Lo prometido es deuda, y aquí están los
nuevos capítulos.
El capitulo está escrito en tercera persona, en tiempo presente, excepto
por los *flashback*. La letra en cursiva es flashback en la escena de Amber...
ya sabrán quien es ella. Por el momento las dejaré con la duda.
Recordatorio de siempre: los pensamientos son < > , las frases en
voz alta << >> , y la escena del flashback * * .
“Siempre hay un
poco de locura en el amor, pero siempre hay un poco de razón en la locura”.
Friedrich Wilhelm
*siete días atrás*
*
El taller de arte es un espacio amplio con hermosos y elegantes ventanales,
incrustados en las paredes, que dejan ver un poco de la abundante vegetación
del jardín. Está adornado con múltiples pinturas, algunas de ellas realizadas
por los estudiantes; otras en cambio, adquiridas en galerías famosas alrededor
del mundo. Tres grandes mesas se imponen al centro del salón, todas hechas de
madera fina, adornadas con cajas de pinceles, botes de pintura, lienzos y papel
que se posan sobre ellas; esperando a que los veinte alumnos que pertenecen a
esa clase los tomen y conviertan en un instrumento de expresión.
La clase acaba de comenzar. << Expresión visual>> podría considerarse una materia como cualquier
otra, con exámenes y tareas, si no fuera por el excéntrico maestro que la dirige.
Divide a los presentes en dos grupos de siete y uno de seis, explica algunos
tópicos básicos, como la forma de evaluar el curso y sus respectivas
ponderaciones.
Acto
seguido, pide a un joven de cada mesa pasar al frente: << los que lleven camisa negra, vengan aquí >> enfatiza;
saca una hoja con algunos sellos impresos y los hace firmar en ella, << ahora son los representantes de sus
equipos, deben velar por el orden y la responsabilidad>>. Los tres
aludidos se ven unos a otros con caras de sorpresa y repudio por la forma
tramposa de elegirlos, pero ninguno de ellos se atreve a llevar la contraria.
Se trata de dos chicos, uno con camisa de botones y el otro con camisa básica,
y una jovencita que lleva una blusa con mangas tres cuartos y cuello en forma
de V , además de un llamativo collar en forma de lechuza en color cobre. Se
sientan en sus lugares con un pensamiento común <¡¡si tan sólo hubiera usado otro color!!>, y la chica toma
una decisión < jamás usar negro de
nuevo, para esta clase> se dice, mientras respira profundo y se dispone
a tomar apuntes.
*
<Siete días no son suficientes
para olvidar una injusticia de tal magnitud>
repite Luna, en un ejercicio mental que lleva toda la semana, cada clase agrega
el número de días que lleva siendo la representante de su “inigualable” equipo
de trabajo. Golpea su pincel contra una página en blanco y observa con
detenimiento a sus compañeros, para su “buena” suerte su grupo es de solo seis
personas; < Joel, no habla con nadie
desde que empezamos las clases, es verdad que yo no soy una gran locutora, pero
él… ¿será mudo?> piensa al tiempo que hace un recuento visual de sus
colegas.
<
Mariana y Marina, ¿Cómo pueden siquiera distinguir sus nombres? Aún me
confundo, y de que tanto hablan, se pasan el taller entero mirando sus
celulares y riendo >, mueve la cabeza en un gesto negativo y sus ojos se
fijan ahora en los asientos vacíos que regularmente ocupa una pareja de amigos…
<
Ufff, sí en definitiva, estos dos son los
peores. Ella se cree la muñeca de porcelana que no puede tomar un lápiz por sí
misma y él un valiente príncipe que debe
resguardarla hasta del polvo; además ella es una maleducada, ni siquiera me
contestó cuando pregunté los nombres de cada uno, fue él quien los presentó a
ambos, ¿cómo es que se llama? Ahh sí
claro Ambar, o Amber o Hambre… parece con cara de hambre… > ríe un poco < quizás por eso sea tan amargada> se
traga un poco la risa y vuelve a sus pensamientos. < Y él, cómo olvidar su nombre, Hiroki… me recuerda al personaje de
un anime, físicamente… tendría que observarlo mejor> sonríe y vuelve en
sí al escuchar unos pasos por el pasillo, la clase está a punto de comenzar. < En fin, no importa de donde venga, lo
importante es que es un ¡¡holgazán!! como todos los demás, solo viene a
sentarse y a platicar, ¡¡deberíamos estar pintando el proyecto!! Los demás
grupos van a la mitad, y la entrega es en siete días… ahh creó que tendré que
hablar muy seriamente con todos ellos, pero cada vez que hablo, responden
positivo y ninguno mueve un solo pincel sobre el papel… ¿Por qué yo? ¿Por qué
tendré tan mala suerte?> se lleva una mano a su frente con resignación y
lanza un suspiro al aire.
