sábado, 16 de agosto de 2014

CAPITULO DÉCIMO CUARTO

Nota:

< > Pensamientos
<< >> Frases en voz alta

En lo personal este fue uno de los capítulos que más tensión me causaron. Tengo sentimientos encontrados con los personajes.

CUANDO SONRÍES

 

“Sólo un momento necesito, sólo un momento,
para decirte con mis manos lo que siento,
y que en un instante se detenga el tiempo,
y en ese momento que pare el universo.

Sólo un momento preciso; y no lo encuentro.”

Rúben Sada

Luna no era el tipo de chica que buscaba hacer amistades, tampoco pasaba horas frente al espejo antes de salir de su habitación, no era simpática, incluso era un poco antipática con ciertas personas, de pocas palabras y testaruda… y todas estas cualidades, o la falta de ellas, solo la hacían más interesante a los ojos de su compañero de clases. Hiroki no supo en que momento sucedió, aunque suponía que desde la primera vez que la vio, lo cautivó y era de ese tipo de atracción que no tenía retorno, que era una vía de sentido único. Trabajar con ella era tan bueno como desalentador, porque a pesar de lo cerca que estaban, él no encontraba la fórmula de romper el muro de concreto con que protegía sus sentimientos.

<No es un robo si vas a devolverlo…> Hiroki se justificaba por lo que a continuación haría, quizás lo descubrieran y su promedio pagaría por ello pero no le importaba demasiado, era una oportunidad única y no la desperdiciaría con pequeños temores triviales. El caso era que estaba desesperado y lo sabía, lo aceptaba y vivía con ello. No había forma de acercársele sin ser objeto de su implacable y fría mirada, hablarle constituía toda una proeza si se tomaba en cuenta que su lenguaje de monosílabos no alargaba demasiado una conversación y ni hablar de hacerla sonreír… por supuesto lo hacía, no para él, pero sí cuando estaba con su grupo de amigas en la cafetería, no demasiado seguido, más si se observaba suficiente tiempo , como era su costumbre, podría ser testigo de la curva de sus labios y el movimiento de sus rizos; sin embargo, las últimas dos semanas todo fue distinto.

Durante los últimos días de clase nació en él una pequeña esperanza, ella tenía un mejor humor y sus platicabas se tornaban más relajadas, pero desde el primer examen final Luna se mostraba molesta y a la defensiva, sus comentarios eran mordaces lo que combinaba con la expresión de repugnancia a casi cualquier ser vivo que se le acercase. Hiroki mientras tanto distinguía un toque de tristeza y melancolía en sus ojos, trató sin resultados exitosos de indagar sobre el origen de su estado de ánimo, finalmente estuvieron de vacaciones y al no tener ninguna excusa de trabajo que los uniera buscó una oportunidad y como si el destino estuviera conspirando con él, la encontró.

<<Bien caballeros y señoritas, las notas respectivas están ya en el sistema, si tienen alguna observación pueden hacerla en este momento, sus trabajos  están ordenados por apellido… no pueden tomar ninguno que no sea el suyo, si descubro a alguien hacerlo, tomaré medidas y no desean saber cuáles serán >>  la catedrática de “Fotografía y arte visual” se colocó al fondo de la habitación, observaba de reojo a cada alumno, no esperaba reclamos ya que las notas habían sido realmente satisfactorias así que se sorprendió un poco cuando uno de ellos se acercó y le preguntó el porqué de su calificación, era a su criterio una nota excelente así que se molestó un poco y centro toda su atención en resolver el asunto, descuidando así los trabajos que aún seguían en la larga mesa que había dispuesto para acomodarlos.

<Es el momento> pensó, y con una mano temblorosa tomó el grueso álbum, mientras la catedrática se enfocaba en hablar con uno de sus compañeros, lo colocó bajo el suyo y firmo rápidamente la lista de asistencia que estaba sobre la mesa, salió del salón  y con paso rápido se dirigió a su habitación, donde podría reunir el valor suficiente para caminar hasta la habitación de Luna de donde seguramente lo echaría sin dejarlo hablar… hasta que le mostrara que él tenía en su poder algo que le pertenecía.

       v   

Pasaba los canales uno tras otro, sin darle el tiempo suficiente para observar con claridad cuál era su contenido, presionó el botón de apagado de la televisión y se sentó sobre su cama, miró el libro sobre la mesa de noche, no le apetecía leer  así que tomo su portátil y la prendió, echó un vistazo rápido a las redes sociales, ningún mensaje nuevo, nada que valiera la pena ver; buscó las actualizaciones de las series que veía pero recordó que era domingo, el día muerto… al cabo de un rato cerró la portátil y atrajo su móvil, cargó uno de esos juegos en los que siempre ganaba y se perdió en el mundo de encontrar diamantes de colores, hasta que alguien irrumpió en la habitación.

