka>, su cabello se mueve un poco por el viento, es corto, pero no demasiado, sin buscarlo se concentra en el movimiento de sus parpados en lugar de lo que su amigo está diciendo, seguramente tardó demasiado tiempo en darle una respuesta a su conversación porque vuelve su mirada hacia ella … el corazón de Karlhy da un vuelco , que tan familiar es últimamente, y ahora es ella la que mira el horizonte intentando que el rubor de sus mejillas no sea visible.

--- Entonces…- Luka la interroga, pero ella no sabe que decir, así que contesta con un <<Si…>>, ríe al notar que no sigue el hilo de la conversación y repite su última frase- ¿Si qué? Sí te gustó el lugar, o sí te pareció un lugar de viejos.

--- Ah… - <Era eso> piensa la chica, el lugar le pareció un poco apagado para su gusto pero el jugo de melocotón parecía caído de algún paraíso del jugo de melocotón, y la compañía fue lo mejor, aunque hubieron algunos silencios incomodos, algo realmente extraño entre ellos- Me gustó- le da una media sonrisa…<Bien el planeo un día inolvidable para ti y  solo puedes decir dos  palabras… felicidades> se reprende a sí misma.

---Hmmm… ya veo- Se levanta de la banca para sorpresa de su amiga, todo lo que Luka pensó que saldría como en las obras de teatro que montan cada mes, salió realmente al revés.

Desayunaron en un pequeño lugar al norte de la ciudad, parecía recién salido de alguna película de principios de siglo, excepto que la mesera usaba una camisa negra con rayas rojas que decía <<Pruébame>> en la parte del busto  y que le guiño un ojo a Luka en repetidas ocasiones, Karlhy solo se aclaraba la garganta para dejar claro lo incomoda que se sentía. La comida hubiera sido deliciosa de no haber sido por el cabello en medio de los panqueques del chico, por lo que su amiga tuvo un nada sutil ataque de risa al ver su expresión al pedir hablar con el gerente y ser recibido por un hombre ya entrado en años, un poco calvo, que le aseguró que la cocinera se lavaba el cabello todos los días y se negó a retribuirle un solo euro. <Por esto es que no hay que dejarse llevar por la opinión de tus amigos>, fue Jean Paul quien le había comentado de ese lugar, pensaba mientras manejaba al próximo destino, incapaz de reír de su desgracia, como Karlhy lo había hecho en sus narices. Normalmente se hubiera reído, pero esta ocasión era especial, necesitaba que lo fuera.

El ferri prometía recompensar el fracaso del desayuno, pero no lo hizo. Él había viajado muchas veces en ferri, pero ella no lo había hecho y no contaba con que le darían mareos acompañados de una jaqueca que la dejó sentada tomando limonada , mientras se perdían de la vista y por supuesto la historia relacionada a la gran vía de Venecia. Karlhy se sentía avergonzada cuando bajo del ferri, Luka cada vez perdía un poco más la esperanza de que algo fuera a salir como deseaba.

Su siguiente parada fue el bar, pidieron algo para comer, ya era casi media tarde al llegar a este. La conversación a pesar de los esfuerzos de ambos no parecía tener fluidez, algo muy extraño. Luka no sé imaginaba que Karlhy se sentía muy nerviosa por la extraña actitud que él tenía, no era el Luka de siempre, se comportaba demasiado formal, extrañaba la sencillez con que se expresaba, su calidez… ahora parecía frio y distante. Karlhy tampoco podía saber que Luka estaba hecho un manojo de nervios desde el cabello hasta los pies, su cerebro parecía lento y su expresión facial no estaba colaborando, porque cuando la tensión llegaba a puntos críticos, él era un tempano de hielo y era justo todo lo que no quería ser.

--- Mucho… me gustó mucho- < Wow sí que mejoraste, pasaste de me gustó a… me gustó mucho> Karlhy se da contra un muro mental, pero mantiene la media sonrisa. Él no se vuelve, pero de nuevo toma asiento a su lado.

Luka coloca sobre el regazo de Karlhy el mismo sobre que puso sobre la mesa del hospital, el día que le dieron el alta por la fractura, lo dejó ahí durante su visita e igualmente lo tomo cuando se retiraba. Karlhy muy nerviosa abre el sobre y saca de él un papel doblado por la mitad que recita:

<<Pienso en ti cada día, cada noche, cada minuto>>

Luka busca la mirada de Karlhy que se ha quedado perpleja. <<Pensé que podría regalarte un día para recordar, y solo conseguí darte un día terrible después de esperar todo este tiempo>><<Sólo fue una semana>> dice ella, sin saber muy bien si lo que está pasando realmente está ocurriendo < No hables, lo arruinarás> se dice a sí misma. <<No, para mí ha sido mucho más, me gustas… desde tu primera sonrisa, desde la primera palabra que me dedicaste, conocerte ha sido maravilloso y a la vez terrible, porque solo estar junto a ti supone alegría… pero ser solo tu amigo ha sido  un calvario>>. Luka se acerca, sus caras están tan juntas que cualquier movimiento podría borrar el espacio vacío. Karlhy sabe que es su momento de hablar, pero no consigue que ningún sonido salga de su boca.