--- Pensé que el profesor ya estaría
aquí, me acabo de salvar de una vergüenza pública -
dice de forma general el recién llegado, que ha tomado su lugar junto a la
chica de cabello rizado y rojizo. Ella no parece prestarle atención, pero lo
intenta una segunda vez- Amber no podrá
venir toda la semana, está enferma y el doctor ha recomendado que guarde
reposo, así que yo haré su parte del proyecto- ahora vuelve sus ojos a la
muchacha que aparta unos cabellos de su frente; sin el resultado deseado, saca
de su maletín un folder grande y lo coloca sobre la mesa, sin lograr que nadie
parezca interesarse. Está a punto de encerrarse en su mundo personal como todos
los demás, pero utiliza un dicho que dice <
la tercera es la vencida>, ahora cambia de actitud, se sienta un poco
más cerca de la representante y habla con claridad y un particular ímpetu,
viendo directamente a la joven de ojos chocolate- tienes que decirles que hacer y lo harán, no esperes a que la montaña
venga a ti.
Ahora
unos ojos grandes y brillantes se ciernen sobre el muchacho. Logra llamar la
atención de Luna, quien por primera vez tiene de frente a aquel chico; no puede
evitar fijarse en sus ojos rasgados, su piel blanca, su cabello peinado
cuidadosamente, usa una camisa sport de color azul que se ciñe a su torso. Nota
que la distancia entre ellos es corta y aleja un poco el banco, su rabia solo
se puede comparar al día que la nombraron representante, < ¡¡un inútil que no hace nada productivo, viene a decirme que es lo
que tengo o no tengo que hacer!! ¡¡Jamás!!> lanza una mirada fulminante
a su interlocutor. Trata de calmarse antes de hablar, pues sabe que si se deja
llevar por sus impulsos la situación
puede terminar muy mal, en especial para él que nunca la ha visto en sus
momentos del “monstruo verde”.
--- He hablado varias veces, pero
todos parecen despreocupados, tú eres uno de ellos-
<… pedazo de irresponsable> traga
saliva para que las últimas palabras no salgan de su boca- Y si tú tienes la solución a todos nuestros problemas entonces
háblales, talves de resultado…- reta a Hiroki mirándolo fijamente, él no
mueve sus pupilas un milímetro, ambos pueden ver el reflejo propio en el iris
ajeno; por fin él toma la palabra mientras todos los integrantes de las mesa ya
los observan asustados.
--- Bien, como gustes-
el chico termina el contacto visual y con esto el aire se vuelve un poco menos
pesado, se dirige a los otros tres espectadores- muchachos, necesitamos terminar el proyecto y necesitamos hacerlo
¡¡ahora!! – los demás parecen estatuas que solo asienten con la cabeza en
el momento que el nuevo “líder” les explica que tipo de pintura hará cada uno
para la exposición. El tema “Amar sin ser
amado” no se figura como uno de los más complicados- … algunos corazones rotos y parejas melancólicas será suficiente-
menciona Hiroki para finalizar, vuelve a ver a la chica a su lado con una
sonrisa triunfal.