<<¡¡Medusa, ya es de día!! ¡ARRIBA HOLGAZANA!>> Frank le quitó la almohada que sostenía su cabeza, y está cayó en el colchón, después de un <<DEJAME EN PAZ>>, Luna se puso de pie cual resorte, para sorpresa de su hermano no intentó sacarle un ojo, o fracturar su nariz, solo se limitó a decir: << ¿QUÉ NO TIENES UNA VIDA DE QUE OCUPARTE?... PUES VIVELA Y DEJAME EN PAZ >>. Nada de insultos o amenazas, la situación era grave, pensó su mellizo.

---Bien, suéltalo, ¿Qué es? – Frank se apoyó en el ropero y puso su mirada de “terapeuta” que usaba en ocasiones como esta, no es que Luna le contara todo, pero al pasar por un problema, que casi siempre tenían que ver con asuntos familiares, recurrían el uno al otro… y él asumía que algo andaba mal, no porque su gemela se pasara el día entero en pijama o viendo televisión, eso era parte de su concepto de vacaciones, si no por su apatía, que no quisiera golpearlo constantemente, no era buena señal.

---No sé de qué hablas…- Luna cruzó sus brazos en una clara señal que no le diría nada, confiaba en su hermano, pero jamás había hablado con él de aquel tema… y es que no había nada de qué hablar, en la secundaria varios chicos habían llamado su atención pero no entablo conversación con ninguno, tampoco hablaba con sus amigas de ello, no le hacía gracia que un grupo de chicas hiciera comentarios de doble sentido para que ella se pusiera roja, algo que aún no lograba controlar.

---Te has negado toda la semana a salir con tus amigas, y ahora simplemente quieres que te deje en paz en lugar de lanzarme uno de tus adornos para que me largue- su tono de voz era plano  y también cruzó los brazos.

--- ¿Piensas que algo está mal conmigo solo porque no me comporto como lunática?...  y sabes que no me gusta salir- rodó sus ojos y soltó un bufido de frustración, Frank posó su mirada en ella como si quisiera leer sus pensamientos, Luna apartó la mirada pero comenzó a dudar, quizás él supiera algo y estuviera poniéndola a prueba… <¿Cómo podría enterarse? … ¡Sol!, si lo sabe tuvo que ser por ella, pequeño mounstro chismoso, como pude confiar en ella. >

--- Bueno, dado que siempre te comportas como lunática… no me culpes por preocuparme, nuestros padres me quitarían la herencia si dejara que a su “pequeña niña” le pasara algo…- Frank notó que ella estaba nerviosa, pero si insistía solo lograría que en verdad le lanzara unas tijeras para que se fuera de ahí, quizás fuera hora de bajar la guardia- solo estoy siendo tu hermano Luna, no es necesario que te alejes de todo el mundo, sea lo que sea, sal de aquí y recibe un poco de sol … pareces vampiro- lo último lo menciono con una sonrisa.

Luna le lanzó una almohada que él atrapó antes de que llegara a su objetivo, < Quizás no sepa nada, después de todo> pensaba, mientras le ofrecía una media sonrisa que parecía más  una mueca.

--- Solo no quiero salir, porque nunca quiero salir, no entres en pánico “campanita” aún “creo”…- Frank no pudo evitar reír al escuchar de nuevo los singulares apodos que su hermana le imponía- supongo que estoy cansada luego de los exámenes y por eso no te insulto tanto, pero descuida, me pondré a trabajar en ello- se había acercado para darle un golpe en el hombro.