--- Siento lo de hoy, realmente quería que fuera especial…- Entonces se da cuenta de la mirada de sorpresa de la chica, trata de buscar algo más a lo que aferrarse, pero la decepción comienza a derramar acido en la boca de su estómago.

--- Luka – Karlhy busca las palabras adecuadas, quiere decirle muchas cosas , < Tú también me gustas, has sido el ancla que me ha mantenido en mi sitio demasiadas veces en tan poco tiempo, eres el tipo de chico que uno piensa que jamás encontrará, te extraño cuando no estas a mi lado, y aun cuando lo estas pienso en que te iras  en algún momento y volveré a sentir el hueco en mi estómago, si tuviera que decirte  todas las veces que he soñado con este momento creo que nos harían falta varios atardeceres más. Tú me haces feliz Luka, quiero que seas mi amigo, pero también deseo que seas más que eso. Quiero que seas todo. > - Ha sido un día maravilloso- Es lo que sale de su boca y se arrepiente internamente por no poner sus pensamientos en palabras. Acaricia entre sus dedos el papel que acaba de leer y lucha contra el deseo de apretarlo contra su pecho, como abrazando cada palabra. Mantiene la vista baja pero la alza cuando Luka habla.

--- Esta anocheciendo, debemos volver- Se pone de pie nuevamente y esta vez comienza a caminar el dirección al automóvil que han estacionado a las afueras del parque. Luego repara en que Karlhy necesita ayuda con la muleta y regresa sobre sus pasos.

El la ayuda a llegar al auto pero ninguno de los dos habla. Karlhy sabe que él piensa que no es correspondido y debe remediarlo.

--- Yo… lo que quiero decirte es que… - Las palabras parecen atoradas en algún lugar entre su cerebro y sus cuerdas vocales. <Solo relájate… dilo> se dice a sí misma.

--- No tienes que disculparte… siempre tendrás mi amistad- Esta frase es dolorosa para ambos, es en este momento que decide desviar la atención de su amiga- Aun queda una parada… pero no sé si estaría bien.

--- ¿Por qué? – Su voz se quiebra al final, no puede creer que no pueda decirle al chico que también le corresponde < ¿Que está mal contigo?>.

--- Considerando tu mareo en el ferri, las góndolas no son el mejor lugar, además no sería muy cómodo con el yeso- Karlhy sonríe… por supuesto que desea ir a las góndolas por las calles de la ciudad flotante … y ninguna fractura o mareo va a impedírselo.

         v   

El cielo está despejado y la luna les brinda una espléndida luz clara. Los sonidos de la ciudad se han ido apagando y ahora solo se escucha un pequeño murmullo proveniente de algún restaurante en las orillas del canal. Los chicos se sientan juntos pero con una distancia entre ambos, Karlhy se siente mucho más tranquila y Luka totalmente desanimado.

--- Voy a pintar este momento… pero no voy a regalártelo, será para poder recordarlo tal como lo viví- Karlhy habla mientras observa la luna que se cierne sobre sus cabezas.

--- Claro…- dice Luka, se mueve un poco en su asiento, la incomodidad en el ambiente es palpable.

La chica se siente tan feliz que decide no posponer más lo que quiere decirle, se acerca más a él y pone una de sus manos sobre el antebrazo del chico, luego lo veo a los ojos y le regala una radiante sonrisa.

---Te rechazó Luka…- la cara del muchacho no puede  estar más estupefacta, nunca creyó que fuera así de directa, Karlhy continua sonriendo, la situación es hilarante y quien maneja la góndola pone atención de forma disimulada- rechazó tu propuesta de que siempre tendré tu amistad… no quiero eso- el chico trata de disimular el desconcierto y se aclara la garganta para soltar un <<Ya veo>> muy grave, el gondolero posa la vista en el chico rubio y seguidamente en la chica de cabellos negros, luego viceversa, varias veces en un par de segundos- quiero más que eso… me gustas… mucho… desde hace tanto tiempo, te has ganado mi corazón de mil  y una maneras y quiero compartir contigo mi felicidad y que tu compartas conmigo la tuya, seamos felices juntos y …- Karlhy no puede continuar hablando porque los labios de Luka ya se posan sobre los suyos.

<Sus labios son suaves, no creí que encajaran tan perfectamente con los mi…> todo pensamiento racional se desvanece, Karlhy siente el calor subiendo por su pecho y derramándose en cada célula de su cuerpo, puede sentir el sabor del juego de manzana mezclándose con el melocotón, cada vez están más cerca, sus manos viajan hasta el cuello de Luka y el la sostiene por la cintura, se le escapa un pequeño suspiro y cuando es momento de tomar aire, se separan poco a poco. Sus miradas se encuentran y se dicen todo lo que necesitan saber.

El hombre de la góndola vuelve la mirada hacia otro sitio cuando se da cuenta que los besos van para largo. Ha visto a tantos enamorados pasar por ese mismo lugar que no puede saber que la pareja que observa es especial. 
    
       

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