Luna
no dice nada, se limita a sacar una tiza negra y terminar un boceto en su
cuaderno de dibujos. Se escuchan nuevos pasos por el pasillo y está vez se
trata del maestro, al llegar a la clase la diferencia no será notable, él se
paseará por las mesas esperando alguna pregunta de sus estudiantes y dejando a
estos trabajar. <Pobre tonto, cree que
con esa voz de mando y sus órdenes logrará que ellos trabajen, pero no diré
nada, al final todo cae por su propio peso… el que ríe al último ríe mejor> saborea
sus conclusiones mientras da sombra al contorno del ojo de una lechuza sobre el
papel, una media sonrisa maliciosa se atraviesa en su rostro, deseando ver la
expresión del chico al final de la sesión cuando nadie haya hecho nada, < se lo merece > y no puede evitar
sonreír completamente.
< Vaya, eres grande Hiroki, la
has hecho sonreír > se felicita a sí mismo, al ver de
reojo a la muchacha < ahora solo
tienes que ser más simpático, es bellísima, no puedes dejar escapar esta
oportunidad> después de haber planeado la estrategia a seguir durante
toda la semana, el destino le sonrió e hizo que su inseparable amiga Amber
faltara a clases por un par de días. No le molestaba cuidar de Amber porque él y Alex, el mejor amigo de ella, lo habían
hecho desde que eran niños; pero habían días en que deseaba un poco de
independencia, sobre todo en los días que se sentía tan atraído a una chica,
días como hoy.
< Estoy seguro que terminará
rendida a mis pies, lo he descubierto, le gustan los chicos rudos>
se anima, mientras pinta el rostro triste de alguien en el lienzo, y espera con
ansias el final de la clase para corroborar los logros de su plan maestro. Una
excelente calificación en el proyecto y gustarle a la representante sería la
mejor recompensa, por supuesto nunca considero que pudiera “fallar”…
v
<< Hola, ¿Qué hay? >> saluda
el chico al pasar por el lugar acompañado de dos jovencitas. << Nada nuevo, ¿ya mandaste la tarea?
Yo lo puedo hacer>> responde otro de ojos color miel, << No, descuida, yo lo hago, hasta
luego>> se despide mientras termina de caminar frente al chico y la
chica que se encuentran sentados en una banca abajo de un frondoso árbol de
manzana.
--- ¿Quiénes eran?
– interroga una muchacha de estatura mediana, ojos oscuros y opacos debido a su
estado de salud; quizás sea la misma razón de la falta de cualquier color en su
piel; blanca traslúcida, lo que hace resaltar su cabello negro, como el ébano,
que cae lacio hasta sus hombros.
--- Es Frank, un compañero que
también es tutor, lo he visto muy seguido con la chica de cabello café, quizás
sea su novia, en cuanto a la otra, no tengo idea de quién podrá ser- le
ofrece un poco de fruta contenida en un pequeño recipiente que sostiene en sus
manos; pero ella lo rechaza moviendo la cabeza.
--- Es papaya, tu favorita, debes
comer si quieres volver a clases- ahora inserta el
tenedor en un pedazo de la fruta, y lo lleva con cuidado hasta los labios de su
acompañante.
--- No Alex-
dice con desgano- no tengo hambre, estoy
bien, las medicinas…- una tos seca y persistente la interrumpe- las medicinas son excelentes… y pronto
estaré sana para poder vigilarte de cerca- sonríe un poco y le da un
pequeño golpe en el hombro a su amigo.
--- Vigilarme, ¿tú a mí? –
la ve con ojos de simpatía- si soy yo
quien cuida de ti Amber – dice mientras le acerca el tenedor a la boca una
segunda vez. Ella vuelve a rechazarlo, guiando su mano hasta el depósito con el
refrigerio.
Ahora
es él quien toma su muñeca, y deposita el tenedor en su mano, poniendo el
pequeño trozo de alimento cerca de su boca, <<
Cómelo>> expresa firmemente, acompañando las palabras de una mirada
penetrante directo a las orbes negras enmarcadas en ojeras moradas por el
cansancio que posee la chica.