--- Bien… puedes quedarte todo el día en la cama hoy, es más ni siquiera tienes que darte una ducha, aunque por tu olor te lo aconsejaría…- su último comentario propicio un nuevo golpe que él detuvo, rio y luego posó su mano en el hombro de Luna- pero mañana saldrás conmigo y no puedes decir que no- se alejó y salió del cuarto sin dejar que Luna respondiera, Frank nunca aceptaba un no por respuesta.

        v   

El reloj marcaba la 1:00 pm, hacia veinte minutos que su hermano abandonó la habitación, Luna pensaba tomar una ducha pero su cuerpo se resistía a levantarse de la cama, en medio de almohadas y cobertores, además ya iba por el nivel once de trece niveles en el juego de los diamantes de colores, era muy buena exploradora se felicitaba a sí misma, aunque solo fuera de forma digital.

La puerta resonó pero ella no lo escuchó sino hasta un momento después, los audífonos estaban en sus oídos, maldijo por lo bajo y pausó el juego, no se molestó en colocarse las pantuflas y descalza fue hasta la puerta, su hermano estaba siendo una verdadera molestia este día… su malhumor no le permitió darse cuenta que Frank nunca tocaba la puerta para entrar.

<< ¡Maldición! Que quieres aho…>> las palabras se atoraron en su garganta, no era su hermano quien tocaba su puerta, abrió sus ojos con sorpresa y luego movió un poco la cabeza sin entender la situación, él estaba ahí, no debería estarlo, jamás le había dicho el número de su habitación, ¿estaba molesta? No lo sentía así, pero no le hacía feliz, ¿o sí?…le tomo unos cuantos segundos darse cuenta de la ropa que llevaba puesta, su pijama rosado y la camiseta con pequeñas ovejas durmiendo, descalza, con el cabello en estado natural…quizás lo más sabio hubiera sido tomar esa ducha. Cerró la puerta de golpe, dejando un <<Hola>>, de su interlocutor, opacado.

--- Ehh… ¿Luna?- Hiroki hablaba desde atrás de la puerta, ella aún estaba justo al otro lado, buscando una razón para que estuviera ahí, y la forma correcta de comportarse… de cualquier manera, ¿Qué eran? ¿Amigos? Bueno, no lo odiaba tanto como al inicio pero…<no somos amigos, ¿Quién le dio permiso de aparecerse en mi habitación?... ¡Maldito acosador!>.

--- ¿Qué quieres? – Fue la única respuesta que se escuchó desde el otro lado, el chico no se había preparado para encontrarla en semejante estado, no creía posible que la Luna fiera que él conocía pudiera tener un lado tan… tierno. Verla así había causado muchas reacciones en su interior, pero ninguna de ellas negativa, <parece encantadora de cualquier manera> pensaba, y sus rizos se veían más salvajes que nunca, otro de los pequeños placeres que le ofrecía ser su compañero en todas las materias, dar miradas furtivas a sus rizos que parecían jugar con el viento.

--- Si… hmm… la cosa es que… tengo tu álbum- Luna no respondió nada inmediatamente, ¿a qué álbum se refería?, no lo recordaba – de la clase de fotografía- <Ohh ese álbum> pensó, pero no le veía sentido, ella tenía un sobresaliente en la actividad,  copias de las fotos y lo cierto era que no significaban nada especial para ella, pero él se había tomado el trabajo de recogerlo y traerlo… <Genial ahora tendré que agradecerle> se lamentó.

--- Esta bien- <Déjalo en el suelo y vete> paso por su mente, pero no podía comportarse como una completa perr… insensible, podía, pero no tenía energía para ello- Salgo en unos minutos, espérame a la salida del edificio- Se apresuró a ducharse y cambiarse.

--- Bien- respondió Hiroki, pero Luna ya se había retirado del otro lado, aún tenía unos minutos para repasar su argumento, no es que hubiera pasado los dos últimos días teniendo conversaciones mentales sobre como preguntarle qué le ocurría… bueno quizás si lo había hecho.

         v   

Luna jamás había tomado una ducha tan rápida, ella prolongaba el baño durante aproximadamente una hora, pero en esta ocasión lo hizo en el memorable tiempo de diez minutos, lo logró al no lavar su cabello y eso conllevo perder más tiempo del debido frente al espejo, tratando de domar a los rizos que no accedían a quedarse en su lugar; se dio por vencida y con la ayuda de una liga se lo enrolló hasta formar un moño. Echó un último vistazo a su aspecto y se dispuso a salir, Hiroki debía haberla esperado alrededor de veinte minutos, no le importaba demasiado hacerlo esperar, pero quería sus fotografías de regreso, no porque las necesitara, si no simplemente porque eran suyas  y se sentía muy impropio que él tuviera algo que le pertenecía.