Ella respira con dificultad,
producto del asma que la aqueja desde que era una niña pequeña. Su enfermedad
se agudizó cuando le detectaron diabetes tipo uno, sus padres no se explicaban
porque su adorada hija sufría de tantos malestares; pasaban cada minuto tratando de compensar su
falta de salud con mimos y lujosos objetos que pronto acapararon gran parte de
su habitación. Amber observaba desde su ventana a los demás niños correr en los
jardines vecinos deseando participar, pero obligada a quedarse en casa porque
no podía arriesgarse a contraer algún tipo de virus o a sufrir de un golpe o
cortada.
Durante mucho tiempo, pidió en las
oraciones de cada noche sanarse y ser una niña normal; pero ese fue un milagro
que nunca sucedió, en vez de ello, sus tíos se mudaron a la casa de a la par y
traían con ellos a su hijo adoptivo, Hiroki. El niño era muy tímido pero
disfrutaba de la pintura y el dibujo, esa fue la forma en que ambos pequeños se
divirtieron durante los largos y fríos meses de invierno. Ella trató de convencer a su primo de escaparse e ir al
parque, pero Hiroki nunca fue un gran aventurero, y siempre hacía ver a su
intrépida prima que los once años que contaban no eran suficientes para estar
seguros al caminar solos por las calles, <solo son dos cuadras> pensaba
la niña desilusionada, prometió que algún día se rebelaría e iría al parque,
sola o acompañada.
Separa
los labios poco a poco, y mastica el pedazo de papaya, << Siempre quieres que todos hagan tu santa voluntad,
¿verdad?>> se limpia un poco la comisura de la boca luego de tragar
el bocado. Vuelve su mirada hacia él, que esta distraído viendo a la nada, como
si no le importasen las palabras que ella le dirige; exhala resignada, porque
sabe que el chico junto a ella es una tortuga que jamás saca la cabeza del
caparazón. Lo conoce desde hace siete años, pero aún no ha logrado descifrarlo
ni siquiera un poco.
Al cumplir once años la moda eran
las bicicletas y no había nada que
deseará mas en el mundo que tener una y pedalear en ella, desde el parque hasta
su casa. Las plegarias volvieron a enfocarse en su enfermedad, < sanarme y
poder pedalear una bicicleta>, repetía en cada ocasión, de nuevo, nada de
eso se cumplió. Una nueva mudanza en su exclusivo vecindario, esta vez se
trataba de un señor mayor y su nieto, quien tenía aproximadamente la misma edad
que ella y su primo. La primera vez que lo vio jamás se borró de sus recuerdos,
usaba pantalones cortos que parecían un poco pequeños, puesto que él era un niño muy alto, sus ojos miel
tan misteriosos y su piel blanca, como la nieve que caía sobre Moscú.
Rusia sufría de temperaturas bajas
casi todos los meses del año, pero ella jamás sintió tanto frió como cuando lo
escuchó hablar por primera vez. Habían llegado de visita a su casa, pensó que
solo había sido porque él se sentía como un extraño en un nuevo hogar, pero
pronto descubrió que la escarcha que acompañaba las frases de aquel pequeño no
se derretirían jamás, a menos que en su corazón existiera un fuego tan potente
como para lograrlo. Ella trató desde ese momento de volverse esa llama cálida
que lo embargara. Se hicieron amigos rápidamente como es común en los niños de
esa edad; Amber, Alex e Hiroki siempre estaban juntos, los dos chicos juraron
en silencio cuidar a la frágil niña de ojos oscuros y mirada vivaz, y ese
juramento es el que Alex ponía en práctica en este momento.
--- La brisa se está poniendo más
fresca, debemos entrar- toma su brazo para que ella se levante,
pero es atraído de nuevo a su asiento con un gesto de Amber.
--- No seas tan paranoico, pareces
mi doctor, sólo estoy resfriada Alex, no en mis últimos días de vida- dice
con ironía mientras ríe abiertamente.
--- No vuelvas a decir eso, no es
gracioso- su cara demuestra molestia por el comentario, siente
como ella se acerca y lo ve tiernamente.
--- ¡¡Era solo una broma!! ¿Que tú
nunca te ríes?- la chica mueve los dedos en su
abdomen, con la intención de producir cosquillas, y como es de esperarse
ninguna risa sale de su garganta y él aparta su mano inmediatamente.
--- Sabes algo, jamás te he visto
reír de verdad, no hablo de una sonrisa tímida o la risa vaga que usas cuando
estás con tus amigos o conmigo- dice Amber bajando la mirada y jugando con
sus manos nerviosamente- hablo de esa
risa sincera, como la de un niño, despreocupada, que sale desde acá- toca
de nuevo su estómago, y desliza la palma hasta el pecho- pero que en realidad nace aquí- da dos suaves golpes en el lado
izquierdo del tórax, el lado del corazón.
Alex
calla y se levanta de la banca, ahora no la toma del brazo, solo se limita a
decir << Es hora de entrar>>,
ella lo imita levantándose y retornando al edificio de la fraternidad.
Las primeras vacaciones juntos son
las que la chica describiría con la palabra “felicidad”. Pronto se unió al
grupo uno de los vecino que ella veía jugar en el jardín, Santiago se volvió el
mejor amigo de Alex, y ella comenzaba a sentir celos porque no podía participar
de muchos de los juegos, particularmente los que exigían destreza física.
Hiroki que nunca fue bueno en el deporte, se quedaba a su lado, observándola y
cuidando que todo estuviera bien. Alex era un niño intrépido, fue él quien
cumplió dos de sus sueños más anhelados, escaparse de casa para ir solos al parque
y pedalear una bicicleta; fueron solo diez metros antes que un ataque de asma
la atacara, pero ella los recordaba como un record mundial.
Si los sucesos que vinieron a
continuación en su vida hubieran sucedido de manera distinta, talves su forma
de ver el mundo sería diferente. Al entrar a la educación secundaria sus padres
la inscribieron en un colegio para señoritas, “el mejor de la ciudad” repetían
constantemente, ella sintió mucho separarse de sus amigos, sobretodo porque
nunca se imaginó que las persones externas a su círculo de seres queridos
pudieran ser crueles. Las niñas del colegio no la aceptaron con facilidad, su
situación de medicinas constantes y de medir el nivel del azúcar en su sangre
cada recreo, debido al avance de su enfermedad, no ayudaba a su popularidad;
pronto comenzaron a llover sobrenombres, comentarios malintencionados y bromas
tontas por doquier, ninguna de las niñas hablaba con ella, su timidez se agravó
y la única forma de sobresalir era en sus calificaciones.
Era el peor momento para recibir
una mala noticia, pero la vida la obligó a enfrentarse con algo peor que
cualquier maltrato psicológico. La muerte de su padre la tomó por sorpresa, un
accidente de auto se lo arrebató para siempre; lloró durante semanas y aún con
el paso de los años seguía llorando en silencio al ser que más amó en su vida.
Su personalidad cambió
radicalmente, se prometió a sí misma no ser frágil nunca más, regresar todos
los golpes recibidos con una fuerza mucho mayor. Buscaba siempre alguna
información de la vida de sus compañeras que pudiera utilizar para
avergonzarlas en público, sus comentarios se volvieron hirientes, sus palabras
derramaban rencor y sus calificaciones le servían ahora para humillar a las
demás haciéndolas sentir tontas. Como era natural algunas niñas se acercaron a
ella, a ninguna le convenía tener de enemiga a Amber, se hizo experta en juzgar
y maltratar, y tratar a todo el mundo con la punta del pie. Su carácter se
forjó y dio como resultado una muchacha llena de ira y amargura, prepotente,
fría y calculadora; a la que no le importaban los medios sino sólo el fin. Con
las únicas dos personas en el mundo que se mostraba cordial eran Alexander e
Hiroki, a los dos les debía mucho, y a los dos llegó a creer de su posesión
personal.