El teléfono de la habitación sonó justo cuando cruzaba la puerta, no esperaba ninguna llamada pero podían ser sus padres, regresó y descolgó el auricular en un movimiento brusco, <<Diga… no, es la extensión equivocada>>< ¡M%$#$!> exclamó para sus adentros, había sido un número equivocado, se apresuró a salir y llegó lo más rápido que pudo hasta las gradas que se dirigían al piso de abajo, su habitación estaba en el cuarto piso del edificio, bajo trotando al tercer piso y luego se detuvo. < ¿Por qué estoy corriendo? … es solo un álbum, y es solo ese chico que no me deja en paz aún en vacaciones…tranquilízate Luna,  no tiene importancia > caminaba despacio, contando los escalones, mientras se regañaba a sí misma.

         v   

El viento agitaba incesantemente las hojas del árbol frente a él. Hiroki había esperado su llegada más de treinta minutos, <No vendrá> se decía, < Diablos ¿Porque pensaste que lo haría?> se torturaba. No era propio de ella hacer cosas que no le apetecían y estar en compañía de él no era de sus actividades favoritas, todos los rechazos anteriores, todos los intentos fallidos de congeniar, todos sus gestos de indiferencia, se atropellaron en su mente uno tras otro, en un solo minuto, y la realidad lo golpeó…<Jamás se fijara en ti>. Tomó lo que quedaba de su orgullo y se puso de pie, colocó el álbum en la banca en que había permanecido sentado y se marchó.




         v   

Al llegar al primer piso no vio a nadie ahí, por lo que supuso que estaría afuera, al pasar por la puerta de vidrio una suave brisa la envolvió, se felicitó por haber escogido el moño, porque si no su cabello ya luciría como un desastre mayor. Vio hacia la derecha e izquierda pero no había nadie ahí. Sintió una extraña inquietud y caminó hacia una banca que parecía tener sobre ella un pequeño paquete de color ocre, era su álbum, solo el álbum,  sin rastro del chico. <¡¡Idiota!!…interrumpe mi fiesta de domingo y se va cuando ya me ha hecho vestirme para recibirlo><<¡¡Estúpido acosador!!>> dijo en voz alta, tomó el paquete y con evidente molestia caminó de regreso a su “fiesta de domingo”, ya que sus reflejos estaban disminuidos por la rabia, el álbum se deslizó de sus manos y cayó al suelo. Maldijo y se agachó para recogerlo, el objeto se abrió en  una de las últimas hojas, era una foto que no recordaba haber incluido, no, estaba segura de no haberlo hecho… porque no la había tomado; se levantó pensativa y observó, era ella en la exposición de casi un mes atrás, junto a la pintura ganadora del primer premio… era ella feliz, era ella… sonriendo. En el título de la fotografía, se leía…<<Cuando sonríes>>, Luna no supo que sentir, ni que pensar. <<Maldito acosador>>  acusó de nuevo  y cerró el álbum de golpe.

          v   

<< ¿Qué hiciste hoy? >> Le preguntó Sol cuando regresó, ya bien entrada la noche, de su paseo del día. <<Nada…existir>> contestó Luna perezosamente y se dio la vuelta para seguir leyendo. “La sombra” estaba especialmente aburrida, demasiada narración y muy poco de todo lo que pensó que encontraría, pero necesitaba poner cara de máxima concentración para que Sol no preguntara más, tenía un pequeño pellizco en la boca del estómago desde que vio la fotografía… y desde que él no se quedó, porque para ser justos, Hiroki estaba siempre, aun cuando ella no lo hubiera pedido, si lo necesitaba, de alguna manera extraña, aparecía, no se había percatado de eso, hasta hoy… necesitaba dejar de pensar, <La sombra… concéntrate, “Robinson no estaba seguro de que fuera a resolver el caso … ¿Por qué me dio la fotografía? Seguro quiere un favor a cambio… Ya deja de pensar en ese idiota><<Ah>> exclamó como una queja entre dientes. Sol que estaba colocando las compras  sobre la cama, inmediatamente se dio la vuelta. Era todo, el interrogatorio comenzó.