--- Descansa un poco, pronto vendrá
Hiroki a ver como sigues- Alex acomoda el cierre de su
chaqueta antes de salir de la habitación de su amiga, quien está sentada a la
orilla de la cama.
--- Gracias por preocuparte por mí,
se que preferirías estar estudiando o practicando guitarra- lo
ve directamente a los ojos- … y lo
siento, mi comentario estuvo fuera de lugar, ya sabes cómo soy, no pienso bien
las cosas antes de decirlas- se pone de pie y arregla un mechón de cabello
detrás de su oreja.
--- Sabes que no es molestia cuidar
de ti, creo que ya me acostumbre- ahora sonríe – y no te preocupes, talves hasta tengas
razón- trata de producir lo que parece una risa, pero solo sale un sonido
un poco grave de sus labios.
Se
despide con una última mirada de comprensión y sale del cuarto, pensando en la
razón por la que no ríe con franqueza, desde hace tanto tiempo, < no hay motivo para hacerlo> concluye
y se encamina a su clase de guitarra.
Amber
se para frente al espejo y observa detenidamente su silueta, delgada y
demacrada, posa la mano en su brazo y
piensa en él. Su corazón late con fuerza al recordar su mano en los pectorales
de su amigo, no recuerda cuando comenzó a sentirse atraída de esa forma hacia
él, quizás fuera desde que lo conoció. <
¿Cuando vas a darte cuenta que todo lo que necesitas esta frente a ti?, ¿cuándo
vas a notar que mi corazón palpita porque tú estás cerca? ¿Cuándo escucharas
que solo grita tu nombre?…¡¡Alex!!... ¡¿Cuándo dejaras de verme como la niña a
la que cuidas, y me verás como la mujer a la puedes amar?!> detiene una
lágrima que cruza su mejilla< tú debes
amarme, vas a amarme… juró que así será, ¡me amaras Alexander!, ¡tanto como yo
te amo a ti!>. Mira de nuevo su reflejo en el espejo y se asusta de su
mirada, pronto la asimila, y recuerda que la vida le ha quitado demasiado << Nunca dejaré que tú te vayas de mi
lado>> dice espontáneamente, pensando en el chico que pocos minutos
antes salió de la habitación.
v
Ser
el nuevo estudiante de la clase nunca es
una de las sensaciones más agradables, y es justamente lo que Luka Walker acaba
de vivir. La semana de inscripciones para los diferentes clubs de actividades
extracurriculares fue especialmente ocupada y para cuando se dio cuenta había
perdido la oportunidad de ingresar a alguno de los grupos; puesto que el
proceso fue por medio de internet. Esperó llegar a Italia para hablar con los
encargados del club de música y de teatro, llenó una solicitud y aguardó una
semana entera para la resolución, <
Sólo es un club, no la NASA> pensaba en el transcurrir de los días,
hasta que la respuesta llegó. Naturalmente con su sobresaliente historial, fue
aceptado en ambos cursos, y el primero al que se presentó fue al de teatro.
Pensaba que los nervios no lo atacarían pero con un profesor con la actitud de <Messie Lumier>, como todos le
llamaban, cualquiera se sentiría intimidado. La clase terminó hace cinco
minutos y ahora habla animadamente con dos de sus compañeros, que se presentan
como < Jean Paul y Blanca>,
ambos están en el mismo equipo de trabajo para la primera presentación que será
al finalizar el semestre.
--- Puedes unirte a nuestro grupo,
si tú quieres- Blanca comparte una sonrisa con su nuevo
compañero- somos cuatro, contándonos a
Jean y a mí, pero siempre hay lugar para uno más- el chico le cae bien y
parece ser simpático, aunque también notó lo nervioso que estaba cuando el
maestro lo pasó al frente.
--- Además tienes mucho talento, si
no tengo cuidado, te quedarás con mi puesto de secretario-
dice Jean Paul en tono de broma- las
audiciones para los papeles principales son en una semana, aún tienes tiempo de
practicar-agrega en un tono más
serio.