--- ¿Te pasa algo? – se sentó al borde de la cama, frente a Luna y la observó. Se veía triste todos los días, ella sabía el motivo, y le había dicho innumerables veces que aclarara las cosas con Alex, que todo debía ser un malentendido, pero Luna tenía por regla de vida dejar que las soluciones tocaran a su puerta; sin embargo, en este momento se veía distinta, no triste… un poco molesta y algo más que no sabía distinguir.

--- No- Hizo como que leía seriamente el libro – es un personaje del libro al que no soporto- y siguió “leyendo”.

--- No soportas el libro, ayer dijiste que lo dejarías- Luna volvió su mirada hacia su compañera … necesitaba comenzar a poner atención en lo que ella misma decía, por un segundo se vio tentada a contarle … luego se echó para atrás , sería darle importancia.

--- Y tenía razón ayer, le di otra oportunidad hoy y murió para mí. – Dejó el libro sobre la mesa de noche y desenrolló sus audífonos para escuchar algo de música.

--- Luna si tanto te molesta lo de Alex, ve y dile algo… él no sabe que estas molesta, y si no vas y arreglas las cosas con él, entonces supéralo, te insistí toda la semana en salir conmigo y solo logré que me amenazaras con tirarme a Tomasa si seguía insistiendo. – Luna rio al recordar ese momento, Sol la miró esperando una respuesta.

--- Eso tiene solución… ya no insistas, no quiero salir, aunque Frank me amenazó con atarme con un lazo si no voy mañana con él. – Sol no se guardaba casi nada, no vivía sus penas en soledad, y eso al inicio la alteraba, la forma en que veía las cosas desde el lado positivo la hacía sentirse como una ostra, siempre cubierta por su caparazón y negándose a interactuar con el mundo, <Bah… tú eres realista, Luna> se consolaba, pero poco a poco se había acostumbrado a los consejos de Sol y a las charlas que podía sostener por horas y horas.

--- Sí… algo mencionó, pero no incluía el lazo, iremos a una feria de dibujantes aficionados, fuera de la ciudad… pero no le digas que te dije, y no desvíes el tema, dime que te pasa, si no es Alex , es algo o alguien más…¿Llamaste a tus padres?- Sabia que le ocurría algo y lo iba a averiguar. 

--- ¿Iremos? … Es decir, que tú vendrás con nosotros… ¿sabes que me robas tiempo de calidad con mi hermano? – Quiso reírse al terminar de decir esto, Sol lo hizo- No llamé a nadie, alguien llamó cuando iba de salida, pero era número equivocado- vio la bolsa que estaba en la cama con el sello de una librería - ¿Nuevos? – y sin preguntar tomó la bolsa y saco tres libros del interior.

--- Ibas de salida… ¿A dónde? … Oh, qué bonito- Cuando Luna se levantó para tomar los libros  el álbum bajo su almohada se salió un poco de lugar, sin mediar palabra y antes que el brazo de Luna pudiera detenerla, lo alzó y lo abrió- Wow… son preciosas, seguro sacaste un sobresaliente.

Luna tuvo el impulso de arrebatárselo de las manos, pero debía guardar la calma y fingir que estaba bien, que no tenía importancia.- Ah… si, era una tarea, nada especial- mientras pasaba las hojas con fotografías, Luna pensó en que no tenía importancia realmente, pero el pellizco en el estómago seguía ahí, <Fue el almuerzo> se justificó. Cuando casi había llegado al final, quiso quitárselo- Lo guardaré- dijo, pero Sol se levantó de un salto y no se lo entregó.

<<¡Ah!... algo ocultas aquí, veamos…>> sacudió el objeto para comprobar que no tenía ningún papel escondido, <<No seas ingenua, si escondiera algo, no lo encontrarías>> le dijo Luna lo más naturalmente que pudo. << Hmmm >> Sol la miró con los ojos entrecerrados y volvió su vista al objeto, justo en la última fotografía… << Oh… ¿Quién tomo esta foto?... mira, incluso pareces feliz>. Luna fingió una risa sarcásticamente << Ja, ja, ja… estoy feliz, es el día de la exposición>>. Se quedó quieta, Sol observaba aún la foto.