--- Gracias chicos, sí por supuesto
que quiero unirme al equipo- sonríe más relajado- y no creo que tenga mucho talento, pero
trato de esforzarme, aunque parece que los protagónicos ya son de alguien más…-
lanza una mirada de intriga a ambos interlocutores.
Se
sonrojan al mismo tiempo, los dos saben que Luka se refiere a los papeles de < Romeo y Julieta>, y es que desde
que se sientan juntos el profesor los eligió como su pareja predilecta,
aludiéndolos cada vez que habla de amor, cupido y enamorados. Además el hecho de que pasen tiempo juntos y que él
le ayude a llevar sus pesados libros, facilita que la imaginación de sus
compañeros fluya, construyendo historias sobre ellos… que quizás no se alejen
de la realidad.
--- Ahh… pues nada está escrito
aún, es más quizás tú seas elegido como Romeo- Jean Paul lo
dice aparentando ignorar el tono pícaro del comentario, aunque sabe que en el
fondo desea quedarse con el protagónico y que Blanca sea Julieta.
La
joven se queda callada, y es salvada por un ruido que centra la atención de los
tres en un grupo de chicos que ríen y se
dirigen hacia la entrada del teatro, donde se encuentran ellos.
<< ¡¡Frank, Violet!!>>
Blanca saluda agitando la mano con entusiasmo, observa a la chica que los
acompaña, alta y de cabello negro, preguntándose de quien se tratará. El grupo
se reúne, << Hola a todos, llegue a
tiempo para traer a mi chica>> Frank saluda mientras busca con la
mirada a su “chica” es decir su computadora portátil que dejó al cuidado de
Blanca y Jean Paul, a este último lo conoce como el amigo inseparable de Blanca.
<< ¡Que desesperado Frankie!,
primero presenta a Karlhy y luego reclamas a tu “chica”>> interviene Violet, pisando el pie del
muchacho. Frank se siente apenado y acerca a la joven que los acompaña para
presentarla a los demás, << Sí
tienes razón, que maleducado soy, ella es Karlhy y es nuestra compañera en
Matemática 1 >> vuelve su vista hacia la muchacha <<
Karlhy ellos son nuestros amigos, Blanca, Jean Paul y …>> se da
cuenta que un chico está parado junto a su amiga, <<Oh, claro, ahora la maleducada soy yo, el es Luka, hoy se
integró al grupo de teatro>> ahora
es Blanca la que vuelve a ver al chico aludido << Luka ellos son Frank, Violet… y Karlhy>> dice sonriendo a Karlhy, quien detiene su mirada en el recién
presentado muchacho < Luka…>
piensa, al tiempo que sus ojos se iluminan.
v
Cada
uno guarda sus instrumentos de pintura, con la vista baja para no llamar la
atención. En ese momento el chico de ojos rasgados alza la voz << Bien, entréguenme los dibujos, yo
los guardare para mostrarle los avances al
profesor >>, los aludidos se miran unos a otros, hasta que Joel, el
chico de pocas palabras, interviene <<
aún no están acabados, talves pasado mañana >>, toma su mochila y se
levanta con intensión de irse. Hiroki no puede ocultar su indignación y cuando
está a punto de explotar y decirle a todos sus cuantas verdades, otra voz se
adelanta: << ¿Está todo bien por
aquí? ¿Puedo ver las primicias? >>, el profesor está parado justo
detrás de la representante “oficial” del grupo, la observa esperando una
respuesta. Las pupilas de luna se vuelven
temerosas al profesor <<Ehh,
licenciado, las primicias… >> arma en su mente varias excusas pero
ninguna le parece convincente, <… aún
no hemos siquiera comenzado, ¡no es mi culpa que no trabajen!, es más, es su
culpa, ¡sí “licenciado” es su culpa, yo jamás pedí ser representante!> son
las palabas que pasan en su cabeza sin poder salir por su boca.