<<Hiroki la tomó, no sé cómo consiguió el álbum, hoy…>> y terminó contándole todo lo que pasó, excepto lo del malestar en su estómago, eso podía ser solo gastritis. Sol escuchaba atentamente, esperó a que terminara para decirle lo que pensaba. << Bueno, es un lindo regalo, seguramente espero mucho tiempo para tomarte la foto… no sonríes a menudo>>, Luna se encogió de hombros, << ¿Cuánto tiempo espero? >> Continuo Sol. <<No lo sé, más de media hora… pero no importa, si quería darme la foto, que tomó sin mi permiso… ya está >>. Luna quiso desviar la conversación, preguntándole por los nuevos libros, pero Sol intervino de nuevo << ¿No te sientes mal? Es decir… él vino hasta aquí y luego lo dejas esperando, te regalo algo y no piensas en darle las gracias, ¿aún está en tu lista negra de personas?... parece un buen muchacho, y quizás… bueno… ¿le gustas? >>  Luna se rio burlonamente, aunque en su interior algo se revolvió. << ¿Gustarle? … No le gusto, solo es un enfermo obsesionado conmigo, estoy harta de que me busque, de que me acose, ahora incluso me toma fotos… me dio esta, pero quien te asegura que no tomo fotos de otras partes de mi cuerpo… ¡ves, es casi un delito de acoso! , y no es tan bueno como parece, no me siento mal>> le quito el álbum y lo guardo como si fuere algo indeseable, en una de las gavetas que nunca abría. <<Tema cerrado>> dijo Luna y fue a cepillar sus dientes, dejando a Sol extrañada < Claro que le gustas, pobre chico>>  pensó Sol.

           v   

El taller estaba vacío, las puertas permanecían abiertas, pero nadie se acercaba en vacaciones. El olor a pintura fresca la hizo recordar otro taller, semanas atrás, cuando todo parecía ir bien… ella no había asistido a la última clase con Alex, él la llamó algunas veces, pero no contestó y el móvil no volvió a sonar. La exposición de pintura para aficionados estuvo aceptable, criticar el trabajo ajeno siempre era rejuvenecedor y después su hermano la obligó a quedarse todo el día visitando este pueblito cerca de la ciudad,  Sol la observaba como buscando rastro de algún sentimiento nuevo, después de la plática del día anterior, pero Luna se mantenía impasible. El martes volvió a su rutina, lo mejor que pudo, pero las cosas se pusieron extrañas desde que algo con lo que estaba bastante familiarizada se acuno en su pecho, culpa, se sentía culpable… todo era por esa < ¡estúpida! > Conversación, o mejor aún, el motivo era la foto… no, la causa era él, sentía una especie de remordimiento por su comportamiento con Hiroki.

No iba a llamarlo, pero si se encontraran por casualidad, podría darle las gracias y quitarse de encima el llamado de la conciencia. Él era al único que había visto varias veces usar el taller los fines de semana, pintaba no porque debía, sino porque le gustaba, así como ella misma, cuando dibujaba, pero prefería hacerlo en otro lugar, no en el taller. Por la mañana se vistió para salir justo después que Sol se fue, no quería una de sus pláticas de conciencia, ella solucionaría esto a su manera. Mientras caminaba frente al edificio, se dio cuenta que no había pensado en su decepción amorosa tan intensamente como los días anteriores…<Esta bien que sirvas de algo, acosador> pensó, buscó en la segunda mesa de la derecha, ahí la luz natural llegaba en un ángulo que favorecía la labor, ahí estaba él, con una expresión de concentración, sus manos se movían con un ritmo particular entre el lienzo y la pintura, luego una pausa en la que observaba la obra, y de nuevo el ritmo de los pinceles. Era una especie de danza. Algo en su interior le hizo notar que había puesto más atención en él de lo que pensaba, pero puso tierra, mentalmente, sobre su pensamiento y con paso firme entró al aula.

--- Pensé que no había nadie – Sus músculos se pusieron tensos al recibir su mirada sobre ella, Luna no se atrevió a verlo a los ojos al inicio, pero luego pensó que entre más rápido le dijera lo que iba a decirle, más pronto se iría.