<<Ya casi está todo listo, pero
queremos que sea una sorpresa, y preferimos no mostrarlo hasta la entrega
final>>… la explicación de Hiroki no es la mejor,
ya que ningún grupo se atrevería a presentar su trabajo sin la previa
aprobación del maestro, pero está es una situación desesperada, lo que supone
medidas desesperadas. El “Licenciado” da un último vistazo a los miembros de la
mesa, y se dirige a Luna: “Espero que lo
que su compañero dice sea la verdad, recuerden lo que dije en la primera clase:
aquí solo hay dieces o ceros”, el hombre se aleja lentamente. Luna deja de
retener la respiración, se da cuenta que todos se han levantado sin poner
demasiado intereses en las palabras del catedrático, solo Hiroki sigue a su
lado y le dedica una sonrisa de apoyo. <<¡¡Oigan!!
, antes de que se vayan>> se levanta, sus compañeros han dado algunos
pasos adelante << Yo no sé si a
ustedes les interesa aprobar esta materia, pero si esos bocetos no están listos
en dos días tendrán que buscarse un nuevo grupo>>, una de las chicas
se ríe << ¿a sí? pues por si no te
has dado cuenta nosotros somos más, así que no te hagas la “jefa” niña, porque
la que se quedara sin grupo es otra>>. Luna intenta guardar la
cordura, pero su respiración se vuelve irregular y sus manos se cierran hasta
formar dos puños < Tonta, ojala se
pudra tu trabajo>, quiere gritárselo, pero algo en su garganta lo impide,
da dos pasos con su vista hecha fuego <<
¡¡Sabes que!! Mariana, puedes quedarte con tu grupito, yo me voy>>. Sale
de la habitación maldiciendo mentalmente el día que decidió sentarse en esa mesa.
Su
enojo es tal que no le permite oír que alguien la sigue.
---¡¡Luna, Luna, espera!!
- El chico que hace pocos minutos respondió por ella, corre detrás con unos
pinceles en la mano.
Ella
toca instintivamente el espacio en su mochila para los pinceles y se da cuenta
que está vacío. Él la alcanza y con un gesto de la mano se los ofrece, sin
decir nada y recuperando el aire.
--- Gracias -musita
de forma escueta, la chica no solo se refiere a los pinceles, si no a su ayuda
con el profesor, por supuesto, no es algo que ella agradecería abiertamente. - Me tengo que ir- guarda los útiles con
rapidez y se dispone a reanudar su marcha, el enojo aun persiste.
--- Luna… yo…- el muchacho se adelanta y
espontáneamente toca el brazo de su receptora- yo… creo que tienes razón al salirte del grupo.
Luna
lo mira con asombro, < ¿Qué es lo
quiere?> se pregunta, y siente una extraña sensación que recorre su
cuerpo ante el pequeño contacto, aún no sabe si agradable o desagradable.
--- El trabajo jamás estará listo
con esos tres dibujando- quita la mano de su brazo al ver
la seriedad de las facciones en el rostro ajeno- pero… tampoco podrás tú sola… así que tu y yo podríamos hacer un buen
equipo, Amber está enferma y no creo que presente la tarea.
“…tampoco podrás tu sola” Si tan solo
Hiroki hubiera utilizado otras palabras, Luna quizás reaccionaría mejor.
---
No necesito tu ayuda, prefiero trabajar sola, soy muy capaz- El
enojo que creyó se estaba desvaneciendo solo adquirió un nuevo matiz, ahora si
se iría.
---
¡¡No!! Por favor, no lo tomes así, sé que
eres capaz, he escuchado cosas muy buenas de ti- esta chica, sin duda, lo
desconcierta, su rostro aparenta indiferencia, pero su mirada es cálida- lo que
quiero decir es que, me gustaría trabajar contigo, esa es la verdad- deja
de lado las excusas, porque lo que realmente le importa es que ella acceda.
Luna
lo piensa por un momento, Hiroki no es el más trabajador, pero demostró ser
valiente al responder al profesor por ella y negarse a presentar el avance.
---
Bien, comenzamos hoy, tres de la tarde en el taller de pintura.- Trata
de utilizar un tono más amable, de cualquier manera, tendrían que llevarse bien;
serían compañeros.
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