--- Ya ves que si – Dijo Hiroki, desviando sus pupilas de nuevo al lienzo, nadie dijo nada por unos minutos.
Hiroki se había sentido como un cobarde segundos después de retirarse del lugar en donde la había esperado. Regresó algunos pasos y luego dudó, de nuevos las imágenes de que ella no quería ni siquiera verlo para que le regresara algo suyo, retomó los pasos hacia su habitación. Los siguientes dos días se obligó a realizar las actividades de siempre, pero su inconsciente lo traicionaba y el nudo en su pecho regresaba, sentía dolor, un dolor que le recorría toda la espina dorsal, no era solo dolor hipotético, si no verdadero dolor, físico. El terrible sentimiento de haber tenido esperanza y darse cuenta que en realidad fue solo en su pensamiento, porque en realidad nunca la tuvo, lo atravesaba entre pecho y espalda. Y no era culpa de ella… porque Luna nunca había hecho nada para que el pensara algo, era enteramente su culpa, debía superarlo. Pensaba en todo eso cuando un ruido lo alertó y al escuchar su voz, casi deja caer el pincel. Tuvo el impulso de disculparse, pero si quería superarlo lo mejor sería alejarse, así que se comportó como si no pasara gran cosa y puso toda su fuerza de voluntad en que no se notara el temblor en los pinceles que tomaba.

--- Gracias…por devolverme el álbum- Luna se acercó un poco más, pero ya que no era especialmente observadora, no notó como temblaban las manos del chico, de la misma forma que lo habían hecho cada vez que la ayudó con algún trazo en los trabajos de clase.

Hiroki dejo lo que estaba haciendo y se enfocó en ella. Usaba una coleta de la que se escapaban pequeños mechones de los lados. Su cerebro le estaba jugando una mala pasada, escucho que ella le daba las gracias.

--- Toma, es tuya.- le tendió la última foto del álbum, la que había escogido de entre muchas, y a la que había escrito algo atrás, pero ella no parecía sorprendida positiva o negativamente. <No lo leyó> pensó y una parte de su cerebro le dijo que quizás fuera alguna fuerza superior intentando decirle algo, fue por ello que tomó la fotografía sin reparos.

Luna dejo de retener la respiración. Estaba hecho, le dio las gracias y le devolvió esa foto que no le gustaba tener en su poder… era como si él intentara decirle de que forma la veía, no le gustaba sentirse observada y tampoco le agradaba eso que sentía que no tenía nombre, aunque quizás fuese remordimiento… ahora más que nunca era consciente de que se le había pasado la mano algunas veces con él.

--- Lo siento… no debí irme, y tomé tu trabajo porque no llegaste el día de la entrega, la foto… era una especie de regalo, porque trabajamos muy bien juntos en el proyecto. – Estaba justo frente a ella, su olor lo mareaba, intentaba calmar el impulso de acercarse más, vio el hueco entre su cuello y clavícula y pensó el milagro que sería hundir su nariz en ese lugar , posar sus labios justo ahí, <Maldición, eres un pervertido, deja de pensar en ella de esa manera, jamás pasará> se reprendió.

Ella sintió como el ambiente se ponía tenso y extraño, era hora de marcharse, se estaba sintiendo incómoda. Porque ella lo había dejado esperando mucho tiempo y era él quien se disculpaba, Hiroki siempre la hacía sentir como si él fuera mejor persona que ella,  y eso le desagradaba. Así que solo por esta vez, ella sería la buena de la película.

--- No te disculpes, tarde mucho tiempo porque recibí una llamada  y gracias por el regalo pero es tu foto, debes conservarla, para la próxima avísame, así puedo mostrar mi expresión de siempre- La cara de Luna era indescifrable, no podría decirse que estaba molesta, tampoco feliz. El rostro de Hiroki se ilumino como luces chinas, luego de escucharla.

El dolor se apaciguo, ya no punzaba tanto. <Ella recibió una llamada, por eso no bajo… si te hubieras quedado> sabía que lamentarse no solucionaría nada, así que dijo lo que tenía pensado hacia muchos días atrás.

--- Tu expresión de siempre es como un atardecer, luminoso e intenso y tu sonrisa es esa nube irregular que vuelve el paisaje impresionante. -  Luna se sorprendió, pero su cara no lo mostró, el malestar en su interior solo aumentaba, debía salir de ahí.- Solo estoy tratando de parecer intelectual.- Hiroki rio, y ella se relajó pero no lo imito… porque para ella sonó como un cumplido.

--- Eh… si, bien, solo avísame la próxima vez.- < Bien de nuevo comportándote como una… solo no seas tan dura… pero él es tan desesperante> pensaba, lo desesperante era que Hiroki la desconcertaba, ella estaba acostumbrada a las pocas palabras, y él era muy diferente a ella en ese sentido, aunque era tímido no lo parecía en ese momento.

Al ver la cara de hastío de Luna, entendió que su comentario no le había gustado. Quiso golpear su cabeza contra la pared, porque todo lo que hacía, lo hacía mal.

--- Me voy, hasta luego… cuídate. – Luna no lo pensó más y acto seguido salió del lugar, sin esperar la respuesta del chico. <Completa perr… > se repetía, pero ya no quería prolongar más el asunto. Él no era nadie para ella.

Escucho unos pasos tras de sí y eso la transportó a la primera ocasión que la siguió, para ofrecerse como su compañero de grupo. Sabía que era Hiroki, porque era lógico… y quizás ya conocía como sonaban sus pisadas, había aprendido algunas cosas de él durante el ciclo, pero nunca lo admitiría.

--- Luna… - Ella se volvió, lo más tranquilamente que pudo, pero estaba poniéndose nerviosa, quería que esa situación con Hiroki terminara de una vez, desde cuando el chico asiático le provocaba sentimientos que no entendía.

--- ¿Qué pasa?- Quizás las palabras salieron demasiado tajantes, pero era lo mejor. El chico traía un papel en su mano.

--- Bueno, hay una exposición… es de la cultura asiática, varios dibujantes famosos vendrán, es un poco lejos, pero creí que te gustaría ir… tengo dos entradas, si quieres ir con alguien. – Le tendió los dos tickets, ello lo vio con recelo, lo pensó unos segundo, el siguió esperando.

< ¿Por qué no solo te largas? … eres desesperante> fue lo primero que pensó… pero cuando él le dijo acerca de la exposición se quedó sin palabras, mentalmente, < ¿que debía pensar?, no estaba invitándola a salir, porque le estaba dando las dos entradas… ¿otro regalo?, eso sonaba más lógico… pero si era así, ¿Por qué? … y entonces las palabras de Sol le sonaron como venidas desde atrás de su nuca… “quizás… ¿le gustas?”> sacudió esos pensamientos. No era así. Ella no le gustaba. < ¿Quería ser su amigo? > sonaba tremendamente mejor, pero también peor… su único amigo hombre fue siempre su hermano, no necesitaba más. Fue en ese segundo de reflexión que se encontró con los ojos del muchacho. Claros, tan claros como el agua de una laguna, verdes, cuando los vio solo pensó en como seria verlos destrozados… esa laguna, erradicada. No le gustó la idea. Y por hoy no sería ella la causante de la destrucción. <Amigos… no sonaba del todo mal> la verdad sonaba completamente mal, pero su conciencia se presentó nuevamente, ella la odio pero a regañadientes tomo una de las entradas. 

Observó el boleto, jueves, dos días para el evento. <<Si es a las nueve, debemos irnos temprano, ¿traje casual?>> Dijo Luna. Él parecía sorprendido, pero encontró su voz más clara de lo que pensaba << Si, puedes ir como quieras, es algo informal>>, Hiroki no sabía cómo reaccionar y por toda respuesta sonrió. << Bien… hasta luego>> contestó la chica, pero no se movió. <<Eh… es genial que vayamos juntos>> él realmente se estaba esforzando por encontrar un poco de coherencia en sus pensamientos, sentía su corazón en el estómago. <<Si… es lo que hacen los amigos ¿no? Salen juntos>> Luna relajó un poco su expresión y aunque fue un intento torpe de sonrisa, le regalo lo que luego el chico recordaría como una expresión digna de pintarse. < Amigos > pensó el ojiverde, no era del todo desalentador, podría estar a su  lado y eso ya era un pequeño logro. <<Claro>> dijo el joven finalmente. <<Hasta luego>> se despidió y ambos tomaron su camino.

             v   


Cuando regresó al taller no sonreía, sentía una mezcla de sentimientos reburbujeantes en su interior. No podía ponerles nombre a todos. Pero la esperanza se apuntaba en primer lugar, se dirigió hacia la mesa de trabajo y tomó la foto, dándole vuelta, vio el fragmento de poema que había copiado para ella, casi se alegró de que no lo hubiera descubierto, leyó para si la última línea < Sólo un momento preciso; y no lo encuentro>. Quizás… solo quizás si lo hubiese encontrado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario